capítulo 16

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Sara y Exo estaban ahí apoyando, buscando soluciones para aquella acción tan inesperada de Luh. Pues... Exo estaba cuestionando que eso no era muy normal. Algo había mal.

-Gona. ¿Qué te ha dicho en la mañana? –preguntó Exo mientras miraba a la pared.
-Pues... que tenía el día planeado. Después de eso, casi nada.

Exo pensó detalladamente eso. Se quedó muy quieto mientras miraba a Gona.

-¿Qué piensas, morsa? -dijo Sara.
-Me parece extraño que tuviera todo su plan y que de repente se haya "cancelado" todo. Pues el día todavía no acaba y Luh no llevó a Gona más que a comer.
-Además de saber cómo es Luh de emocional. ¿Cómo se comportó cuando te dijo eso, Gonis?
-Serio... Estaba demasiado normal. -Gona comenzó a pensar sobre esto.
-Algo no cuadra, tienes razón. -completó Sara.

Exo se fue de la habitación, sólo se levantó y se fue. Dejando a Sara y Gona de nuevo solos.
Gona esperaba que no mencionara nada acerca de... Los papeles, que Sara había encontrado. Hasta que ella giró muy de repente y se le quedó mirando muy enojada.

-¿Sucede algo?... -Gona miró por el cuarto, viendo el desorden que todavía quedaba.
-¿Cuándo tenías planeado decirnos? -no podía hablar normal, inconscientemente habló entre dientes.
-Yo... No lo sabía, este no era el momento. -el castaño miró a Sara, serio.
-Entonces, ¿cuándo? -la mujer se cruzó de brazos.
-Tenía planeado irme a mi hogar y no decir nada. -se giró Gona.
-¡Nos íbamos a enterar cuando estuvieras muerto!, ¡eso es lo que planeabas!
-Sara, no grites. Alguien puede escucharnos.
-Y así se arruinaría tu plan, ¿cierto? -Sara por el enojo se le comenzó a formar lágrimas.
-Sara... Era para protegerlos, no quería que sufrieran por mí, entiendeme. No merecen estar aquí sólo para cuidarme.
-Eso querías...

Sara se quedó callada. Mirándolo.
Se giró y comenzó a hablar sola, muy enojada.

Se levantó y quedó frente a Gona, sólo observándolo desde arriba.

-Puedes contar conmigo. -Sara abrazó a Gona.

El castaño sorprendido, se quedó boquiabierto, finalmente cerró sus ojos y sintió el cálido abrazo. Mientras sentía como las lágrimas de Sara iban cayendo en su hombro, empalándolo.

Después de un rato se separaron, y Sara secó los restos que tenía en su rostro. Se sentía bastante incómodo.
Se miraron, y sonrieron.

La puerta se abrió, los dos miraron asustados a la puerta mientras se abría. Dejando ver a un Exo sorprendido.

-Exo... ¿Hace cuánto estás ahí? -preguntó Sara, mientras se giraba a Exo.
-Nunca me fui, salí para aclararme -no tenía reacción, parecía no poder pensar-. Pensé que si ibas a estar a solas con Sara, le rebelarías algo de Luh, pero... Me enteré de esto.
-Exo, no. Es... Un malentendido. -Sara estaba nerviosa, apenas y podía moverse.
-¿Qué es lo que te pasa, Gona?... -de pronto la mirada de Exo se oscureció, entristeciéndole.

Gona apartó la mirada, realmente ya no quería contar ni hablar sobre eso.

-¡CONTESTAME! -Exo elevó mucho la voz.

Nadie más habló, Gona se escondió entre sus manos, Exo miraba a Sara y a su amigo, mientras que la castaña miraba a Exo, tratando de hacerle entender con la mirada: no le presiones, por favor.
Exo no apartaba su mirada de furia con tristeza.

-Exo, no tienes porqué saber esto. -dijo Gona.
-Claro que sí. Por favor, díganme -se tranquilizó -. Por favor.

Sara se pensó si hacer algo o dejarlo así. Miró repetidas veces a Exo y Gona, uno y otro.

-Sara... -Exo estiró una mano a ella.
-Pasa y cierra la puerta. -pronunció seca.

Exo obedeció inmediatamente, se sentó a un lado de Gona.

-No, Sara. No digas nada por favor... -suplicó Gona.
-Si ya escuchó, ya no hay de otra. Sólo se lo iría a decir a Luh, y es lo que menos quieres.

Gona lo aceptó y dejó a Exo.

-Primero, tienes que apegarte a lo que Gona quiera. ¿Bien? -Sara se quedó quieta.
-Yo... Pues. Es que...
-¿BIEN?
-Bien. Acepto. Me apegaré.

Sara caminó hacia a Gona, lo apartó un poco y metió sus manos entre las sábanas, buscando los papeles.

-¿Qué haces?, ¿no que me ibas a contar? -Exo miraba con detenimiento lo que Sara hacía.
-Deberás leer esto para entender lo demás. -Sara apretó los papeles entre sus manos, mientras veía a Exo.

Le entregó los papeles con las dos manos, mientras se pasaban de unas manos a otras.
Exo sostuvo los papeles y no los leyó, buscó la aprobación de Gona y Sara.

Ellos asintieron.

Regresó la vista a lo que tenía en sus manos, comenzó a leer y poco a poco su vista se nublaba. Su vista estaba pegada y muy cerca de las letras negras del documento. A cada renglón que leía, comenzaba a preocuparse y asombrarse más. Hasta que terminó de leer y miró con brusquedad Gona.

-¿Por qué...? -no pudo terminar se hablar, se le fue la voz -. Gona, perdón... Lo siento mucho...

Abrazó de repente a Gona y este nuevamente le correspondió.

-No sé... No sé qué decir. En serio. -seguía mirando aquellos condenados documentos que anunciaban tal horrible cosa.

( . . . )

Dejaron un poco eso de lado y continuaron hablando de Luh.

-Entonces, ¿tú que hiciste cuando escapaste? -preguntó Exo, mientras estaba parado frente a Gona junto con Sara.
-Pues... Me quedé fuera de la plaza...
-¿Ajá?... Todo. -Sara seguía escuchando.
-Y lloraba fuera.
-¿Solamente eso?... ¿Cómo supiste que Luh no lloró al final? -Sara continuó.
-André me lo dijo. -cuando se dio cuenta de lo que dijo tapó su boca y miró a Sara y Exo.

Estos dos últimos se miraron enojados, no sabían qué hacer por aquel comentario.

-¿Cómo que André te lo dijo? -preguntó Exo.
-Me lo encontré cuando salí, y dijo que no debía ni confiar en Luh. Dijo que las autoridades no lo atraparon.
-Si estaba siendo perseguido por la policía, cómo es que estaría paseando tan tranquilo en una plaza pública... -Exo dijo en voz alta.

Parecía que esos dos se estaban comunicando por las miradas, pues estaban asintiendo y mirando pero nunca dijeron alguna palabra. A Gona le comenzaba a dar miedo.

-Y me trajo aquí al hotel... -terminó Gona, haciendo enfadar más a Sara y Exo.
-¡CÓMO DEMONIOS SIGUES CONFIANDO EN ÉL! -gritó enojadadísima Sara.

Perdón Por Enamorarme.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora