La puerta del tren se cierra detrás de una llorosa Aria y su compañero.
Supongo que eso esto todo por ahora-murmura el chico mientras el tren comienza a moverse.
Siganme-murmura la acompañante agitando su cabello negro-¡Me llamo Crispa y ahora mismo vamos a dirigirnos a conocer a sus mentores!-parece no hacerles caso se da la vuelta y los chicos se aprestan a seguirla.
Lo siento-dice la chica mientras entran al elegante compartimento-no recuerdo tu nombre.No me extraña-dice con una sonrisa-parecías petrificada. Me llamo Holden.
Aria-
Si, he oído de ti-dice-además yo si estaba prestando atención a la cosecha.
bien por ti-murmura ella con una sonrisa.
Basta de parloteo-les regaña Crispa cariñosamente-¡Ah ya están aquí! Me preguntaba si debía llamarlos-Aria y Holden miran al frente-¡Estos son sus mentores, Ezra y Waxlyn!-Aria no les ha prestado mucha atención en la cosecha pero ahora se da el tiempo de mirarlos, sin embargo pasa de ella de la mujer inmediatamente, El hombre que está frente a ella por otro lado no debe de pasar de los treinta años, tiene el rostro redondo, cabello castaño oscuro, piel blanca y preciosos ojos azules que la miran directamente.
Hola-le saluda sin tardanza-Aria ¿Verdad?
Si-Ambos se miran. Aria jura que lo ha visto antes, quizá en un sueño, quizá de otra vida... o quizá ha visto sus juegos en alguna repetición.
Bueno!-exclama Waxlyn-me quedo entonces con el chico!-Ezra asiente amablemente sin añadir nada más.
Vamos, muero de hambre-dice Crispa guiándolos a otro vagón que hace las veces de comedor-¡Y seguro que ustedes también!
Waxlyn, Crispa y Holden se sientan a la mesa, este último impresionado por la cantidad de comida que hay en la mesa: platos de ternera tanto en cortes como en estofado, pan caliente cuyo aroma llega con tanta fuerza que hace que el estómago de Aria gruña con fuerza, diversas jarras metálicas y de cristal algunas con un líquido oscuro, que bien puede ser café u chocolate caliente, jugo de naranja, una enorme charola con fruta, otra con panqués y una más con galletas glaseadas.¿Aria?-inquiere Crispa-¿Estás bien?
No, necesito... aire-no dice más, simplemente corre lejos del vagón comedor, la rabia la inunda mientras empuja a uno de los sirvientes al pasar, sigue corriendo hasta que un par de vagones más tarde el tren se acaba en un vagón cubierto por un cristal abovedado que la impresión de ir al aire libre. La chica se sienta en uno de los divanes redondos que se amoldan perfectamente a las paredes y suspira al tiempo que deja caer las lágrimas que lleva conteniendo desde que vio aquel espectáculo culinario. ¿Cuánto le había costado la comida de esa mañana? ¿Cuánto le había costado la semana anterior? Allí estaba ella, frente a todos esos platillos ¿Y su hermano? Quizá comiera el resto del guiso conseguido en la mañana, había un poco de queso y algo de leche y si Cashel cumplía su palabra podría conseguir algo más, pero nunca nada como esto.
¿Aria?-Ezra entra al compartimiento-¿Te encuentras bien?
Si-responde ella limpiándose las lágrimas.
Entiendo que puedas sentirte abrumada por cosas que a ellos les parecerían simples como la comida-ella lo mira, él se sienta a su lado-supongo que a mí me impresionó pero de otra manera.
¿De otra manera?-
Salté sobre los estofados apenas los vi-admite-ni siquiera me molesté en darme cuenta que me estaba quemando la lengua hasta después.
Tengo un hermano pequeño que se muere de hambre-explica-y ellos...
Ya, bueno, las cosas se ponen peores-admite Ezra.
¿A que te refieres?-inquiere la chica.
El capitolio, ya sabes. Para alguien que crece rodeado de carencias, cosas que hacen en el capitolio lucen...-medita sus palabras-inaceptables.
Parece que te acostumbras deprisa-notó Aria mirándolo.
Ni mucho menos-responde el chico y es entonces cuando ella nota la tristeza que destilan sus ojos azules-¿Quieres comer aquí? Traeré poco para que tu estómago se acostumbre ¿está bien?
Gracias-el chico asiente y sale del vagón. Aria mira por los cristales mientras los paisajes se desdibujan por la velocidad, la chica se pierde en sus pensamientos, piensa en todo: en sus padres, en Cashel, en su hermano y en su maldita suerte, no puede creer lo mucho que su vida ha cambiado en tan solo unas horas.
Hey-Ezra entra seguido de uno de esos sirvientes que tanto abundan en el tren quien empuja un carrito metálico con un par de platos y unas copas rebosante de jugo de naranja, el chico acomoda todo en una pequeña mesita de madera y Aria se sienta frente a ella.
Gracias-murmura al chico quien solo asiente antes de retirarse.
¿Mejor así?-inquiere el chico.
Un poco-acepta mientras empieza a comer con cierto recelo, se da cuenta de que Ezra no prueba bocado, se limita a dar sorbitos a su jugo y aquello le causa mala espina-¿Que pasa? ¿Por qué no comes?
No tengo hambre-dice-ya picaré algo más tarde. ¿Qué hay de tus padres? ¿Están con tu hermano?
No-responde-soy huérfana desde los 12 años, me encargo de mi hermano desde entonces.
Lo siento-Ella se limita a encogerse de hombros, hace mucho que había dejado darle importancia.
¿Cómo ganaste tus juegos?-inquiere la chica y Él palidece-perdón, no quería ser brusca pero... tengo una semana para ganar peso, volverme profesional y ganar estos juegos, no puedo perder nada de tiempo ¿me ayudarás verdad?-sabe que es su trabajo pero también intuye que si el chico no está comprometido a ayudarla de poco servirá lo que ella haga. Ezra se queda mucho tiempo callado luego pulsa botón y uno de los sirvientes aparece.
Traeme dos platos de ternera bien hecha, por favor-el chico asiente y se va-te ayudaré, pero tenemos que ponernos a trabajar ya, ¿De acuerdo?
Aria asiente, hará lo que deba hacer para ganar estos juegos.
Una disculpa por el mega retraso, las cosas se me complicaron bastante pero ya estoy de vuelta :3.
Muchas gracias por sus comentarios, visitas y tal.
-OA
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PLL: The Hunger games.
AcakAU Spencer, Hanna, Emily, Aria y Alison nacieron en distintos distritos del capitolio, sin embargo sus caminos se cruzarán cuando las cinco sean sorteadas como participantes de los 66 juegos del hambre, al los cuales tratarán de sobrevivir incluso s...