Caminaron en silencio al hotel, cuando estaban llegando, vieron cómo Luh entraba a la recepción.
Los tres se detuvieron.
—¡Ahí está! –dijo Exo.
—Ya lo hemos visto genio. –Sara contestó.Fueron caminando detrás, esperando a que Luh no los viera. Iban en silencio, un poco más atrás observando sus movimientos.
Caminó directamente a su habitación y cerró la puerta tras de él.—¡Bien!, lo tenemos aquí, ahora. ¿Qué hacemos? –Exo se quedó mirando la puerta de Luh.
—Supongo, que deberás ir a hablar con él, Gona. –Sara le dio un impulso a este.
—No, ni lo sueñes.Comenzaron a pensar callados, atentos a su puerta para evitar malentendidos y demás cosas.
—Y, ¿si alguien va y le intenta sacar información? –propuso Exo.
—Qué ridiculez. ¡Tengo una idea!, ¿que tal si voy y hago que confiese?
—¡Vamos! –se emocionó Gona.
—Mientras ustedes esperan en el cuarto de Gona, ¿bien?Exo se quedó mirando a Sara.
—¿En serio? –dijo Exo caminando a la habitación de Gona, siguiendo a este.
Se fueron y se quedaron en la habitación de Gona, pacientemente.
( . . . )
—¿Luh? –Sara tocó a la puerta amablemente.
—¿Qué quieres?
—Sólo, hablar. ¿Sí?
—Vete, por favor. –dijo intranquilo.
—Vamos... Déjame entr–Sara ni pudo terminar pues Luh le abrió la puerta, dejando ver a Luh desaliñado y con los ojos llorosos. Todo un desastre.
—Wow... –apenas dijo Sara al ver a su amigo.
—Ya, vamos vamos, pasa. No tengo todo el día.Sara de inmediato entró, Luh cerró con fuerza.
Se quedaron frente a frente.—Entonces, ¿quién está mintiendo? –se cruzó de brazos. Sara sabía perfectamente que esa "estrategia" era blanda, pero debía intentarlo.
—Yo. No hice nada de eso que dije. –confesó de inmediato, bajando la mirada, acariciando su cuello.Pensó que era broma, pues primero mentir y luego aceptarlo tan fácil... ¿De esa manera? Era extraño.
—¿Por qué mentiste?
—Eso es lo que quería hacer con Gona, y muchas otras cosas...
—¿"Quería"?
—Sí. Te voy a confesar, esto. Pero... No debe salir de aquí, ¿de acuerdo? Debes prometerlo. Sino... Cosas malas pasarán. Es por el bien de los demás.Sara abrió los ojos, pues la mirada seria y destrozada, aún cristalina de su amigo: estaba hablando en serio. Sus sentimientos tan penetrantes le dieron escalofríos a Sara, que recorrió de su espalda baja hasta su cabeza, sus pies los sintió fríos y sus manos temblorosas. Era extraño. Tan sólo esas palabras causaron todo eso... Debía ser algo muy difícil.
–Bien... Estoy preparada. Nada saldrá. –lo aceptó.
Luh respiró profundamente y tomó de los hombros a Sara. Pensó por dónde comenzar, las palabras adecuadas, el orden de los acontecimientos... Todo debía cuadrar para que Sara entendiera la situación y el por qué estaba de esa manera, el misterio que envolvía todo, la respuesta, el dolor... Ella debía entenderlo, era la única a la que podría contarle y que le pudiera ayudar.
Por fin encontró por dónde empezar a contar tales cosas.—Comenzó por...
( . . . )
Sara salió con pasos torpes de la habitación de Luh, tenía su cabeza mal, se sentía un poco "sobrecargada" de información... Se volteó y miró la puerta de Luh, nuevamente.
—Pobre. –soltó Sara y caminó a donde estaban Gona y Exo.
Se paró un momento al recordar que no podía decir nada al respecto, ahora parecía que estaba parada entre dos agujeros negros que la engullirían en cualquier momento. Debía cuidar sus pasos y sobre todo sus palabras.
—Maldición, no puedo hacer nada... Qué hago, qué hago, qué hago. –miraba a los lados, buscando el cómo justificar el tiempo que estuvo escuchando a Luh pero sin rebelar nada. Era difícil.
Cuando un pensamiento se le vino a la mente y entró a la habitación. Exo y Gona se levantaron de inmediato al verla entrar. Ella tomó asiento entre los dos.
—¿Y bien?, ¿qué pasó? –preguntó ansioso Gona, como despertando, se habría tomado una siesta.
—Es que... Gona, mira, él... Ya no quería seguir lastimándote. Se dio cuenta que sólo te causaba problemas. –se puso a un lado de él, le tocó el hombro y encontró la mentira adecuada para decir.
—Nunca lo ha...
—Él dijo que dirías eso, –interrumpió Sara– pero en el fondo sabes que es verdad... Por eso, decidió que lo mejor sería distanciarse de ti. Aunque sea difícil, lo haría sólo por tu felicidad.Gona respiró unos segundos, sorprendido, ¿él habría hecho lo mismo por ellos? Pues claro que sí, quería esconder... Eso. Y ya no sabía si seguir interfiriendo o dejarlo así, en el olvido. O hasta que Luh se enterase por las malas, o simplemente nunca lo sabría y nadie se lo notificaría.
—Creo... Que todos debemos regresar a nuestros hogares... –dijo Gona, apenas pudiendo hablar, aceptando aquello. Decidió que era lo mejor para todos. Nadie saldría lastimado: o al menos él creía eso.
—Sí, es lo mejor. –dijo Sara.Exo no agregó nada, realmente no tenía la necesidad de hacerlo. Era decisión de Gona, y se debía respetar. Sin importar que se separen y no sepan de los otros... Era para su "bien".
Se quedaron callados, nadie se despidió de nadie, sólo se fueron cada uno a sus habitaciones. Se durmieron sin importar nada más, Exo fue el único en salir a comer algo fuera del hotel, mientras los otros no asomaron ni la cabeza al exterior.
Era como si se hubieran sincronizado en ese momento, pues miraban al techo preocupados por sus amigos, su futuro sin ellos... Suspirando por la retirada, tan triste.Antes creían que ese viaje les alegraría la vida, mucho. Ahora pensaban que sólo fue algo triste que no debió pasar.
¿Sería eso?, ¿aquí acabaría todo?...
No. Para Luh no había terminado, pensó en algo afortunadamente antes de que fuera tarde.
ESTÁS LEYENDO
Perdón Por Enamorarme.
FanfictionSi algo fuera fácil, no valdría la pena. (Contenido de Gonuh y Yaoi. Se recomienda discreción.)