Capítulo 35

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Tomo una bocanada de aire y sigo con la lectura.

"Empecé a desesperarme, estaba muy preocupado. Tu madre no era una mujer de esas que se salen de casa sin avisar y mucho menos a estas horas de la noche.

Esperé unos minutos y como no la encontraba, decidí que lo mejor era ir a la policía, tal vez allí podría conseguir ayuda. Cuando estaba por salir, escuché un ruido que provenía de la biblioteca, así que entré a la biblioteca y la vi, se veía ida.

Estaba sentada y con la mirada perdida. Le hablaba y no respondía a mis llamados, era como si estuviera paralizada. Luego de un rato volvió sí y me dijo que nos fuéramos a dormir, que estaba cansada.

A la mañana siguiente despertó radiante, como si nada hubiese pasado, así que preferí no tocar el tema ni comentarle nada de ello. Pensé que de seguro el libro lo había escrito ella usando mis moldes de trabajo, a tu madre también le encantaba la escritura. Pasaron los días y las desapariciones de Melinda se hicieron como pan de cada día, algunos días la encontraba llorando recostada sobre la cama.

Traté de enfrentarla y que me dijera lo que estaba pasando. Finalmente me dijo que ya no me amaba y que tenía otro hombre. Esas palabras me cayeron como un balde de agua fría, no podía creer lo que ella me decía, eso era algo imposible. Tu madre siempre fue una mujer muy reservada, casi nunca salía de la casa y pasaba haciendo las labores del hogar y cuidando de ti todo el día, no entendía cómo podía enamorarse de otro, simplemente no tenía tiempo.

Finalmente no pasó a más y tu madre se quedó en casa. Pasaron los meses y llegó diciembre, el mes de festejos y unión familiar. Disfrutamos mucho la Nochebuena y la Navidad, fueron los mejores días, cenamos con tus abuelos, con Alissa, Ofelia, Marion y Hannah, y con tus amigos Lisa y Mario.

La cena del veinticinco de diciembre fue interrumpida por una discusión entre tu madre y yo, todos los invitados se fueron y nosotros empezamos con la pelea, los gritos e insultos. Desde ese día comenzaron las desgracias.

La mañana siguiente despertamos con la mala noticia de que mis padres habían fallecido. Me fue muy difícil superar la muerte de ellos, pero finalmente lo logré.

Luego fue el turno de tu abuelo materno, el padre de Melinda. Tu abuela Lina llamó a tu madre el veintiséis de diciembre para darle la mala noticia, era increíble como nuestras vidas habían cambiado tan drásticamente y en tan poco tiempo.

Llegó el treinta y uno, el último día del año. Melinda despertó estallando en llanto, lo cual supuse que era por la muerte de su padre. Cuando el reloj marcó las once con cincuenta y cinco de la noche, me dirigí a la habitación y escuché que tu madre hablaba contigo, te susurraba cosas mientras lloraba, como si se estuviera despidiendo.

Volvimos a tener otra discusión, no recuerdo por qué fue. Mi visión se negreó y lo único que recuerdo es que desperté en un hospital. El doctor me puso al tanto de lo que había pasado, me explicaron que sufrí un paro cardíaco, pero que ya estaba listo para volver a casa.

Salí del hospital y en la entrada me encontré con tu abuela Lina junto a unos policías, me llevaron arrestado. Tu madre había desaparecido, así que Lina me culpó de haberla asesinado, algo que claramente no hice.

Al no encontrar pruebas me dejaron en libertad luego de unos meses encerrado en la oscura y temida cárcel. Lo primero que hice fue ir a casa de Lina, ella había obtenido tu custodia ya que yo estaba en la cárcel, pero ya había salido y tenía que recuperarte.

Fue todo un problema, ella no quería que tú te fueras a vivir conmigo ya que seguía con la idea de que yo había asesinado a tu madre, pensaba que yo haría lo mismo contigo. Finalmente el juez tuvo que ceder en darme la custodia, ya que tu abuela Lina murió.

Me dediqué en descubrir qué pasaba con tu madre, qué había sido de ella. Revolqué toda la casa en busca de pistas, lo único que encontré fue el libro que tu madre leía, el que supuestamente yo escribí. Empecé a leerlo pero vi que sus hojas estaban en blanco, no había nada escrito hasta que llegué a la última página.

Estaba completamente arrugada, toda sucia y con manchas de sangre salpicadas en cada rincón. Una gran e imponente letra negra escrita de manera terrorífica me dejo ver que este libro no era un libro cualquiera, este libro estaba maldito.

Decía: ¿Quieres saber el final del libro, querida Melinda?

Empecé a buscar ayuda por todos lados, en la policía nadie me creyó, todos pensaban que me estaba volviendo loco, y en realidad creo que si todavía no lo estaba, pronto lo sería de tantos problemas. Decidí quemar el libro..."

Si mi padre había quemado el libro, ¿cómo era posible que yo lo había encontrado?

Sin duda esto no estaba bien.

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Muchas gracias a todos los que se han tomado el tiempo de leer esta historia. :)
Espero que les esté gustando. Cualquier duda o sugerencia pueden dejarla en comentarios.

¡Nos leemos en el próximo capítulo!

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