No sé dónde estoy, parece un sueño eterno o quizás una pesadilla, donde me encuentro más sola que nunca.
Las paredes y los pisos eran blancos, completamente blancos, caminaba de un lado a otro, en busca de alguna salida, golpeaba las paredes con bronca, sentía impotencia, si impotencia, de no saber que hacer, mis manos no sentían dolor, hacia esto durante horas, hasta que me cansaba, luego me sentaba en el suelo apoyando mi espalda con la pared.Y así estuve días, semanas, meses o quizás años, no lo sabía y eso era lo que más me aterraba.
Estaba sentada en el suelo, pensando en nada, tenía la mente en blanco, al igual que la pared de esta habitación y de pronto sentí una calidez en mi mano derecha y la observé como si esta fuera lo más interesante de la habitación, lo cual en realidad y al sentirla algo vino a mi cabeza.
Lucas.
Comencé a sentir sus caricias, estas me estremecían por completo, luego sentí un calor inmenso posado en mis labios y yo comencé a luchar con todas mis fuerzas por salir de ahí.
- Te amo - Escuche de pronto.
Quería decirle que yo también lo amaba con todas mis fuerzas y corresponderle el beso, pero no podía, comencé a desesperarme.
Apreté su mano, la podía sentir y eso me alegraba, sentí sus besos y mi boca comenzó a moverse al compás de su lengua, abrí los ojos lentamente y allí estaba el con los ojos cerrados, besándome de una forma en la cual nunca me beso, no lo entendía, pero era especial, sabía que era especial y luego el abrió los ojos, se soltó de mí y acto siguiente se retiró.
Trate de hablar y no lo conseguí, quise correr detrás de él y tampoco lo logre ya que me encontraba en una camilla y tenía agujas inyectadas por todo mi brazo.
Luego entro Javier a la habitación y me encontró despierta y su sonrisa se expandió por todo su rostro y un par de lágrimas cayeron por su mejilla, le regale una leve sonrisa y el salió corriendo en busca de los médicos para que me vean y así fue.
No sé dónde estoy, parece un sueño eterno o quizás una pesadilla, donde me encuentro más sola que nunca.
Las paredes y los pisos eran blancos, completamente blancos, caminaba de un lado a otro, en busca de alguna salida, golpeaba las paredes con bronca, senita impotencia, si impotencia, de no saber que hacer, mis manos no sentían dolor, hacia esto durante horas, hasta que me cansaba, luego me sentaba en el suelo apoyando mi espalda con la pared.Y así estuve días, semanas, meses o quizás años, no lo sabía y eso era lo que más me aterraba.
Estaba sentada en el suelo, pensando en nada, tenía la mente en blanco, al igual que la pared de esta habitación y de pronto sentí una calidez en mi mano derecha y la observé como si esta fuera lo más interesante de la habitación, lo cual en realidad y al sentirla algo vino a mi cabeza.
Lucas.
Comencé a sentir sus caricias, estas me estremecían por completo, luego sentí un calor inmenso posado en mis labios y yo comencé a luchar con todas mis fuerzas por salir de ahí.
- Te amo - Escuche de pronto.
Quería decirle que yo también lo amaba con todas mis fuerzas y corresponderle el beso, pero no podía, comencé a desesperarme.
Apreté su mano, la podía sentir y eso me alegraba, sentí sus besos y mi boca comenzó a moverse al compás de su lengua, abrí los ojos lentamente y allí estaba el con los ojos cerrados, besándome de una forma en la cual nunca me beso, no lo entendía, pero era especial, sabía que era especial y luego el abrió los ojos, se soltó de mí y acto siguiente se retiró.
Trate de hablar y no lo conseguí, quise correr detrás de él y tampoco lo logre ya que me encontraba en una camilla y tenía agujas inyectadas por todo mi brazo.
Luego entro Javier a la habitación y me encontró despierta y su sonrisa se expandió por todo su rostro y un par de lágrimas cayeron por su mejilla, le regale una leve sonrisa y el salió corriendo en busca de los médicos para que me vean y así fue.
Me hicieron un millón de estudios los cual pase por alto, mi cabeza estaba puesta en ese maravilloso beso.
Me pregunté a mi misma ¿Porque se fue así? Pero no obtuve respuesta alguna.
Te daré el alta mañana Rose - Dijo el médico sacándome de mis pensamientos y yo asentí con un leve moviente de cabeza ya que aún no podía hablar - Ya volverás a hablar - Dijo sonriendo - En un par de horas ese ardor que sientes en tu garganta desaparecerá - Sonrió y desapareció el hombre de lentes y delantal blanco.Javier estuvo a mi lado todo el tiempo, acompañándome todo momento, mientras tomaba mi mano.
- Descansa - Dijo dándome un beso en la frente y tomando mi mano - Me quedare a cuidarte - Dijo y le agradecí con una sonrisa.
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¿Cristian? ¿Jessy?
Novela JuvenilJessy es una chica universitaria, que tiene a su padre enfermo y sin poder trabajar. Ella decide buscar trabajo para mantener a su padre y a sus hermanos, pero para poder trabajar necesita cambiar su estilo de look y convertirse en Cristian, ya que...