Capítulo 63

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Me hago el pelo hacia un lado, luego hacia el otro.

 ¿Y qué tal una coleta? No.

¿Un rodete? Tampoco. 

Dejo caer el cabello hacia atrás rendida a cualquier intento de peinarme.

Por el reflejo observo a Shawn levantarse de la cama y pararse detrás de mí, coloca sus manos en mis hombros y me hace girar.

—Te ves guapa justo así, natural—murmura pasando un par de cabellos por detrás de mis orejas. Luego con delicadeza sostiene mis mejillas y arruga la nariz con ternura.

—Así es como me veo todos los días—señalo quejumbrosa—.Quería intentar algo nuevo

—¿Realmente crees necesitar lucir diferente una noche?

—Tal vez

—Luces muy atractiva sin siquiera intentarlo, Mack.

—¿Y si me pongo máscara de pestañas me veré como si intenté arreglarme?

Enseguida deja escapar una ligera risa dejando caer las manos fuera mi rostro. Cruza los brazos y me observa desde arriba casi con una mirada burlona.

—¿No estarás contenta hasta maquillarte o peinarte, verdad?

Niego con la cabeza a su respuesta, haciéndolo reír una vez más. Se acerca hasta mi neceser del cual extrae la única máscara de pestañas que había traído y lo extiende en mi dirección para que la tome.

Ni siquiera me pongo demasiado producto en las pestañas porque no quería sentir que me pesaban los ojos o sentirlas pegajosas e incómodas. Era más una forma de sentir que me había preocupado de mi aspecto que porque realmente necesitara maquillaje esta noche o cualquier otro día. Digamos que era para engañarme a mi misma. 

—¿Ahora sí?

—Sí. Lista

Sonriendo como un tonto besa mi frente antes de entrelazar nuestras manos, listo para abandonar la cabaña y salir a la silenciosa noche del pueblo.

Nos dejamos sobrecoger por la tranquilidad que las calles vacías nos inspiran, respiramos lentamente el aire puro y apreciamos el contacto de nuestras manos como el símbolo más puro de nuestros sentimientos. Como dos románticos sacados del libro más cursi y empalagoso de la historia de los libros, si es que existían.

El destino principal de nuestra salida nocturna era el club de la playa en el cual David y sus amigos nos esperaban hace ya media hora. Pero en la compañía del otro siempre encontrábamos algo con qué distraernos sin quererlo y ésta vez tampoco nos habíamos escapado de nuestra actitud dispersa y espontánea.

Hoy el cielo era una arte digno de apreciar a detalle, las estrellas capturaron nuestra atención enseguida alzamos la vista y la luna menguante lucía más atractiva incluso que la luna llena. Inmediatamente nos vemos embelesados con la majestuosidad de la naturaleza y sin poder resistir nuestro amor por las pequeñas cosas nos vemos caminando hacia el parque para poder tumbarnos en el césped y disfrutar de tan maravillosa y privilegiada vista.

Permanecemos en silencio largos minutos, cada uno interpretando una historia diferente de las constelaciones, estrellas fugaces y parpadeos indescriptibles. Teníamos las respuestas a muchas dudas en aquella noche estrellada y estábamos tomando cada una de ellas antes de que fuese tarde para volver a presenciar una oscuridad tan atractiva e inspiradora como ésta.

—A veces tengo la sensación de que cada estrella es el rastro de una historia, algo así como el testigo de vidas que no conocemos pero con las cuales nos sentimos identificados—confiesa Shawn en un murmuro, rato después

ONE WORD: DESTINY ★ |S.M| |TERMINADA| |EDITANDO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora