Capítulo 54

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No podía recordar cuantas veces había dicho que no me agradaba pasar tiempo con los británicos de la cabaña del lado, tampoco de cuantas veces critiqué su acento o me sentí perdida con lo que hablaban a pesar de hablar el mismo idioma. El caso es que, quiera o no, debía admitir que me agradaban un poco y su partida me hacía sentir un algo nostálgica, sobre todo por el hecho de que Will me parecía un chico al que debía ayudarlo a despreocuparse de la vida, lo que claramente no hice.

Esta noche cenamos con ellos en un pequeño restaurant del pueblo, comimos pizza, papas fritas y hamburguesas hasta hartarnos de la fritura, para luego deleitarnos con un sinfín de postres y tartas de chocolates que debían ser degustados por mi paladar. A la mañana siguiente se irían, así que había que despedirlos como correspondía; a nuestra manera muy americana, claro.

Después de comer volvimos a la cabaña de ellos en dónde, en contra de todo pronóstico, los adultos se comportaron como adolescentes que recién descubren las fiestas y el alcohol. No quiero decir que tomaron hasta el coma etílico, pero bebieron más de lo que yo había visto beber a mis padres, o Will a los suyos.

Nosotros por nuestro lado estábamos en un rincón del diminuto living observando la escena cómica de los adultos tan desinhibidos y relajados, algo que era demasiado raro para los británicos en verdad. Will permanece con nosotros entre extrañado, divertido, feliz y liberal, habló más de lo que en una o dos semanas lo había escuchado hablar, contó chistes más aburridos que los del mismísimo Harry Styles (al parecer es de ingleses), se rió de estos como si fueran lo mejor de lo mejor, e incluso bebió cerveza y algo de Whisky que robamos lentamente de la mesa de los adultos.

Y si se preguntan por los niños; ellos estaban plácidamente dormidos en la cama matrimonial que usaban los británicos, ajenos a cualquier alboroto que sucedía en la cabaña.

-¿Por qué no hacemos karaoke?-pregunta papá levantándose repentinamente del sofá

Los otros tres se miran para confirmar que van a gritar el 'SI' más entusiasmados de sus vidas, tal cual adolescentes borrachos. Entonces, como claramente no están con sus cinco sentidos en condiciones tardan como media hora en conectar a la televisión un micrófono y en encontrar videos en Youtube con la letra.

Cuando mi mamá comienza a cantar, arrastrando las palabras más de lo que esperaba que lo hiciera, y su desafinada voz se escucha por todo el barrio, volteo a ver a Will y Ryan y solo me basta asentir con la cabeza para que los tres salgamos corriendo de la sala de estar y de la cabaña.

Obviamente nuestro primer paradero es la playa, lo más cerca para huir de nuestros padres con complejos de universitarios. Y al no estar tampoco cien por cien en condiciones, nos tropezamos con nuestros pies y terminamos rodando duna abajo con la arena colándose entre mi camiseta y el short.

-¡Demonios!-grita Will mientras lo veo irse hacia adelante y caer de cara contra el suelo-¡MIRA MAKAYLA, VEN A ESCUCHAR EL CHISTE!

-¿Qué?

Me incorporo extrañada y gateando me acerco hacia Will para comprobar que está bien. Sonríe de lado y señala la arena con un dedo mientras que recuesta la mitad de su mejilla sobre el piso como si estuviese oyendo algo. Ryan también se acerca a mirar y tras la insistencia de Will me agacho y me inclino sobre la arena demasiado cerca. Sin previo aviso Will golpea mi cabeza y me estampa la cara contra la arena, ésta se me mete en la boca haciéndome escupir en su cara.

-¡JÁ! Caíste

Arrugo la nariz con desagrado ante la burla de Will. Mi hermano se ríe a carcajadas junto al inglés mientras intento sacar toda la arena de mi boca. Después me tumbo sobre la arena para concentrarme únicamente en las estrellas y no en los dos retrasados que me hacen compañía.

ONE WORD: DESTINY ★ |S.M| |TERMINADA| |EDITANDO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora