El plan en marcha

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Desperté alado de Javier. Quiero aclarar que no pasó nada en la noche, ya que ambos estábamos muy cansados.

Salí de la cama con cuidado, sin despertar a mi querido novio y sonreí al verlo dormir, se ve tan dulce durmiendo. Me puse las vans que traía puesto anoche. Así es sigo con la misma ropa que traía puesta anoche.
Prepare el desayuno, un café con leche y un par de medialunas. Volví al cuarto y me acerque a la cama, acaricie su mejilla y el sintió mis caricias y sonrió.

- Buenos días – Digo sonriente y le doy un beso en los labios.

- Buenos días, preciosa – Dice respondiendo mi beso, mira el desayuno y pregunta divertido - ¿Y eso? – Sonrió

- Tu desayuno – Respondo.

Tomamos el desayuno juntos, entre risas y comentarios estúpidos la pasábamos bien. Luego de un tiempo la charla se convirtió en un silencio incomodo, Javier no dejaba de mirarme y eso me ponía bastante incomoda.

Sonrojada le pregunto - ¿Qué tanto me miras? – Y él sonríe.

- Es que eres realmente hermosa – Me dice acariciando mi mejilla – Te amo – Agrega y me sonrojo más. 

Veo la hora y suspiro cansada – Debo irme – Digo mirando el suelo.

- Te llevare – Dice levantándose de la silla y yo acepto.

Luego de unos minutos llegamos a casa, me despido de el con un beso y entro a casa. Saludo a todos y camino hacia las escaleras, subo a mi cuarto y entro a la ducha de mi habitación.
Siento el agua caliente caer sobre mi cuerpo desnudo y recuerdo los besos de Lucas por mi cuerpo y sonrió al imaginarlo, al darme cuenta de la que pasa por mi cabeza, termino de bañarme y cierro la ducha.

- Mierda – Chillo – Lo necesito. Digo mientras le doy un leve golpe a la pared.
Salgo de la ducha y agradezco a Dios haberme puesto una toalla al salir de la ducha. Veo a Marlen sonriente, recostada sobre el marco de la puerta, la veo y la veo y no dejo de mirarla, se ve más linda de lo normal, no sé cómo explicarlo, está más… no se ¿Radiante? -

Nota que no dejo de mirarla y me pregunta extraña - ¿Pasa algo? – Arquea una ceja divertida - ¿Te gusta lo que ves? – Sonríe picara.

Me rio – No, estúpida – Le digo tirándole una almohada y ella ríe – Es que te vez, no se… Distinta – Digo y ella se sonroja.
- No entiendo – Dice confunda.

- Déjalo – Digo arqueando una ceja. Quizás no sea tan importante.

Recuerdo lo que tiene propuesto Zac para mi amiga y aunque odie esto, lo hare por ella.

- ¿Y si vamos de compras? – Pregunto odiándome por esto.

Chilla de la emoción – Sii – Grita - ¿Pero por que? – Pregunto curiosa.
- No por nada, solo quiero un cambio de look – Digo haciendo una mueca al ver mi ropa. Quizás sea cierto.

- Está bien, yo quiero un lindo vestido y tú me ayudaras – Asiento con la cabeza y ruedo los ojos. Este será un largo día.

Me visto y nos dirigimos al centro comercial a hacer esas benditas compras. Obviamente ella me ayuda, ya que yo soy un asco en estas cosas de moda.
Ella encuentra un vestido color rojo, ajustado al cuerpo con escote corazón, bastante corto para mi gusto, pero yo se lo extrovertida que es, así que no opinare al respecto ya que será una discusión al pepe.

- ¿Te gusta? – Pregunta ansiosa.

- Si, es hermoso y te quedara de maravilla – Le respondo

- Gracias – Responde contenta y entra al probador.

Yo encuentro un vestido negro, también ajustado al cuerpo y la verdad me encanta, es hasta las rodillas o quizás un poco más corto, pero me lo probare igual.

- Malú, iré a probar un vestido en el probador de alado – Digo entrando al probador

- Está bien – Responde desde el probador.

Me empiezo a desvestir, y luego me pongo el vestido negro y me gusta lo que veo.

Salgo del probador para que mi amiga me vea y la veo a ella, modela de un lado a otro divertida por todo el local.

- ¿Qué tal me veo? – Dice divertida y sonrió.

- Claro que si – Respondo - ¿Y yo? – Pregunto divertida.

- Si – Responde – Te hace más delgada – Agrega.

- ¿Me estás diciendo gorda? – Pregunto haciéndome la ofendida.

- No dije eso – Frunce el ceño divertida.

- Ya sé – Digo riendo a carcajadas.

Ambas entramos al probador para sacarnos el vestido y ponernos nuestra ropa normal. Luego de pagar los vestidos que por cierto eran carísimos, recordé que teníamos que ir al bar karaoke.

- Marlen – Digo algo nerviosa.

- ¿Sí? – Pregunta.

- Te tengo una sorpresa – Digo sin rodeos – Solo sígueme – Digo y sonríe

¿Cristian? ¿Jessy?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora