Perdón Por Enamorarme.

capítulo 26

Cada uno informaba a sus cercanos algunas cosas que habían pasado allá, por no decir que casi todo era un drama y un problema. Pero diciendo que se habían divertido muchísimo.

-Lo volvería a hacer. -dijeron los cuatro, al terminar su historia.

Los padres de Gona se alegraron que se hubiera divertido, amigos y amigas de Sara le pidieron que los llevara con ella, amigos de Exo bromeaban acerca de la chica: Sara. Y, los familiares de Luh estaban descontentos del viaje.

Su hermana lo veía con cierto tono de decepción, era extraño en ella: pues siempre eran el dúo más divertido de todo el mundo. Pero ahora... No. Su madre no lo quería ver, su padre estaba desinteresado en todo aquello: no quería saber nada más de ese tema.
Toda la familia de Luh quería a Mah, y que Luh la abandonara de esa forma era... Terrible.

Una vez, Luh decidió hablar con su hermana.

-Para qué me llamaste. -dijo seria, entrando al cuarto, mirando a Lutfi sentado frente al monitor.
-Quiero hablar contigo. Pasa.
-Si es sobre Mah, ni lo creas.
-Verás, no puedo callar esto para siempre, necesito apoyo.

Su hermana notando el tono de desesperación de su hermano se paró frente a él.

-Bien, ¿sobre qué es?... ¿Mah?
-Algo así. -Luh jugó con sus dedos, mirando el cómo le iba a decir... Todo.

Abrió la boca, pero antes de que pudiera soltar alguna palabra el PC sonó: había llegado algo. Era una llamada entrante del Skype, los dos miraron el monitor. Mientras seguía la llamada, Luh estaba nervioso y no sabía exactamente el por qué. No tenía idea de qué hacer.
Supo por qué debía estar nervioso: "Llamada entrante de Gona89". Su corazón latía y sentía su cuerpo frío, la garganta se cerraba y en su rostro formaba un gesto preocupante.

¿Debía colgar, o atender la llamada?

Miró a su hermana, pero ella asintió y dejó que contestara. Se apartó un poco de la vista de la cámara y Luh se acercó a contestar. Respiró. Dio un clic y comenzó a conectar la llamada.
Daba tensión las palabras en la pantalla: "Conectando..." mientras sonaba un sonido seco del mismo Skype.
Luh rogaba porque Gona no dijera algo que arruinara todo, o algo fuera de lugar.

La pantalla iba mostrando unos píxeles, que se iban transformando en la imagen ansiosa de Gona que estaba frente la pantalla y con sus clásicos lentes.
A Luh se le escapó una suave sonrisa, pero la borró tratando de mantenerse serio.

-¡Hola, Lurl! ¿Has llegado bien? No pude contactarte esto días por unos asuntos. ¿Qué te ha pasado, nada nuevo? -Luh suspiró por bajo.
-Holis, Gonis. Síp, llegué bien... Nada nuevo, por aquí. ¿Qué tal tú?
-Pues, he ido con el doctor y sí. Lo que te he... -la pantalla se congeló, y sonó un ruido muy extraño, pero casi inmediatamente la llamada continuó-... dicho en el hotel, sólo era de cuidado personal. Por suerte.
-Me alegro mucho.
-Te noto serio, como extraño, ¿en serio no tienes nada?
-Pues claro que no, sólo que por acá... El tema de Mah, alteró un poco a mi familia. Nada que no sea normal.

El tema se le escapó a Luh, quizá no era el momento más adecuado de mencionar aquello pues su hermana era expectante de todo y era un riesgo que Gona dijese algo.

-Oh... -parecía como si de repente su alegría se hubiera ido, se le oscureció la mirada.

Se sentía bien que no hubiera dicho nada, pero curiosidad le surgió cuando vio aquella reacción de Gona... Era extraño. ¿Gona hacia a Mah?

-Bueno... Eh, eh. Te llamo después, tengo algo que hacer. -Luh buscaba el ratón con la mano a ciegas, manteniendo la vista en la cara de Gona.
-Sí, adiós.

Regresó a con su hermana, que miraba atenta todo.

-Puedes proseguir. -ordenó ella.
-Bien, lo que te diré: va a estar entre nosotros dos. ¿De acuerdo?
-¿Y si no quiero?
-Me va a perjudicar de mala manera a mí, y confío en ti. Sé que no serías capaz de hacer algo parecido. Por favor.
-Supongo que sí. Depende si lo quiero o no decir.

Luh no tuvo más alternativa que seguir, pues ya ni había vuelta atrás con esos datos. Le iba a decir, pues aunque ella dijera eso: él sabía que nunca se harían nada para lastimarse, era una relación de hermanos... Extraña. No muchos hermanos son así.

-¿Conoces a alguien bisexual? -inició con una pregunta Luh, tratando de aligerar la carga de información.
-Sí.
-¿Quién?
-Un amigo, el que te presenté hace tiempo: Javier.
-Pues... Estás viendo a uno justo ahora. Sé que esto... Es, un poco... Confuso o raro. Pero, creeme que ha sido difícil el contarte cómo lo averigüé, por lo que... No quiero tu odio o rencor, quiero a mi hermanita cariñosa, tierna, un poco tonta, sonriente e... Inocente... Te necesito. -Luh abrió los brazos dejándose mirar completamente, casi salían unas lágrimas de su rostro, bajó su cara esperando alguna respuesta de la otra.

Al entender esto, su hermana se tapó su boca de la impresión. Mirando de arriba a abajo a su hermano...

-¿En serio tú...? -habló aún tapada.

El mayor asintió y esperó la respuesta de su hermana. Ella no pudo resistir la emoción y corrió a abrazar a su hermano.
Pareciera que iría a llorar de la misma emoción. Luh se sorprendió ante tal respuesta, de esa reacción.

-¡No me lo creo! -seguía abrazándolo y moviéndose de un lado a otro.
-¿No estás enojada?, ¿asqueada?... ¿Decepcionada?
-¡A quién le importa cómo me siento!, tú eres lo que importa, cómo te sientes tú es lo que importa. Además, a mi me encanta que sea así.

Luh sonrió y se volvieron a abrazar. Se separaron y se miraron.

-Y, cómo fue que lo descubriste.
-Me enamoré.
-Oh... ¿Quién es el afortunado?
-El chico que acabas de ver en esa pantalla.
-Pues, no está tan guapo...
-Cambia en persona, creeme.
-Ya lo veremos. -aseguró ella.

Se fueron a comer, pues era tiempo de estar a un lado de el otro lo más que se pudiera. Para compensar el tiempo perdido y las risas.