PLL: The Hunger games.

Para ser mejor

Uno, dos, tres, giro, salto... Paf! el chico cae en el suelo cuan largo es empapado de sudor, intentando recuperar el aliento.

Otra vez-gruñe Spencer antes siquiera de que el hombre pueda de levantarse. El chico moreno la mira exhausto, la chica rueda los ojos-bueno que venga alguien más!-Hay otras dos mujeres a la orilla de de ese extraño cuarto de entrenamiento pero están tanto o más molidas que él.

¿En serio?-Spencer hace una mueca antes de levantar la mirada firme y soltar un bufido-¿Nadie se atreve? ¡Tengo 18 por amor de...! ¡¿Qué clase de agentes son ustedes?!-Los tres bajan la vista mirándose culpables una de ellas está dispuesta a arriesgarse así que da un titubeante paso al frente. Spencer levanta las cejas retadora.

Pasa de ellos, si quieres un reto enfréntame a mí-la chica se da la vuelta a tiempo de ver a Melissa entrar anudándose el cabello en una coleta alta, Spencer la mira francamente sorprendida-¿Qué? ¿Miedo de enfrentar un verdadero peligro? ¿No puedes contra una vencedora?

Por supuesto que puedo-gruñó la chica acercándose a un expositor de metal donde de donde tomó una elegante lanza y miró fijamente a su hermana. Melissa por otro lado regresó con una sencilla espada recta. Los tres agentes se retiraron.

¿Es tan fácil la academia que tienes que aporrear a estos tres pobres para saciarte?-inquirió Melissa atacando con fiereza.

¿Te molesta?-Spencer bloquea su ataque e intenta golpear uno de sus puntos débiles en las piernas pero Melissa se deshace con un giro de su posible ataque y golpea de frente, sin embargo la defensa de su hermana ya la espera-además ¿De que sirve que podamos pagar por buenos entrenadores si no los utilizo?

¿Podamos?-Melissa suelta una carcajada mordaz-Sabes que yo soy quien paga todo esto ¿No?-la mujer suelta un ataque que Spencer bloquea con facilidad.

Por supuesto que lo sé-responde la chica titubeante-no es como si pudiera olvidarlo.

¿Ah si?-ahora fue el turno de Spencer para atacar pero cada vez que lo hacía Melissa la bloqueaba con una facilidad asombrosa-Y si no lo olvidaste ¿Qué haces aquí? Te he visto entrenar diario desde que volví hace dos años como si fueras a ir a la arena, comes como profesional, vistes como profesional... ¿Qué es lo que quieres?

Nada-responde Spencer golpeándola con tanta fuerza que su hermana cae y rueda por el suelo. La espada sale volando a algún rincón de la habitación, Spencer sonriente ataca con la parte roma de la lanza pero Melissa gira las piernas en una extraña manera desviándola y golpeando una de las piernas de su hermana quien nada más al sentirse caer rueda esquivando un mortífero golpe.

Tu no peleas como si no quisieras nada-apuntó con rudeza, Spencer se lanza hacia una espada larga y curva, está lista para atacar pero cuando encara a su hermana esta ya tiene dos cuchillos largos de aspecto mortífero, la chica se mueve incómoda, había visto a Melissa destrozar al menos a 4 tributos durante los juegos que ganó hacía cinco años usando este tipo de armas-¿Miedo ahora? Venga hermanita, dime ¿Por que peleas?-ella golpea en repetidas ocasiones cada vez más rápido-¿Quieres ser mejor? ¿Más fuerte que yo? ¿Más rápida que yo?-

No es de tu incumbencia!-gruñe Spencer con un nerviosismo interno cada vez mayor porque aunque intentaba defenderse todo parecía inútil; cada golpe que intentaba era bloqueado, casi como si leyera su mente

¿Has repasado todos los golpes de los manuales, corazón? Muy bien, puede que si los recites mates a tu oponente de aburrimiento, no tienes lo que se requiere-la sangre de Spencer hervía ¿Así que no la creía digna? pues se lo demostraría.

Callate!- Spencer golpeó con fuerza, intentando ser aleatoria, impredecible pero simplemente su hermana no cedía

Necesitas controlar tus emociones ¿Sabes que otra cosa te falta?-inquirió con sorna y de repente el ritmo de las defensas y los golpes de Melissa cambiaron de intensos a ser una barbarie que Spencer apenas podía resistir, un golpe y luego otro y al final la espada de la menor de los Hastings salió volando lejos de su alcance. Desesperada, la chica trató de correr de nuevo hacia las armas pero no tuvo caso, una patada en la espalda baja la tiró de bruces contra el suelo, a penas se dio la vuelta se quedó petrificada. Melissa saltó sobre ella dejando los cuchillos a pulgadas de su garganta, los ojos de su hermana destilaban ira, fiereza y una sed de sangre que le hizo sentir un escalofrío-te faltan ganas de ganar... de matar. Déjalo ya-le dijo mientras lanzaba sus cuchillos a un lado-si quieres pelea por ti, pelea para ser mejor y esas tonterías pero olvídate de mí, nunca serás mejor que yo, estoy fuera de tu alcance-la mujer se alejó desatando su cabello y se perdió de vista al doblar por el pasillo.

Spencer se quedó en el suelo un poco más de lo necesario intentando recuperar la respiración, odiaba admitirlo pero era verdad, puede que en su constante carrera para superarse la una a la otra a penas hubiera diferencia entre ellas (algo positivo a pesar de ser 2 años menor) e incluso en un punto Spencer llegó a tener cierta ventaja, pero cuando la chica comenzaba a sentir la victoria, su hermana sorprendió a propios y extraños al declararse voluntaria para sustituir a una llorosa chica de 18 años cuando ella sólo tenía 15. Al principio tanto sus padres como ella estaban horrorizados, le reclamaron, le lloraron antes de que partiera al capitolio pero Melissa los calmó con una sonrisa de suficiencia. Desde su pequeña casa en el distrito 2 los tres Hastings miraron con el alma en vilo a la chica en las entrevistas y luego en la arena donde resultó ser letal, en cuestión de unos cuantos días la chica volvió al distrito con su gran corona que aún siendo enteramente de oro pesaba menos que su ego. Y sus padres comenzaron a tratarlas diferente, ahora ella era la primera en todo, la proveedora, la que los había sacado de la miseria, con ese golpe maestro había dado el tiro de gracia a cualquier aspiración de Spencer. No, no había manera de superarla.