El señor Jefferson estaba revisando el expediente de su próximo paciente cuando la puerta se abrió de golpe, Dominic Bassols entró como un vendaval y comenzó a caminar de un lado para otro. El psiquiatra soltó sus gafas cuidadosamente y lo miró con cautela.
-No puede ser que hayas acabado ya con las cápsulas que te di.- Dominic se paró de golpe. Lo miró, observó la puerta y cerró de un portazo. En dos zancadas se plantó delante del doctor sobresaltándolo y apoyando sus manos en el respaldo de la silla que tenía delante.
-¡Me he hecho cargo de una niña de cuatro años!- Lo soltó de golpe, a pleno pulmón. Su psicólogo se le quedó mirando.
-¿Qué has hecho qué?- Dominic entrecerró los ojos.
-¡Sí! Apenas puedo hacerme cargo de mí mismo, tengo demasiadas responsabilidades. Hoteles allí.- Continuó dando vueltas por la habitación gesticulando con las manos.- Otros por allá, reuniones, conferencias, actos de presentación, viajes, empleados. Una mujer atada a mí de la que no puedo escapar. Un pasado tan negro que aún me provoca pesadillas y un largo etc.- Se enfrentó al médico.- Y entonces me dije a mí mismo, ¡No pasa nada Domi! ¿Qué significa una responsabilidad más en tu larga lista? ¡Nada!- Apoyó de nuevo las manos en el sillón.- ¡Y he acabado haciéndome responsable de una niña de cuatro años que estaba a punto de ser enviada a un internado!- Jefferson iba a hablar, pero Dominic le interrumpió.- Y no se trata de una pequeña normal y corriente noooo. Se trata de una niñita que me mira con esos ojos...- Se miró las manos desesperado.- como si yo fuese importante, como si...- Cambió de tema.- y no está sola, nooooooooop. Vienen en oferta de tres por dos. Su tía no solo se negó a cumplir la orden que le di sino que me cerró la puerta en las narices. ¡A mí! ¡Como si yo fuese un don nadie! Y... tiene una hermana que me saca de quicio.- Alzó la voz.- Con sus modales, sus aires de saberlo todo, sus constantes desobediencias,... arg.- Se atascó. Luego siguió.- Soy su jefe, ¿sabes? Y... se salta mis reglas a la torera,...- Jefferson lo contemplaba sin apenas moverse.- Se me acerca más de la cuenta, luego se aleja, luego se acerca otra vez y...- Cerró las manos en dos puños con toda la fuerza de que fue capaz.- No sabe lo que son las distancias... yo le digo ¡No te acerques! Y ella, se acerca, y no me deja respirar,... siento que me asfixio y que me está volviendo loco.- Suspiró y se dejó caer en el sillón. Se llevó una mano a la frente y cerró los ojos.- Yo estaba muy bien, con mi rutina, mi mundo ordenado, mi calma y ellas... han entrado como un tsunami poniéndolo todo patas arriba.- Se acercó apoyando el codo en el brazo de la silla y abriendo la palma.- Ahora me levanto sin saber lo que va a ocurrir, sin saber en qué lío me meterán o qué problema me buscarán y yo... yo...- Apretó la mano de nuevo.- Soy Dominic Bassols, tengo siempre cosas que hacer, siempre, siempre me necesitan en mi trabajo, no tengo tiempo para ellas, pero se empeñan y se empeñan.- Se golpeó una palma con el reverso de la otra.- Y se meten bajo mi piel y...- Se quedó callado. Muy tímidamente, Jefferson habló.
-Bienvenido a una vida normal.- Él lo miró confundido.
-¿Qué?- Dominic sonó desesperado.
-Hijo, todos tenemos trabajo, pero independientemente de eso, tenemos relaciones sociales. Familia, amigos, esposas e hijos. Debes aprender a diferenciar una cosa de la otra.
-Pero yo... no he pedido esto. Estoy siendo atacado por esa muchacha y su hermana que se empeñan en hacerme perder el juicio.- Jefferson sonrió.
-Nadie pide nada. Es inherente en el ser humano buscar la compañía de los demás. Los seres humanos no hemos nacido para estar solos. Hijo...- Agarró su mano.- ¿No te das cuenta de que el que va a contracorriente eres tú?- Dominic resopló.
-Pero estoy mal Jeff, estoy realmente mal. Me asfixio, me falta el aire. Me encuentro encerrado, siento como que el estómago me duele.- El hombre mayor le sonrió de nuevo.
-Necesitas descargar todas las emociones que tienes dentro puesto que son nuevas para ti. Ve a boxear, a correr, en fin, haz deporte hasta que quedes exhausto. Y márcatelo como meta cada vez que sientas que vas a perder el juicio.- Dominic apretó la mandíbula. Agachó la cabeza. Luego le volvió a mirar.
-Todavía hay algo que no he dicho.- Jefferson se quedó callado.- Le pegué.- El hombre abrió los ojos asombrado. Dominic no quiso enfrentar su mirada y agachó la cabeza.- Pensé que lo tenía superado. Pero... hubo una discusión y ella me llamó "demonio" y entonces todo vino a mi cabeza de nuevo y... la abofeteé. No... suave. Le golpeé con toda la ira y toda la fuerza que tengo. Le... reventé el labio. Y yo...- Se cubrió los ojos con la mano.
-Te sientes culpable.
-Me siento miserable.
-¿Te has disculpado?- Él estaba callado.- Pedir disculpas alivia nuestra alma.
-Lo intenté. Pero... la tenía delante y... entonces me vino a la cabeza toda la mierda de mi pasado y pensé ¿por qué ella también? Y... las palabras no salieron y ahora... me he hecho cargo de su hermana.- El hombre se levantó de la silla, se acercó a él y le puso la mano en el hombro.
-Debes intentarlo de nuevo hijo. Y no dejes de intentarlo hasta que lo consigas. No puedes cargar con esa culpabilidad. Cuéntale por qué actuaste así. No dejes que esa muchacha piense lo peor de ti.- Dominic lo miró.
-Pero es que soy lo peor.
-Si fuese como dices, no te habrías preocupado de una niña pequeña. Tienes que abrirte un poco más.
-¿Más?- No sabía cómo hacer eso. Ya había quedado expuesto de toda forma posible.- He llorado delante de ella, ¡Dios! Es vergonzoso. No sé cómo mirarla cuando la vea.
-Hijo. No debes de sentirte ridículo por limpiar tu alma. Debes explicar tu pasado, para que las personas entiendan tu presente, y así podrás tener un buen futuro. Y sobretodo. No permitas que esa rabia te ciegue de nuevo. Las personas no dan tantas oportunidades. Aprovecha las que tengas.- Dominic asintió. Se levantó y agarrándolo de la mano fuertemente, se despidió de él. Y tal como había entrado, salió.
Jefferson se quedó un momento mirando la puerta. Después se miró la mano. "Contacto físico". Sonriendo, buscó el expediente de Dominic Bassols. Tenía que hacer unas modificaciones.
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El Caballero Oscuro
RomanceDominic es exigente, prepotente e insoportable. Esa manera casi espartana de trabajar le mantiene en alerta y en un agotador estado de resistencia. El despotismo de Dominic la conduce a una espiral de misterio y claroscuros llenos de cicatrices dond...