Día 3

197 13 10
                                        


Oscuro, no hay nadie... literalmente nadie. Spencer camina sin dejar de tantear el muro de roca a su derecha, sabe que si lo pierde... si lo pierde caerá a la oscuridad, una oscuridad tan densa y profunda de la que no podrá escapar ni siquiera su recuerdo.

Las criaturas soplan un viento helado que cala en el alma de las chicas. Spencer y Ali se retuercen en el suelo.

Necesitamos hacer algo...-dice Emily apretando los dientes para no ceder ante los recuerdos que discurren en su mente-no lo vamos a resistir...

Claro que podemos-rebate Aria-solo hay que...

¿Dejar de respirar?-inquiere Hanna. Las chicas la fulminan con la mirada pero ella parece no notarlo.

La nieve pura y blanca se tiñe de rojo a su paso, la gente les mira horrorizados. Ali no lo entiende todavía, pero algún día lo hará y sabrá  que significaban los moretones en el cuello, el rengueo, la sangre que había dejado de escurrir pero que ninguno de los dos podría olvidar.

Esto es serio-gruñe Aria y Hanna la mira como disculpándose-necesitamos un plan para traerlas de vuelta...-Hanna piensa a medias en un plan, Aria también. Proponen ideas mientras se pellizcan, aprietan la mandíbula y los puños pero ninguna parece ser una idea lo suficientemente buena.

Caminaban por el mercadillo cuando ocurrió: uno de los agentes de paz recargado en un puesto de verduras se acercó a ellas y desvergonzadamente introdujo la mano entre las piernas de Emily, aquella soltó un grito y se retiró asustada, él exhibió una enferma sonrisa que se borró con una velocidad envidiable cuando Maya le reventó la quijada de una patada.

¿Emily?-Inquiere Hanna y solo entonces Aria se voltea a ver. Había asumido que la tributo del cuatro estaba cuidando de Alison, pero esta ha pasado a ser solo un ovillo rubio, de rodillas frente a ella Emily se esfuerza por respirar.

¿Em?-inquiere Aria acercándose.

Pero Emily no la escucha, ella solo ve con terrible realismo lo que su mente le muestra: ella ve a Maya siendo molida a golpes por tres agentes de la paz, ve a su incansable chica recibiendo puntapiés y puñetazos mientras ella es incapaz de reaccionar, cree que nunca tendrá el valor de ayudarla, de defenderla hasta que escucha como alguien corta cartucho.

NOOOO!- ante la mirada atónita de Aria y Hanna, Emily se levanta de un salto y corre directo a la entrada de la cueva-déjenla en paz!

En su mente Emily no corre hacia su muerte, no, ella al igual que un par de años atrás corre para proteger a quien ama. Sin embargo esta vez las cosas son diferentes, porque alguien la derriba y la contiene evitando que se acerque a su amada.

NO! SUELTAME! SUELTA... MAYA! MAYA!-Aria intenta sujetarla sin éxito, las criaturas soplan con más fuerza y pronto es patente que sus esfuerzos no bastarán. Desesperada, Hanna se le cuelga de la espalda.

Spencer le teme a la oscuridad ¿No es ridículo? Aunque en su defensa la chica puede alegar que no teme a todas la oscuridades, sólo a una: la verdadera, la absoluta oscuridad que la engulló de pequeña en una de las laberínticas canteras del distrito dos. Llama a voz de cuello a su abuelo, su guía, que se ha separado de ella solo un segundo... solo un segundo fue suficiente...

Rápido-urge-no puede arrastrarnos a las dos...

Claro que puede!-Aria lo sabe al cien por ciento, ella misma lo ha vivido, la gente hace cosas increíbles por aquellos que ama.

Y es extraño porque mientras la nieve cae junto a sus lágrimas, mientras ella avanza, escucha un grito en la lejanía...

Emily no!-es tarde, la distrito del cuatro se libera y corre hacia su destino, las criaturas se apiñan esperando deseosas su encuentro, de sus capas negras y etéreas salen cuchillas de metal largas y filosas. Hanna intenta correr pero Aria la detiene.

PLL: The Hunger games.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora