MÚNICH
Mario:
Ya Layla se tardó mucho en el baño, entiendo que las mujeres son muy vanidosas pero ya lleva más de 30 minutos. ¿Qué hago, voy a buscarla o espero a que vuelva?Bueno, lo que se me ocurrió fue llamar a Lisa, ella es mujer y tal vez me puede ayudar.
—¿Bueno?
—Hola Lisa, soy Mario. Te quería pedir un consejo, mira estoy acá, bueno, estaba con Layla en el centro comercial —interrumpió Lisa.
—¡Ay que lindos!
—Sí, bueno la cosa es que ella me dijo que iba a ir al baño pero ya han pasado más de 30 minutos y no ha vuelto, ¿crees que debo ir a buscarla o pareceré muy intenso? ¿espero a que regrese?
—Mario, una pregunta. ¿No notaste si Layla tenía, dolor de estómago?
—No, ¿porqué lo dices?
—Bueno, puede ser que tenga diarrea —dijo Lisa.
—No no creo —solté una risa.
—Bueno, mira te recomiendo que esperes unos 10 minutos, si no regresa debes ir a buscarla, ¿ok? —dijo Lisa con una voz de ánimo.
—Ok Lisa, gracias —colgó.
Esperé durante 15 minutos y Layla no regresaba, la verdad me preocupé y puede ser que le haya pasado algo, así que no dude más y fui a los baños.
No pude pasar, estaban en mantenimiento.
—Señor disculpe, ¿no vio a una muchacha por acá hace poco?
—No amigo, los baños están cerrados desde hace unos minutos. La última dama se fue hace más de 30 minutos.
Le expliqué las características de Layla y cómo andaba vestida, todo concordaba.
—Bueno gracias —suspiré.
No puede ser, no me quedaba nada más que pensar: Layla me dejó plantado.
TANBURG
La noche se comenzaba a poner más fría y la lluvia en lugar de cesar, aumentaba su potencia.—Abogada Layla, ¿quiere un chocolate caliente? —dijo Tanner.
—Sí, gracias —me levanté y tomé el vaso de chocolate— ¿Porqué te dejaron salir de la cárcel? ¿Acaso ya comprobaron tu inocencia? —dije dudosa.
—No me dejaron salir —dijo mientras tomaba un sorbo de chocolate.
—¿Entonces?
—Me escapé —dijo con una voz tranquila.
—¿Qué?
—Sí, mi abogada nunca regresó y no me quedó de otra —me miró— ¿Porqué no me ayudó?
No supe qué decir.
—¿Tu esposo no te deja salir? Me imagino que debe ser un martirio vivir con él.
—¿Qué dices? —pregunté.
—¿Quién no sabe sobre eso en Tanburg? Todos siempre se preguntan que porqué te casaste con ese maniático —me miró— Pero bueno, fue tu decisión —se levantó de la silla— Yo dormiré aquí, tu dormirás en mi habitación.
—No tranquilo, no quiero incomodarte, yo puedo dormir aquí —dije.
—No tranquila, ve a la habitación está subiendo las escaleras.
Subí por las escaleras hasta llegar a la habitación. La cama era bastante cómoda, además había una ventana por la cual se podía contemplar la noche con la luna y las estrellas.
Había una computadora, la encendí y funcionaba. Se me complicaba usarla ya que se veía algo antigua, aunque tenía internet.
Ingresé al buscador de internet y busque mi nombre, Layla Watson, para ver que salía como resultado. Todas las noticias que encontré eran algo así:
"La abogada Layla Watson contrae matrimonio con el hijo del asesino August, Mario Schleiden"
"El asesino de esposas tiene una nueva presa: Layla Watson"
"Abogada se casa con asesino"
La verdad me asusté mucho, así que decidí investigar más para ver qué información lograba encontrar que me pudiera orientar.
Luego de buscar por horas, encontré algo que me dejó atónita, la nota decía así:
"ESCRITOR AUGUST WATSON ASESINA A SU ESPOSA MELINDA MORRIS Y LUEGO SE SUICIDA"
August es mi padre, mi madre se llamaba Melinda... ¿Mi padre asesinó a mi madre?
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Tanburg
Science Fiction¿Te imaginas poder vivir en un mundo que realmente no existe? Layla Watson, de veinte años, es una joven doctora cirujana. Vive con su padre August, de cincuenta años, un reconocido escritor de los años ochenta que actualmente tiene una relojería en...