Alison se levanta soltando un suspiro da vuelta en su cama no quiere levantarse todavía, su agenda es tan alentadora como cada mañana: una hora de entrenamiento, escuela, comida, otra hora de entrenamiento y luego la tarde libre, en donde teóricamente podría hacer lo que ella quería pero ese no era el caso, su hermano Jason la esperaría en el patio trasero de la casa para machacarla con 2 o 3 horas más de combate cuerpo a cuerpo u alguna otra cosa útil por si alguna vez acababa en los desdichados Juegos del Hambre.
Ella sólo tenía 16 pero tenía que recordárselo a menudo para que no se le olvidara pues siempre que se alistaba para otro monótono día se daba cuenta que podía ser todo; una mujer, una joyera casi experta, un soldado, una estudiante, pero nunca una niña. Ni siquiera sus padres esforzaban en creer eso.
Bajó y tomó el desayuno sola. Sus padres trabajaban cortando joyas, produciendo artículos de lujo para los habitantes del capitolio que a cambio les pagaban con lo justo para sobrevivir y tomaban a sus hijos para matarlos en una arena en medio de una gran fiesta, Aunque de hecho Ali no se quejaba al respecto ella vivía y comía bastante bien (salvo su rutina que a veces la sacaba de los nervios) Jason, su hermano quien había tenido la oportunidad de viajar en una ocasión al distrito 6 decía que estaban significativamente mejor que aquellos "pobres muertos de hambre" y por lo que Ali podía deducir de las imágenes que año tras año mostraban en la cosecha, las condiciones de los distritos empeoraban en manera proporcional al aumento de su numero y si en el seis eran unos pobres muertos de hambre no quería saber que opinaría de los mineros del 12.
Estaba a punto de salir cuando alguien llamó a la puerta. La chica se quedó inmóvil, se encaramó en una silla y miró por una grieta del techo donde había colocado un espejo a fin de saber quien llamaba sin abrir. La chica torció el gesto. Lorenzo Calderón un hombre negro con el cabello corto militar enfundado en un blanco uniforme de agente de la paz esperaba. Ali bajó de la silla y se alejó de la puerta con cuidado.
¿Ali?-inquirió después de tocar nuevamente-Ali date prisa, el entrenamiento va a comenzar.
Espera un momento-gritó haciendo una voz lejana, como si estuviera en el piso superior-aun no me cambio.
Date prisa-
La chica abrió una de las ventanas de la cocina y después de asegurarse que nadie la veía saltó hacia abajo, no fue gran cosa. Luego se dirigió mochila al hombro hacia un almacén abandonado donde ella y algunos chicos entrenaban bajo la atenta mirada de varios adultos y unos cuantos agentes de la paz. Alison no era tonta, sabía bien porque ese hombre la miraba tanto, porque siempre estaba al pendiente de ella; hace algunos años él había evitado que Jason (quien entonces no era más que un inconsciente drogadicto problemático) fuera a a prisión por desórdenes públicos, más que eso lo metió en las fuerzas básicas de los agentes de la paz, donde lo limpiaron y le dieron una rigurosa disciplina, desde entonces los Dilaurentis le tenían en muy buen concepto y el lo aprovechaba para acercarse a ella. A la chica en realidad le daba igual, el hombre a parte de ser algo pesado y estar siempre enfocado en su trabajo buscando cazadores furtivos, o delincuentes a tal punto que a veces los encontraba incluso donde no existían, no era mal hombre, de hecho la principal razón por la que Ali lo rechazaba era precisamente porque sus padres lo aprobarían.
Caminó hasta el almacén, dentro varios otros chicos esperaban conversando entre sí. Las edades de los chicos oscilaban de los 12 a los 18 la edad permitida de la cosecha, pero aun así siempre había unos cuantos niños menores (el más pequeño del grupo donde Ali se encontraba debía tener 4 y a penas podía mantener una espada recta de una manera decente) pues sus padres esperaban no solo que sobrevivieran de ser sorteados; sino que se ofrecieran como voluntarios y ganaran, trayendo honor a su apellido y una buena cantidad de alimentos para todos los demás, pues aunque ellos no eran del todo "muertos de hambre" seguían siendo esclavos, seguían viviendo a penas día con día.
Ali se formó junto a los demás chicos, todos ellos expectantes mientras Gissha una mujer de unos treinta años vencedora hacía algunos años comenzaba a hablar sobre los juegos que tendían lugar en 5 días, luego se centró en dar instrucciones y finalmente los organizó en parejas para practicar ataque/defensa con cuchillos de hoja corta, el desarrollo de la práctica fue tranquilo y Ali no pudo evitar notar que una hora después Lorenzo entró en el complejo y le lanzó una mirada furtiva. Ella solo sonrió socarronamente y él negó con la cabeza dándole a entender que se había metido en un buen lío pero a ella no le importaba, estaba segura que no le haría daño.
Nadie daña a su futura esposa antes de conseguirla.
Pll puede haber acabado pero mi obsesión con estas chicas aún continúa
Kisses- OA
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PLL: The Hunger games.
RandomAU Spencer, Hanna, Emily, Aria y Alison nacieron en distintos distritos del capitolio, sin embargo sus caminos se cruzarán cuando las cinco sean sorteadas como participantes de los 66 juegos del hambre, al los cuales tratarán de sobrevivir incluso s...