capítulo 40

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Gona despertó, estaba como nuevo: a comparación de ayer.
Parecía que no había nadie, pues llamó a Clara y a sus padres pero nadie contestó.
Buscó en cada habitación, pero era cierto... No había nadie.

Pues no hubo de otra e hizo su propio desayuno. Aunque fuera un poco desastroso ya no había vuelta atrás. Al probar un bocado, notó que había un gran cambio entre su comida y la que hacía Clara para él... Por unos momentos, se quedó viendo su almuerzo, ya no lo quería. No estaba tan bueno como la comida de Clara, por lo que lo tiró a la basura y se acercó a mirar por la ventana.

Quiso tomar un cigarrillo, pero no encontró ninguno. Tenía la intención de salir para comprar unas cuantas cajetillas, sin embargo, encontró en la puerta a Clara con unas bolsas del supermercado.

-Hola... -dijo él, incomodado.
-¿A dónde ibas?
-A recibirte.
-Da igual, ayúdame con esto. -le entregó unas cuantas bolsas y las llevaron a la cocina.
-¿Con qué compraste todo esto? -preguntó Gona mirando las bolsas.
-Con mi dinero.
-¿Tienes?, según yo recuerdo la dejaste en el hogar de tu marido.
-Pfff, deja de decirle así: es Mark. Además, fui de nuevo allí y me llevé mis cartera, no iba a impedir que no pudiera llevármela.
-Ya veo.

Salió mientras Clara se ocupaba, caminando lento hacia la tienda más cercana. Con las manos en los bolsillos. Sabía que en esos momentos Luh estaría completamente devastado... ¿O no? Estaba comenzando a dudar de sí mismo.
Desde ese momento: se le cruzaban dos pensamientos, intentar comunicar a Luh y qué era lo que Luh le quería contar. Resumiendo: Luh.

Tenía que pensar en algo rápido. ¿Cómo le iba a explicar que todo... se trataba de cosas fuera de su control?
Tenía qué hacerlo. Aunque caminara y caminara: nada de  nada se le ocurría. Era como si le llegara ese mítico "bloqueo artístico". Sus pies caminaban a un rumbo que no sabía, parecía seguir un camino pero decidía seguir pensando. Aunque no tuviera nada.
Simplemente se desviaba, olvidaba el tema y caminaba sólo mirando al suelo sin nada más en qué pensar.
Era extraño caminar, mirando todo, tratando de encontrar respuestas y encontrar a tu mente como el desierto.

Sus ojos se paseaban por las personas: algunas veces en animales. Se llegó a sentar en un parque para mirar: veía las hojas caer lentamente o irse junto al viento para viajar lejos. A los niños jugando alrededor, le parecían más molestos y sucios: los animales le encantaban. Justo iba pasando un perro hermoso negro, grande, su pelaje le brillaba intensamente. Sus orejas caídas eran demasiado tiernas y sus ojos llenos de esperanza y tan negros a la vez: brillaban de una manera espectacular.
Cuando se acercó corriendo hacia él: se inclinó un poco para acariciarlo y corría alrededor del pelinegro. Brincando y jugando con este. Hasta que el dueño lo llamó y tuvo que acudir: se fue del parque igual, brincando y feliz.
Era como si la pereza hubiera regresado. Ya no quería caminar: pero salió sólo por sus cigarrillos y no para un taxi de regreso. Por lo que caminó a la tienda y compró sus tan mencionados cigarros.
Los miraba en el camino: "Fumar Causa Cáncer."

«"Vale... Al menos ya seré más cancerígeno y menos gilipollas."» pensó: pero negó con la cabeza por el incómodo pensamiento.

Regresó a su hogar: su madre le preguntó a dónde había ido y Gona simplemente dijo que necesitaba un paseo ese día. Aclararse.
En parte, tenía razón, pero por otra... Sólo quería ir a comprar su fuente para descargar su tensión y estrés.
Clara escuchaba eso desde la cocina y le preguntó si realmente estaba bien. Este contestó que sí: y repentinamente comenzó a toser. Calmándose después de unos segundos, caminó a su cuarto y revisó las vistas y comentarios del último vídeo...

( . . . )

Realmente no tenía ganas de contestar absolutamente nada de sus comentarios pendientes o recientes pues eran cuestiones sobre Luh, sobre su tos en los vídeos, y sobre su separación con los demás.
Obviamente quería contar toda su situación para que lo entendieran: pero era dar una parte importante de su carrera y estar dispuesto a dar lo que había estado creando en YouTube durante cinco largos años, no le convenía para nada. Además, no hablaba de los demás por respeto: les sigue teniendo muchísimo cariño, es sólo por principios.
De vez en cuando pone un vídeo en volumen bajo para volver a escuchar la risa tan alocada de Luh, o las ocurrencias de Sara, o las estupideces de Exo. Realmente los extrañaba.
Reía ante un vídeo de Sara y Luh de Golf With Friends, al terminar regresó su gesto de dolor ante el recuerdo y agachó la cabeza poniendo su mano en su frente. Comenzó a llorar en silencio.

Él realmente no sabía lo que había hecho mal: pero definitivamente era su culpa. Los extrañaba demasiado y con mucha más fuerza a Luh, pues era el que siempre le alegraba la tarde.
Lo amaba mucho. No sabía si debía dejar eso o seguir, pues Exo se había enfadado muchísimo al solamente verlo. Suponiendo que Exo es el más desinteresado por los problemas ajenos: no se quisiera imaginar a Sara.
Cómo estará con su simple presencia. 

Apagó el computador con el vídeo de esa tarde y se fue a recostarse un rato. Tenía la mirada fija en un punto vacío de la pared, ya no sabía qué era lo correcto.
Su pensamientos siempre llegaban al mismo punto, al que tanto le dolía el recuerdo: Luh.
A veces hasta podía sentir de nuevo sus manos acariciarse, o sus miradas conectadas... O cuando hablaban sin saber que eran felices.

No. Sabían que eran felices. Lo sabían perfectamente, por eso trataban fe disfrutar cada momento a un lado del otro lo máximo posible. Pues realmente apreciaban el contacto del otro.
Pero el apegarte a una persona, significan varios riesgos.

—Ayúdame, Luh. –se recostó en la cama. Le dolía el pecho y no sabía ni por qué.

Comenzó a estornudar. Después de estornudar varias veces, pensó que sería buena idea ir al doctor para que le pusiera medicamentos para evitar la gripe que le estaba comenzando a brotar.
Pospuso la nueva cita que él mismo se había creado para otro día: no quería levantarse. Pero tampoco adelantar cosas que muy probablemente no sean las que él crea. Por lo que sólo se quedo recostado pensando en las cosas que tenía qué hacer. Que no eran muchas.

Optó por dormir.

Perdón Por Enamorarme.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora