4 capítulo

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3 meses después:

Narrador omnisciente: 

Marta, Edgar, Zac, Marlene, Ema, Katy y Javier siguieron viendo a Jess, el cual esta sigue en coma y aun no le ven mejora alguna.

Marta y Edgar pudieron hablar y ella pudo explicarle porque se fue, porque abandono así a su familia. Edgar pudo perdonarla, pero acepto que el ya no sentía lo mismo que sentía hace años atrás y ella acepto lo mismo, dándole la noticia que Carlos le propuso matrimonio y estaba feliz con ello, pero la ceremonia se llevaría a cabo después de que su hija despierte y se sienta mejor.

Ema sigue estando con su novia Katy y entro en vacaciones con un excelente promedio, comenzó a trabajar como mecánico de computadoras, ya que en eso era en lo que él se destacaba. 

Zac y Marlene estaban bien, él quiere pedirle la mano a su maravillosa novia, pero no puede ya que la mejor amiga de su amada rubia estaba en coma, no era el momento de pedirle esa petición, pero las ansias de compartir su vida con ella no lo dejaban en paz.

Javier solo se dedicaba a visitar a su novia en el hospital y a terminar una pequeña sorpresa para cuando ella despierte.

Y a diferencia de todos ellos Lucas se emborrachaba y se sentía cada vez peor al no tener cerca de su otra mitad, ya que este renuncio a ella, por miedo a no poder amarla como se lo merece. Se sentía derrotado y no podía soportar la idea de no volver a verla y Moria por verla, pero sabía que al volver a ver el rostro, los labios, la silueta de esa pequeña que conoció en un parque gracias a su cachorra, el caería de nuevo a sus pies e intentaría luchar con todas sus fuerzas para tenerla conmigo entre sus brazos y así no soltarla nunca más, pero no podía, ella tenía que ser feliz alado de Javier. el pensar que Jess eligió a Javier no lo dejaba dormir, pero tenía que aceptarlo.

Lucas:

Estaba completamente borracho cuando me sacaron de la cantina en la cual hasta hace solo un par de horas.

Me encontraba tambaleándome fuera del hospital, es de noche y no había nadie haciendo guardia, lo cual me pareció raro, pero aun así entre sin pensar en nada más que en Jess. Caminé por los pasillos del hospital en busca de su habitación repitiendo su nombre una y otra vez, hasta que por fin la encontré.

Y allí estaba ella, durmiendo plácidamente, me causo ternura verla en ese estado, tan tranquila. En segundos recordé cuando despertó por primera vez en mi cama. Me quede observándola y acariciando su mejilla, retenido cada una de las lágrimas que sabían que iban a salir en cualquier momento.
Mire por la ventana inconscientemente y empezó a amanecer. Necesitaba tanto esto, verla, sentirla, tocarla, pero me faltaba solo una cosa, besarla. Me puse de cuclillas y mire sus labios, parecían no tener color, parecía que estaba muerta de lo pálida que estaba, acaricie su mejilla unan vez más, tome su mano que aún seguía inmóvil, estaba completamente fría y eso me asustaba, volví a posar mis ojos en su boca y no me retuve esta vez y la bese tomando su mano fría que en seguida tomo calor, apretó con fuerzas mis manos como si no quisiera que me valla, su boca comenzó a moverse al compás de la mía, abrí los ojos por un momento vi como lentamente ella también los abría. Me separe de ella e hice que soltara mi mano y me retire de la habitación.

Al retirarme me encontré con Javier, intento llamar mi atención y lo ignoré, mientras caminaba pude escuchar como Javier llamo a los médicos por que la encontró despierta, o por lo menos es lo que yo pensé.

En cuestión de minutos me retire del hospital y camine a casa, todo el camino pensé en lo que hice. Fui un cobarde al huir de esa manera, pero no podía quedarme, tenía que dejarla ir, tenía que dejar que sea feliz, aunque me duela el saber que no sea conmigo.

Al legar a casa, entre a la ducha y me di un muy largo baño, no dejaba de pensar en ese beso, de pronto venían imágenes a mi cabeza donde ella sonreía a mi lado, extrañaba no sentirla y ahora que me aleje nuevamente de ella la extraño más, no pasaron ni dos horas y siento como si hubiesen pasado años. Acaricié mi labio recordando las caricias de los de ella y sonreí al imaginarme el sabor de ellos.

Salí de la ducha, me puse un bóxer y una camiseta vieja, no tenía pensado en salir. Conecté mis auriculares, encendí el reproductor de música de mi celular y comencé a escuchar música para distraerme, así estuve el resto del día, recostado con el respaldar de la cama con los auriculares en las orejas, sin poder borrar la imagen de ese último beso de mi cabeza.

¿Cristian? ¿Jessy?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora