capítulo 11

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Luh decidió el cuidar a Gona en el hospital, en la sala de espera o en la misma habitación. Pero lo cuidaría...
A Gona le habían dado la indicación de inmediatamente descansar. Y al cabo de un tiempo, al día siguiente, le dirían los resultados.
Ya era bastante noche, el hospital estaba en silencio. A excepción de que las máquinas de pulso seguían en funcionamiento y algunas luces de los pasillos seguían encendidas.

Luh llamó a Exo y Sara para notificar sobre el estado de Gona.

—Hola. ¿Luh? -preguntó Sara, se escuchaba bastante deprimida.
—Sí... Tengo noticias... -Luh les notificó todo lo que había pasado, los otros preocupados ofrecieron cambiar de turno, para que Luh pudiera dormir. Pero este se negó y decidió que lo haría el solo. Colgaron y se despidieron.

Apenas miró su reloj y era la 01:39 am. Bastante tarde, pero tendría que estar despierto el mayor tiempo posible para cuidar de Gona. Estaba en las bancas fuera de la habitación de Gona... Pues conociendo al pelinegro, ofrecería quitarse para que Luh pudiera acostarse.
Al pensar esto, Luh río recordando el alegre rostro de Gona... Sus pensamientos se comenzaron a inundar de sonrisas grandes y sinceras de Gona, cuando grababan, hablaban y jugaban incluso. Después de unas horas completamente de recuerdos, Luh se quedó dormido.

Estaba en medio de la nada, no sentía su peso... Estaban a gravedad cero. Cuando de repente, Gona apareció a las espaldas de Luh; con la vista baja. Pronunciando un bajo y escalofriante:

—Por qué... Por qué, Luh. -a este no se le podía ver la mirada.
—¿Gona?... ¿De qué hablas?
—¿Por qué me abandonaste?, ¿es acaso que no me quieres?
—Gona...
—No me extrañaste...
—Claro que sí. -Luh estaba confundido, se intentaba acercar a Gona, pero parecía que mientras más se acercaba más se alejaba el otro.
—No me quieres...
—¡Te amo!
—No es cierto. Ahora, moriré por tu culpa. Por tu culpa.
—No, no. No digas eso, Gona.
—¡Por tu culpa!

Gona levantó la mirada y repentinamente no tenía ojos. Lo que reemplazaba sus ojos eran un gran liquido rojo, que comenzó a llenar todo el espacio en el que estaban. Parecía que estaba llorando eso... Luh, con la extraña sustancia, comenzó a ahogarse. Cuando parecía que estaba a punto de ahogarse y morir... Despertó.

«Debió ser... Una mala pesadilla. Espantosa.» dijo Luh, tallando sus ojos, despertándose.

Se levantó de su asiento, se estiró y revisó la hora: 4:00. Bostezó. Comenzó a rascar su espalda caminando hacia la puerta de Gona.
La abrió despacio, haciendo que sólo un pequeño rechinido se escuchara.
Luh miró a Gona, durmiendo tan plácidamente. Sonrió y volvió a sentarse en su lugar.

Sentía que en cualquier momento, se volvería a dormir y regresaría a una nueva pesadilla. Todo seria consecuencia de su culpabilidad de los últimos sucesos. Se sentía muy mal, por dejar a Gonzalo y culparlo... Pero debía apoyarlo ahora.
Se volvió a dormir, pero ahora, no recordaba ni el sueño.

Cuando despertó, escuchó voces dentro de la habitación. Se apresuró y entró, miró al doctor con sus notas en la mano, hablándole a Gona. Mientras este se mantenía con una mirada vacía y triste.

—¿Pasa algo?... -preguntó Luh al ver que hablaban y dejaron de hacerlo al momento de entrar él.
—No. Nada Luh. -contestó Gona, seco.
—¿No le piensa decir, señor Gonzalo? -preguntó el doctor mirando a Luh que estaba preocupado.
—Ah... Sólo fue una pequeña hemorragia interna, y lo demás, Luh. -dijo Gona, evitando el tema.
—Oh, bueno... Y ¿podrá irse ya? -preguntó Luh.
—Pues... -el doctor miró a Gona-... Sólo serán unos últimos chequeos, y ya estaría.

A Gona lo transfirieron a otra sala que a Luh no le dejaron pasar, pasaron alrededor de un par de horas y ya.
Cuando salieron, Gona tenía dentro de su chaqueta, un portafolio amarillo... A Luh le llamó la atención esto, pero decidió no preguntar. Continuaron al hotel.
Llegaron, Gona se apoyaba de Luh, con su hombro y brazos.

—Si quieres te cargo de Princesa. -bromeó Luh.
—Oh, ¡gracias Mario!... ¡Pero tu princesa está en otro castillo! -contestó Gona, y comenzaron a reír.

Subieron, cuando estaban a punto de entrar a la habitación de Gona, Exo y Sara los alcanzaron.
Entraron los cuatro, dejaron que Gona se acostase en la cama junto con Luh, mientras que Sara y Exo se quedarían parados.

—¿Y? -habló Sara.
—¿Y qué? -contestó Gona.
—Pues que ha pasado contigo, gilipichis. -dijo Exo.
—Ya lo saben. -contestó Luh.
—Hablo de su estado. -habló Sara de nuevo.
—Ah... Pues que ya lo han dado de alta, sólo tiene que quedarse unos días en reposo y ya estaría como nuevo. -dijo Luh mirando a Gona.
—Qué guay que esto no pudo pasar a peor. Como... Si Gona... -dijo Sara mirando a los otros.
—No, no voy a morir. Por ahora. -Gona al decir esto, los demás comenzaron a reír.

Acordaron celebrar... Pero ahora en "casa."
Exo y Sara se encargarían de traer las bebidas, mientras Luh y Gona hablaban sobre eso. Antes de salir, Sara dijo: "Vamos. Hablen. Ninguno tiene que salir corriendo."
Así es como Luh y Gona, por fin pudieron hablar.

—Eh, perdón... -dijo Gona antes.
—¿Perdón?... Tú no deberías pedir perdón. A menos que te disculpes por tener a los peores amigos, por ser la mejor persona del mundo con un capullo y por... Enamorarte de la persona incorrecta. -dijo Luh.
—Entonces... Perdón. -dijo Gona, sonriendo.
—Y tú... Perdóname. Por todo.
—Perdonado. -dijo Gona, cuando Luh se le acercó y se dieron un tierno beso.

Continuaron con sus besos, Gona comenzó a besar el cuello de Gona... Pero el sonido de la puerta los separó.

—Lo siento. No sabíamos que estarían tan... "Unidos." -dijo Exo entrando con botellas en mano y haciendo una mirada pícara.
—¿No te molesta... Esto?... -dijo Luh mirando a Exo.
—En absoluto. Es más, lo sospechaba.
—Y yo ya lo sabía. -contestó Sara.
—¿Pero cómo...? -dijo Luh.
—Yo le conté. Mientras íbamos en el avión, le conté que era bisexual y... Que me gustabas. -contestó Gona.
—Y Exo...
—Yo solito me enteré. -dijo Exo haciendo una voz infantil.
—Bueno... ¡Qué comience la fiesta de "Bienvenido de Recuperación de Gona"! -dijo Luh,  gritando y alzando sus brazos.

CONTINUARÁ...

Perdón Por Enamorarme.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora