ALTO AHÍ LOCA

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Jess:

Desperté con las piernas enredadas con las de Lucas, con sus brazos alrededor de mi cintura, su respiración acariciando el hueco de mi cuello, con el rayo del sol pegado a mi cara.

Me di la vuelta para contemplar la ternura de Lucas durmiendo, sonreí al verlo tan inocente y lleno de paz, besé sus labios y en segundos me lo respondió, apretó mi cintura para profundizar el beso y luego sonrió.

- Buenos días – Dijo mirándome a los ojos y sonriendo.

- Buenos días - -dije besando sus labios una vez más.

Mire la hora en el reloj de mi celular 12:40, al ver la hora, mi cara era un poema al parecer - ¿Qué sucede? – Pregunto Lucas preocupado.

Sonreí – Me van a matar cuando llegue a casa – Exagere,

- Y no vuelvas – Dijo tranquilo – El día está lindo para estar así, abrazados todo el día – Murmuro con su voz ronca y sexy, abrazando mi cintura – Además ya eres mayor – Finalizo.

- Si, pero aún vivo bajo su techo – Dije medio enojada y rodando los ojos – “Mi techo. Mis reglas” – Dije recordando la frase de papa. 

- Deberías vivir sola – Murmuro en mi cuello – O conmigo – Agrego.

Sonreí y luego volví a la normalidad – Es que mi viejo está enfermo y no puedo dejar a mis hermanos solos, aún siguen siendo menores – Dije preocupada.

- ¿Y tu madre? – Pregunto en cautela.

- No quiero hablar de ella – Dije soltándome de su agarre y levantándome de la cama – Además puedo sola – Dije mientras me ponía la musculosa que traía puesta ayer.

Rodo los y suspiro mientras se colocaba los pantalones.

Luego de esa emotiva conversación – Nótese el sarcasmo – Nos sentamos a almorzar, ya que no era hora de desayunar en silencio.

- ¿Qué vas a hacer ahora? – Pregunto Lucas rompiendo el silencio.

- Supongo que ir a casa ¿Por qué? – Respondí con sarcasmo, pues era obvio que volvería a mi dulce morada.

- No por nada – Respondió quizás un poco decepcionado.

Terminamos de desayunar y nos dirigimos a la puerta, Lucas se ofreció a llevarme y yo acepte. Salimos de la casa y nos topamos con una grata sorpresa – Nótese el sarcasmo – Una rubia, con pechos grandes, que me resultaba familiar, me estaba apuntando con un revolver, con cara de loca.

- Alto ahí loca – Grito sonriendo sínicamente. Quizás la loca era yo al parecer.

¿Quién puta será la oxigenada esta?

¿Cristian? ¿Jessy?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora