Capítulo 12

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Era nada más y nada menos que Mario.

—Ven, siéntate —gritó Lisa.

—¡Lisa, para que lo llamaste! —dije entre voces.

Mario tomo asiento a la par mía. Prácticamente no tuve que decirle nada sobre aquella noche que lo dejé plantado ya que Lisa se inventó una historia que dejo más que tranquilo a Mario.

—Y no volverá a suceder, ¿verdad Layla? —me miró.

—Sí, no volverá a pasar —le guiñé el ojo a Lisa.

—Bueno, ya cambiemos de tema. ¿Cómo vas con el libro Lisa? —dijo Mario.

—¡Está bastante bueno! —dijo Lisa emocionada.

—¿Ya llegaste a la parte en la cual se mueren algunos personajes?

—No, ni me digas. Apenas voy por la parte del juicio, van a decidir si le ponen la pena de muerte o no.

—¿Qué libro leen? —pregunté, pero me ignoraron.

—Ya verás cuando llegues a esa parte, te sorprenderás quienes mueren —dijo Mario misterioso— pero más con el asesino —hizo una mirada bastante sospechosa.

—¡Ya quiero llegar a esa parte! -dijo Lisa.

—¿De qué libro hablan? No me ignoren.

—De Tanner, es un libro que Mario me prestó. Deberías leerlo, está muy bueno.

—Creo que debes conocerlo Layla —me miró Mario fijamente— lo escribió tu padre.

—¿De verdad lo escribió tu padre? —Lisa abrió los ojos sorprendida— Está bastante bueno, con razón la personaje principal se llama Layla.

Mario se estaba comportando de forma extraña, algo que me asustó un poco.

—No me mires así que me asustas Mario —aparté mi mirada.

—Es vacilando —se rió.

Lo que más sorprendió fue escuchar el desenlace del libro, ¿hay muertes?

—Lisa, ¿me puedes prestar el libro un segundo?

—Bueno, pero me lo devuelves ahorita para seguirlo leyendo en casa.

Tomé el libro, me dieron escalofríos, empecé a leerlo y noté que los nombres de los personajes del libro eran los mismos excepto el de Mario, ya que ahí se llamaba Marco, y el transcurso de la historia era lo mismo que había estado experimentando, algo que me aterró mucho.

Entre tantas páginas, alcancé a ver lo que había visto en la computadora aquella noche en la cabaña y que hasta ahora no recordaba, me quedé helada... ¿En realidad mi padre había matado a mi madre?

Me fijé en la parte del juicio de la que hablaba Lisa, Tanner estaba en la sala de juicio esperando a que llegara su abogada, la cual no estaba, y eso fue lo último que alcancé a leer, ya que Lisa me arrebató el libro.

—Ya casi son las 4 p.m. Debemos irnos, luego te lo presta Mario cuando yo lo termine —sonrió.

Muchas cosas empezaron a rondar en mi mente. ¿Acaso papá ya sabía sobre esto? ¿Es él el asesino de mamá?

Tanburg Donde viven las historias. Descúbrelo ahora