¿Cómo podía estar él aquí? ¿Era el mismo del libro?
—Estoy buscando a la señorita Layla Watson —dijo Abraham.
—Soy yo —dije mientras secaba mis lagrimas— ¿para qué me busca?
—Ocupo que me acompañe a la comisaría para dar su declaración sobre lo sucedido con el señor Schleiden.
—Pero tengo que quedarme con Mario —dije preocupada.
—No te preocupes, ve tranquila que yo me quedaré aquí toda la noche cuidando a mi sobrino —dijo Ofelia
Seguí al policía hasta su auto, por lo visto el no me reconocía, esto era muy extraño. Me llevó a la comisaría para dar mi declaración.
—¿Cómo sucedieron los hechos? —dijo mientras buscaba una libreta y un lapicero.
—Pues la verdad no sé, todo fue muy rápido. Estábamos en la biblioteca buscando un libro, luego salimos y cuando ya nos íbamos a subir al auto notamos desde lejos que una persona se empezaba a acercar hacia nosotros poco a poco —dije nerviosa— luego sólo vi como sacó un arma y disparó.
—¿Podría describir a esa persona? —dijo mientras apuntaba los datos en la libreta.
—Sólo pude ver que estaba vestido de negro con un traje bastante extraño, no alcancé a ver más ya que la neblina me dificultaba la visión.
No podía dejar de mirarlo, estaba segura que era la misma persona del libro, pero lo que no sabía era cómo estaba él aquí.
Luego de unos minutos se terminó la declaración, cuando me aproximaba a salir Abraham me detuvo.
—Espera, hay una cosa más —dijo mientras buscaba entre los cajones de su escritorio.
—¿Qué? —dije mientras me devolvía.
—Los policías encontraron esto en el lugar de los hechos —me dio un sobre— y esto estaba en una bolsa del pantalón del herido —me dio una pequeña caja.
Tomé ambas cosas y pude notar que dentro del sobre había una nota, la saqué y la leí, decía así:
"Siempre te sigo donde quiera que vayas, querida Layla"
Me asusté al leer aquella nota, no dudé en asociarla con la que había encontrado en mi auto aquella noche.
—¿Ha estado usted recibiendo amenazas? —dijo Abraham.
—Había encontrado una nota parecida en mi auto hace unos días, pero la rompí y la tiré —dije asustada.
Luego abrí la pequeña caja y lo que había dentro me sacó las lágrimas.
Era un anillo de compromiso.
—Quedaremos aquí por hoy, luego me comunicaré con usted para seguirle informando sobre el caso —me quitó el sobre— yo voy a investigar sobre estas amenazas que ha estado recibiendo.
Me quedé un momento sentada en una silla llorando, sacando toda la tristeza que tenía acumulada. Luego me limpié las lágrimas, guardé la cajita y salí de la comisaría. La noche continuaba fría y seguía sintiendo la sensación de mala vibra en el ambiente. Lisa estaba afuera con su auto.
—Ven Layla, súbete al auto —gritó Lisa.
Me subí al auto y Alissa estaba de conductora.
—Hoy dormirás con nosotras Layla, es muy peligroso que duermas sola en tu casa —dijo Alissa mientras me miraba por la ventanilla— ¿estás bien? Te ves un poco pálida.
—Estoy bien, sólo un poco cansada y triste por lo que está pasando.
Preferí reservarme lo de la nota y el anillo y no contarle a nadie.
Llegamos a la casa y tomé una relajante ducha de agua caliente, luego salí y me puse una ropa holgada que Lisa me había prestado y vi que habían dos colchones en la sala de estar.
—Ven Layla, haremos una pijamada —dijo Lisa sonriente.
—Buenas noches chicas, que descansen —dijo Alissa mientras entraba a su habitación.
Decidí que era el momento perfecto para preguntarle a Lisa sobre el libro ya que estábamos solas, lo que me había dicho Mario no me había dejado muy convencida.
—Lisa, quiero preguntarte algo —dije seria.
—Dime amiga —frunció el ceño— ¿Qué pasa?
—Es sobre el libro Tanner —tragué saliva.
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Tanburg
Science Fiction¿Te imaginas poder vivir en un mundo que realmente no existe? Layla Watson, de veinte años, es una joven doctora cirujana. Vive con su padre August, de cincuenta años, un reconocido escritor de los años ochenta que actualmente tiene una relojería en...