Luh seguía peleado con sus padres a pesar de que él seguía tratando de conciliar el problema y seguir como normalmente. Ya ni siquiera querían verlo y él no estaba seguro si seguía siendo su hijo, o realmente Mah ya se había convertido en su hermana…
Su hermana podía hablarles normalmente, pero aunque ella trataba de arreglar las cosas: terminaban discutiendo sobre por qué deberían perdonar a Luh.Debían darles tiempo para perdonarlo, darse cuenta de que tampoco fue enteramente su culpa y que tarde o temprano tendrán que perdonarlo. ¿Es por eso por lo que se enojaron?
( . . . )
Mientras Gona…
Parecía que ya no había rastros de que quisiera fumar, aunque siempre tenía ganas de hacerlo. Obviamente. Los vicios no se dejan de un días para otro.
Cuando Clara comenzaba a asistir a los ensayos de la películas ya era como cuando no asistía a la casa. Apenas y dejaba notas para avisar que se iba.Aunque desde un día, dejó de aparecerse por la casa. Pero mandó un correo a Gona: diciendo que no estaría por allí pues estaría en un hotel de la otra ciudad. Y sería mejor pues no estaría transportándose se un lugar a otro.
Avisó que estaría fuera por unos días, que avisara también a Mark.Gona aprovechó grabó todos los vídeos que podía, llamó a Exo que era el único que no lo había bloqueado en el Skype. Éste le contestó, pero estaba muy serio para lo que casi siempre se muestra.
—¿Gona?… –preguntó iluso.
—Sí, oye, te quería preguntar si querías jugar a algo para grabarlo en mi canal.
—¿Cómo te atreves a mostrar tu cara después de lo que hiciste?
—Ahora tú… ¿ahora qué se supone que te hice? –Gona acarició su pelo, ya desesperado por los malentendidos.
—A mi no, a Luh.
—Ah, entiendo… bien. Veo que no es el momento para hablar, te veo luego.Gona colgó, realmente Luh había avisado bien sobre lo que había visto: aunque sería difícil para hacer ver que no tenía la culpa, trataría de arreglar las cosas pero no era el momento. Se sentía frustrado e impotente, acariciaba con fuerza su frente tratando de tranquilizarse, cosa que logró después de unos cortos segundos.
Iba a salir a la calle para conseguir unos cigarros. Y eso hizo. Se apresuró y compró varias cajetillas. Los camufló entre varias bebidas y comida en una bolsa de supermercado. Regresó con cuidado y rápidamente, le dió risa el asunto que se protegiera tanto de que le vieran por la calle comprando cigarrillos.
Al llegar a unos metros de su casa: vio un auto estacionado frente. ¿Quién se supondría que vendría hasta las afueras de Madrid para ir a visitarlos? Se preguntaba Gonzalo mirando atentamente el auto, sin reconocer el dueño. No le sonaba de nada aquel auto, tal vez visitas de sus padres.¿De quién se supondría que era?
Caminó lento, con un poco de miedo y entró. Al entrar y cerrar la puerta, vio a una chica con el gorro de la chaqueta puesto, no dejando ver su rostro que estaba hablando con sus padres. No sabía cómo, pero estaba seguro que era una chica con sólo ver su espalda: tal vez sus caderas y espalda.
—¿Hola?… –dijo Gona tímido, al ver que nadie había notado que llegó.
—Ah, cariño, es tu amiga… Sara. –dijo su madre, al momento, a Gona se le puso piel de gallina y abriendo sus ojos tanto como pudo.
—¿Sara? –dijo Gona, que caminó al comedor y dejó ahí la bolsa todavía tratando de tragar.
—Gona, vine a visitarte. –dijo seria, tan severa y gélida como su voz le había podido transmitir.Se levantaron y se quedaron mirándose incómodos. Sara parecía que en cualquier momento le soltaría una patada o un golpe: y Gona sentía ya el golpe en su cara. Cerró los ojos esperando cualquier cosa pero sorprendertenente, no recibió eso, recibió un cálido y tierno abrazo.
Gona abrió sus ojos muy grandes y miró a Sara en su hombro.—Te extrañé, gilipichis. –dijo casi en un susurro.
—Yo también. –Gona correspondió a Sara.
—¡Pero qué demonios pasó con Luh!… –Sara gritó, olvidando que seguían ahí los padres de su amigo.
—Vamos afuera a hablar, tenemos asuntos. –Gona empujó hasta la salida y lejos a Sara.Caminaron un poco lejos dejando la casa atrás.
—Entonces, ¿dónde está tu NUEVA pareja? –se cruzó de brazos, en tono hostil.
—¿Nueva?, al único que amo es a Luh.
—Amas…
—Pues sí, supongo que ya sabrás el por qué me bloqueó y no quiere saber de mí.
—Tal vez… ¿porque lo engañaste? –dijo gutural, como si ella hubiera sido la que se tragó un engaño.
—¡No lo engañé! Fue otro malentendido. Es una historia muy larga pero finalmente ella se tenía que quedar en mi casa y se sobrepasó pues pensó que yo quería algo con ella.
—No sé si creerte.
—¿Cuándo te he mentido? Por dios, Sara.
—Pues…
—Fuera de los juegos.—Nunca.
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Perdón Por Enamorarme.
FanfictionSi algo fuera fácil, no valdría la pena. (Contenido de Gonuh y Yaoi. Se recomienda discreción.)