Actualmente

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Marta

Con el paso del tiempo me case con el y no por que me haya enamorado, ni nada por el estilo. Oscar me obligó a ser su mujer.

Me tenia "secuestrada" en su casa, me tenia prohibido salir de casa.

Al principio no era tan malo, era su señora de la casa y luego su amante, tenia que aceptarlo ya que fui yo quien tomó esta decisión, el tipo podría darme toda la impresión de asco, pero la vida de mi pequeña estaba en sus manos, no me quedaba de otra que acostarme con el.

Luego comenzó a emborracharse más seguido y a golpearme por cosas estúpidas.

Empezó a traer mujeres a la casa y hacerme dormir en el sillón.

Yo comencé a no dejarme tocar por el y las consecuencias de ello era;  Terminar golpeada o que me viole.

Al parecer la segunda opción le gustaba más, le encantaba que me resista, le parecía más sexi.

Ayer descubrí donde tiene escondida una colt en su buron, debajo de unos libros que lee antes de dormir. No tengo idea de hace cuanto la tiene, lo vi jugando con ella cuando fui a ofrecer café a mi amado esposo y note que la escondió allí, luego de eso me pidió a gritos que tocará antes de entrar y yo asentí. Al cerrar la puerta escuche como le cargo las balas.

Este tipo se pudrira en el mismísimo infierno.

Al anochecer se me ocurrió seducirlo, para acostarme con el y olvide lo que tenia guardado a un costado de la cama.

Mi plan entró en camino.

Hoy.

Despertó y se despidió con un beso en mis labios.

-Adiós amor- Me guiñe el ojo.

-Adiós cariño- Respondo de una manera muy falsa a mi parecer.

Y cerro la puerta con los mil y un candados habidos por haber y se retiró.

Espere con ansias su aparición por esa puerta de madera que se encuentra delante mío.

Llegó la hora y estoy nerviosa ya que en mi vida le disparé a alguien.

Siento las llaves abrir la bendita puerta y yo trato de tener todo bajo control.

Se abre la puerta y lo veo con una de sus putas y mi bronca crece más.

-Tus días terminaron hijo de perra- Le digo apuntandole con la pistola.

El levanta los brazos y noto como la niña que trajo corre por el costado, desapareciendo poco a poco de nuestras vistas.

-Cierra la puerta- Digo en tono serio sin necesidad de gritar.

Ríe - ¿Seguro vas a tener el valor de dispararme? - Arquea una ceja y vuelve a reír.

-!Que cierres la maldita puerta¡- Está vez grito y el obedece mis órdenes.

Se acerca con las manos en aire -Cariño, devuelveme la pistolita- se ríe nuevamente.

-Detente- Digo y noto mis manos temblorosas.

Dios creí que esto seria sencillo.

El obedece mis órdenes y vuelve a reír.

-¿Qué es lo que te causa tanta gracia?- Grito sin dejar de apuntarle.

-No te animas- Responde -Si tienes tanto coraje !Demuéstralo perra¡- Me grita

No dudo en hacerlo, pero algo me lo impide, mi sudor cae por mis mejillas en forma de gotas.

Se acerca demasiado e intenta arrebatarme la bendita pistola y en el forcejeo se disparó.

¡PAMM!- Se escucho haciendo entorpecer mi oído.

Veo su cuerpo caer sobre la puerta y un alivio recorre todo mi cuerpo.

Salgo del lugar a las corridas.

Al salir recuerdo que estuve encerrada diez años y no recuerdo como llegar a casa.

Tengo todavía la pistola en la mano derecha y detengo un taxi.

-¿A donde señori...?- No termina la oración al notar mi camisa toda ensangrentada.

Tomó la pistola y la colocó en su cabeza y le doy la dirección, el asiente con miedo  y corremos a casa.

Al llegar corro a la puerta y noto como el taxi huye de mi o del lugar, en realidad no lo se.

Tocó la puerta con calma y luego de unos segundos o quizás minutos me abrieron la puerta.

Era mi hija, Jess.

-Hola- Dice en tono seco

-Hola- Respondo en el mismo tono.

¿Cristian? ¿Jessy?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora