capítulo 35

30 3 2
                                    

(Unas horas antes)...

Luh regresaba del trabajo, estaba agotado, apenas y había tenido descanso. Llegó y jugó un poco de VR, Fortnite y GTA para relajar sus nervios. Faltaba poco para ir con Gona.
Llamó a Sara, para programar mejor la visita.

—Sara, ¿ya te has arreglado? –preguntó Luh de inmediato cuando la llamada conectó.
—Sí, creo que iré la próxima semana... ¡Oh no!, en un par de días iré con Gona.
—Bien, porque a mi me falta un poco de tiempo... –se rascó la nuca suspirando.
—Ya lo he notado por esas ojeras, ¿no has dormido para nada? Eso señalan esas enormes ojeras.
—Lo sé, pero... Es para tener vacaciones e ir con Gona. O que él venga, lo que sea. –sonrió Luh.
—Ya es bastante tarde, ¿vienes del trabajo?
—No, bueno sí... Eso no importa, ¿de dónde vienes tú?
—De una fiesta, estuvo... Meh, un poco mala, pero no pudo ser peor.
—Qué bien.
—¿En qué trabajas, Luh? –se interesó Sara.

Luh iba contar lo que tenía para Sara, pero su móvil sonó e hizo que se alarmara. Sara estaba curiosa el por qué apartó la vista tan alarmado. Por lo que esperó a que tomara su móvil y reaccionara.
Su vista se nubló, lágrimas salían de su cara, su mandíbula temblaba y dio un tremendo golpe a la mesa. Alarmó inmensamente a Sara.

—Por dios, no... –Luh agitaba con fuerza su rostro, cerrando sus ojos, negando aquello que vio, evitando que había visto algo. Sus sollozos comenzaban a sonar bastante más fuerte y peor, se podía retratar el miedo.

Se cubrió la vista con un brazo y negaba, seguía negando. Se dejó caer en la silla gamer.

—¡Luh, ¿qué sucedió?!, ¡dime! –Sara trataba de ver algo, o adivinar, pero no podía. Por la desgarradora reacción de su amigo, le dieron unos tremendos escalofríos. Deseaba ver qué atormentó de esa manera tan horrible a su amigo.
—SARA, POR FAVOR... DIME QUE ES MENTIRA. POR FAVOR. –Luh apenas podía hablar por sus lágrimas gigantescas que salían de sus ojos a ríos.
—¿De qué habl...?

Luh acercó el teléfono a la cámara, había una conversación de Whatsapp. Sara no vio nada raro, hasta que bajó y miró una imagen... Esa imagen no la podía sacar de su cabeza. Abrió sus ojos, cubrió su boca con sus dos manos y miró con atención el texto que venía abajo:

"Ahora es mío."

Mientras se podía escuchar de fondo los sollozos de Luh, que seguía con la mirada tapada, con sus llantos desgarradores... Que con claridad transmitían la pena.

La imagen era que aparecía Gona en el centro, que parecía estar exhausto, estaba dormido, tenía el pelo muy desordenado y con el pecho descubierto; justo a un lado tomando la foto: una mujer pelirroja sonriendo, parecía estar igual con el pecho descubierto y el pelo hecho un desastre.
Los dos se quedaron callados, no podían decir nada.

—No. Definitivamente no aceptaré esto. –ignorando que aún seguía en llamada con Sara, Luh marcó a Gona.

Marcaba y marcaba, pero nadie contestó. A medida que Luh marcaba: se iba enojando aún más. A Sara le dio pena aquella escena. Hasta que la operadora: "Se te han acabado los datos..."
Luh enojadísimo se levantó de su asiento y comenzó a dar puñetazos en la pared mientras gritaba un montón de groserías, lamentándose y llorando al mismo tiempo. En un dado momento, se cansó de golpear la pared y se apoyó en ella, mientras lloraba.
Apenado, regresó a su silla y miró a Sara.

Sara además de notar sus ojos, pudo ver que sus nudillos se veían sangrando, por golpear la pared. Sus ojos se encontraban completamente rojos, a más no poder y con un odio intenso, se escondió entre sus hombros y miraba al suelo.

—Tengo... Tengo que... Irme. –Luh colgó inmediatamente la llamada, se quedó un par de minutos sin hacer nada ni moverse.

Apretó su regazo mientras lo miraba, con los hombros arriba. Deseando no haber visto nunca eso...
Había sido una tortura total...

Se fue a su cama, apagó las luces e inmediatamente se acostó, ni siquiera se tomó la molestia de quitarse la ropa. Su furia y tristeza no le ayudaba para nada a dormir, se mantenía cambiando de posición mientras trataba de cerrar los ojos y dormir. Que le parecía imposible en ese momento.
Caminaba a obscuras por toda la casa, comía cada cosa que podía, tomaba agua a más no poder... Salió a caminar en la madrugada, sintiendo el aire fresco de la madrugada recorrer su piel. Los lugares más recónditos de su cuerpo y refrescándolo al menos un poco.
La brisa liberadora se sentía estupenda golpeando contra su cara, liberándolo quizás unos momentos de aquella rabieta que acababa de hacer.
Nada podía liberar a nadie como una gran brisa de madrugada a un hombre triste, furioso y desamparado... Era un trabajo imposible, para alguien que no fuera la Luna o el Sol.
Aunque esos dos grandes astros no podían liberar de esos pensamientos que aprisionan a la gente, al menos podían alejar de sus problemas unos momentos para poder pensar y actuar tranquilamente. Era una de las pequeñas cosas que se disfrutan en grande y con placer.

Regresó a su hogar, prendió las luces y se quedó jugando videojuegos. No le importaba nada más, tenía que hablar con Gona... Pues tenía cosas por decirle.

A la mañana siguiente, continuaba despierto. Aprovechó a la hora mínima para abrir las tiendas para ir a recargar datos para el móvil. Puso casi tanto tenía en la cartera y se dedicó a marcar insistiendo una eternidad. Marcaba, llamaba, pero no. No se iría a rendir, por lo que seguía marcando y marcando.
Su hermana lo fue a visitar, pero Luh no quiso decir nada acerca de eso, pues ella le diría que él no era el indicado para Luh... Sólo quería hablar con Gona. Por lo que ignoró un rato el móvil en lo que estaba con Lah, hasta unos minutos después que se fue y volvió a intentar llamar como un desquiciado.

Perdón Por Enamorarme.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora