Gona sólo abrió sus ojos, realmente hasta el momento sólo había decidido sobre ocultárselo. Pero... Ahora creía que sería malo para Luh, no sería lo mejor.
Todo cambió, pues con la reconciliación... Lo dudaba increíblemente, ahora no lo tenía para nada claro.Gona estaba mirando a Sara, como buscando alguna solución en ella, pero ella sólo lo miraba comprensiva.
Luh sólo dejó de escuchar la conversación de Sara y Gona y continuó hablando con Exo. Quería preguntar, quería preguntar sobre eso que "le diría" Gona. Pero tampoco quería presionarlo. ¿Era tan grave?, no lo sabía... Por eso no sabía si hacerlo o no.
—Por cierto... –Gona aclaró su garganta cambiando de tema–. ¿Por qué tuviste que distraer a André?, ¿era necesario?
—Sí, Luh nos había contado que lo estaba amenazando contigo, por eso no podía acercarse.Recordó lo que Luh le había contado en la cena, por lo que dejó de preguntar y continuó escuchando la plática a su lado. Pero no había nada más que insinuaciones de parte de Exo, de Gona y Luh. Mientras Luh sólo contestaba algo para evitar eso apenado.
—Entonces, ¿comprarán condones para disfrutar la última noche? –preguntó molesto Exo.
—No, Exo. ¡Ya cállate! –Luh ya estaba bastante rojo.Mientras Sara reía y Exo continuaba. Gona sólo miraba, mientras Luh se tapaba las orejas impidiendo escuchar: como un niño pequeño.
A Gona le llegó esa sensación de calidez nuevamente, como si estuviera con su familia. Era hermoso sentir esa calidez en tu cuerpo, y no sentir esa sensación de frío y espantoso miedo que te recorre la columna hasta la cabeza. Ahora había cambiado.Llegaron al hotel y se despidieron. Sara se fue a su cuarto, también Exo mientras que Luh se fue a la habitación de Gona.
Se abrazaron unos minutos, pues había otras maneras de demostrar el amor sin tener sexo. Se acostaron y se acomodaron.
Hablaban un poco de vez en cuando. Pues ninguno de los dos podía dormir con el otro frente suyo.Luh se movió un poco y sintió algo extraño en sus pies, sonaron a hojas... Este sonido alertó a Gona, haciendo que se levantara.
—Perdón, soy muy descuidado, dejé estas revistas aquí y se me olvidó quitarlas... He, he he.–Gona buscaba entre los pies de Luh.
Pero este inmediatamente se levantó y tomó los papeles, no los leyó porque Gona se los arrebató.
—Oh, sólo es mi cita con el médico, ya sabes.
Los colocó en un mueble cercano, hasta el fondo. Por supuesto Luh no pudo ver, por lo que se rindió, decidió que si Gona no le contaba, no lo obligaría a contárselo.
Se durmieron.( . . . )
Al día siguiente, se reunieron en la habitación de Exo, porque no se levantaba, no quería salir de la cama. Era el más flojo de los cuatro.
Luh decidió hacer algo, salió un momento.
Exo se levantó de inmediato, como si su sueño se hubiera desaparecido. Como si nada hubiese pasado y se sentó de la nada en su cama, mirando directamente a Gona.—¿Cuándo le contarás? –dijo Exo, olvidando que Sara estaba ahí.
—No creo que... Creo que no se lo diré. –contestó Gona apenado.
—¿Por qué no?, está muy preocupado por ti, en serio. Lo mencionó muchas veces ayer.
—Lo preocuparía más. –aclaró Gona.
—Pero al menos lo sabría. –agregó Sara.
—Pues... –el pelinegro se encontraba acorralado.
—No, Gona. Tienes que decírselo, será más fácil para todos.
—Estamos para ti, Gonis.
—¿Qué tal si Luh no? –bajó la cabeza.
—No creo que haga nada que te lastime. –dijo Sara.
—Se ha esforzado mucho. –mencionó Exo.
—Tengo miedo...
—No tienes por qué. –dijo seria Sara.
—Creo... Que sólo dejaré pasar esto.Gona dejó de hablar, pues estos dos entendieron el mensaje, pero querían que hablase con Luh: pues si esto llegaba de otra manera a Luh, se enojaría con el menor. Y eso era lo que querían evitar. Querían acercarlos mucho más, todo lo posible.
Pero no se rindieron, siguieron insistiendo: acorralando más a Gona sobre sus pensamientos. Sus manos comenzaban a sudar, sus voces se elevaban y se mezclaban.—Entiendan, ¡NO QUIERO QUE SEA ASÍ DE DIFÍCIL! –Gona soltó un golpe a la mesa de Exo, finalizando las palabras de este último y Sara.
Los dos se quedaron impactados, simplemente se miraron sin saber si continuar aconsejando.
Gona se apenó y se rascó la cabeza con fuerza, notando su error.—Lo siento... No era mi intención.
—No te preocupes. Es comprensible. –calmó Exo.Tocaron la puerta, Gona fue a abrir. Era Luh, con los papeles en mano.
—Luh... ¿Qu-qué haces con eso? –Gona retrocedió un poco.
—¿Era esto?... ¿Por qué no querías contarme? –Luh vio los papeles y luego a Gona, estaba destrozado.Sus ojos estaban tristes, su boca tratando de decir mil palabras, pero su cabeza no las podía ordenar para decirlas. Estaba un poco inclinado hacia el frente, apoyado en el marco de la puerta y sus brazos con los resultados de Gona en ellos, temblando de terror, enojo, tristeza, pánico... Miles de sentimientos en esa postura y gestos de Luh. Haciendo sentir terrible al menor, causándole que sus ojos se volvieran cristalinos.
—Luh, era para no lastimarte. No quería que eso saliera a...
—¿¡CÓMO NO IBAS A DECIR QUE TIENES CÁNCER PULMONAR?! MALDICIÓN. –Luh se alteró. Llevó una mano a su cabeza, tratando de respirar y tragar aquella información.Los tres se miraron repetidas veces, trataban de tomar todo con calma y no alterarse.
—Perdón... –dijo Gona, acercándose un poco a su pareja.
—NO, NO TE DISCULPES. –dijo dándose un masaje en su frente, digiriendo la información.Gona se limitó a estar parado frente al otro, sin mencionar nada por unos segundos y sentirse apenado por no decir nada.
Pero para él era una buena decisión, pues era para no lastimarlo. Finalmente, termina dañando a ambos y todo se termina sabiendo... Sólo era cuestión de tiempo.Después de unos minutos, Luh se tranquilizó y pasó. Cerró la puerta, se apoyó en ella y miró con entrecejo a Gona, como enojado con él. Cómo no estarlo, con tal información.
Respiró unos momentos, miró a los demás, dejó las hojas y habló.—¿En qué etapa estás? ¿Qué tan grave es?...
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Perdón Por Enamorarme.
FanfictionSi algo fuera fácil, no valdría la pena. (Contenido de Gonuh y Yaoi. Se recomienda discreción.)