capítulo 5

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Luh, no podía quedarse callado mucho tiempo. Así que decidió hablar.

—Gona. -habló Luh.
—¿Sí, Luh? -Gona estaba un poco nervioso.
—Quería... -estaba indeciso si realmente preguntarle-... Quería saber...
—Dime tío, para eso somos amigos. -con dolor dijo Gona.
—Del por qué... Estabas tan animado hablando con aquel... -dudaba Luh.
—¿Chico? -interrumpió Gona.
—Sí. -finalizó Luh.
—Pues... -Gona desvío su mirada-... No creía que sería necesario el decirte, pero... -Gona no debía, no sabría qué decirle.
—¿Pero...?
—Ya casi llegamos y deben estar cansados, ¿les ayudo? -interrumpió Sara entre los dos con la intención de salvar a Gona.
—Gracias sí, yo pido cambio. -Gona le dejó su lugar a Sara.

Luh decidió dejar pasar el tema, hasta que llegaran al hotel y pudieran hablar bien...

Dejaron a Exo en su cuarto y Sara lo acompañó. Luh disimulaba el ir a su habitación pero seguía a Gona.
Cuando Gona iba a cerrar la puerta tras de él... Luh interrumpió la acción poniendo su pie y entró rápidamente, cerrando la puerta inmediatamente.

—Eh eh tío, ¿qué coño haces? -preguntó extrañado y un poco enfadado Gona.
—Quiero hablar. -dijo Luh, serio.
—¿Sobre qué? -Gona estaba nervioso. Retrocedió un poco.
—Toma lugar. -Luh jaló a Gona hacia la cama.
—Dime... -le dijo temeroso el de lentes.
—En el bar. El chico. Sabes de lo que hablo. -dijo Luh directo al punto.
—Pues... No creo que sea necesario decirte. -contestó.
—Joder, ¿no puedes sólo decirme? -Luh rodó los ojos.
—No eres mi madre para meterte así en mis asuntos, Luh. -se levantó Gona. Firme.
—Vamos, ¿y por qué no quieres sólo decirme?, no es nada tan malo para ponerte de ese modo. -alzó la voz Luh. También parándose.
—¿Por qué quieres saberlo tanto? -estaba irritado el menor.
—¡Sólo dime y ya coño! -gritó Luh.
—¡Podría arruinar nuestra amistad! -soltó Gona.

Los dos quedaron en silencio. Gona bajó la mirada, un poco intimidado.

—No quiero perderte. No sé que pensarías de mí... -repitió Gona.
—Gona... -Lutfi se sentía mal.

Luh se acercó a Gona y lo abrazó, Gona estaba sorprendido. No correspondió el abrazo, se quedo completamente inmóvil.

—Hablemos mañana... Cuando estemos mejor. -propuso Luh.
—Vale... -contestó Gonzalo.

Luh se fue a su habitación y los dos se quedaron despiertos toda la noche. Pensando sobre lo que había sucedido.

«Esto es una completa locura. Él me odiará, ya verás... No, no seas tan negativo, hay una mínima oportu... No. No hay nada. Dios, qué estoy diciendo, él es heterosexual. Además; tiene novia.» Pensaba Gona.

«No sé que me vaya a decir Gona... Me tiene un poco preocupado. » Pensó Luh.

Al día siguiente, Sara levantó a Luh y Gona para ir a desayunar aún con la resaca de Exo.

CONTINUARÁ...

Perdón Por Enamorarme.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora