Visita inesperada

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Abre los ojos y sonríe. Se levanta de la cama y se envuelve en una túnica suave, luego camina descalza por el suelo alfombrado y sale de la habitación no sin antes darle una última mirada al chico al que deja dormido tras de si.

Mona camina por el largo pasillo hacia una habitación llena de azulejos, presiona unos cuantos botones, se quita la bata y se da una ducha mientras tararea una canción, nada más terminar, deja que el aire proveniente del tapete la seque, se vuelve a colocar la bata y sale de la habitación. Camina de nuevo por su elegante residencia ahora hacia otra habitación ocupada en su mayoría con un enorme armario que rápidamente elige un vestuario para ella.

Sobrio, como me gusta-repite mirando el elegante traje color vino que se pone de inmediato. Luego se acerca al tocador, donde un puñado de Avox se disponen a maquillarla, peinarla y de más aunque no haya mucho que hacer, ella es joven, hermosa todavía no cae en alguna de las modas más ridículas del capitolio.

No te pases con eso, Gila-avisa a la chica que maquilla sus pómulos. Ella asiente. Mona aprecia el silencio, a veces más que una conversación con algún charlatán oportunista por eso adora a los Avox.

Una vez arreglada sale al balcón dónde, contrario a lo que se pueda pensar para un habitante del capitolio hay una pequeña mesa de cristal que no está ocupada por platos, platos y más platos de comida, no, en esa mesa para una persona solo hay una taza de té, una tetera de oro pulido y un pequeño plato rebosante de bonitos panecillos blancos. Con una leve inclinación de cabeza da una seña y el Avox que está en la habitación enciende un aparato de sonido que deja escuchar una superflua melodía la chica no puede hacer más que sonreír.

Prepara un buen desayuno para dos personas-Ordena al Avox-y no te cortes con todos los arreglos- El hombre asiente y Mona se sienta a la mesa, luego abre una pequeña ventana holográfica frente a si y comienza a teclear varias cosas, moviendo puntos aquí y allá mientras el té se enfría a su lado, no presta atención a lo demás hasta que alguien más entra a la habitación.

Señorita Vanderwaal-dice la chica-tiene una visita.

Si-responde ella sin despegar la vista de la pantalla-dile que pase al comedor, en un momento le acompaño-La chica salió pero unos segundos más tarde regresó donde se encontraba Mona-¿Si?

Señorita Vanderwaal, insiste en verla en su despacho, no desea comer nada-Mona levantó la vista-¿Que desea verme en MI despacho? ¿Que no desea comer?-apartó la vista de la proyección-¿Quien quiere verme Cetha?

Mona mantuvo la calma mientras caminaba hacia su despacho, se había retocado los labios, se había acomodado más el pelo, hoy más que nunca agradecía a la vida el no haberse retocado en exceso como todos los habitantes de ese lugar. Al llegar a la elegante puerta de madera se detuvo por un momento, respiró y luego entró sin tocar.

Bueno, señor honestamente este es un honor que no me esperaba-dijo calmadamente-¿Son estas visitas frecuentes? Porque de ser así, es una sorpresa que mi padre me ha mantenido oculta y realmente espero que sea la única.

También espero que sea la única-sonrió el presidente Coriolanus Snow-me conviene y te conviene que sepas todos los secretos de tu padre.

En su mayoría-sonrió ella sentándose al frente de su escritorio-y tengo mis propios trucos-ambos sonrieron-¿Gusta un poco de té?

Oh, no, es una visita rápida-dijo haciendo une elegante ademán con la mano.

Entonces vayamos al punto-sonrió la chica-¿A que debo el honor?

No es un secreto que guardo un profundo respeto por su padre-comienza-y de manera indirecta por usted, además he leído sobre sus trabajos, tiene usted magnificas referencias, un desempeño envidiable y lo mejor de todo-sonrió-un ingenio impresionante-Mona sonrió-sólo quiero asegurarme de haber tomado la decisión correcta con usted. Me imagino que tiene todo listo.

En efecto, señor-respondió la chica-si gusta puedo darle un informe detallado pero me temo que esto sería posible hasta dentro de una semana.

¿Una semana?-

Se han hecho algunas modificaciones-dijo-todo en orden de alcanzar nuestros objetivos, yo misma supervisé las tareas y solo es cuestión de pulir algunos detalles pero descuide, todo saldrá a pedir de boca.

Se nota la confianza en su empresa-sonrió el presidente-es evidente que su juventud tiene mucho que ver en ello, sin embargo permitame darle el consejo de un viejo como yo; la imprudencia es el cáncer de la juventud, tiene el poder de cegar a las mentes más brillantes haciendo que las ideas gloriosas se conviertan en fracasos monumentales

Lo tengo en cuenta-respondió Mona con una sonrisa-para nuestra fortuna una de mis principales virtudes ademas de mi aura natural de autoridad y sabiduría es mi gusto por el perfeccionismo,  la templanza y la sobriedad a la hora de actuar... pero aun así no bajaré la guardia. Cumpliré mi propósito de la mejor manera señor.

Me parece fantástico-El presidente se levantó, así mismo la chica aunque el la detuvo con un gesto conciliador-una vez aclarado ese pequeño punto, me retiro. No hace falta que me acompañe.

Aún así me gustaría hacerlo-Coriolanus rió mientras la chica lo precedía hasta la salida de su elegante departamento. Una vez en la puerta el hombre se volvió una última vez hacia ella.

Le deseo suerte para que todo salga según sus previsiones-dijo dándole un beso en la mejilla. 

No necesitamos la suerte señor-respondió ella ignorando el hedor a sangre que desprendía-haré que esto salga según mis previsiones y según lo que usted espera.

No esperaba menos de mi vigilante jefe-sonrió el presidente antes de salir del lugar.


PLL: The Hunger games.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora