Capítulo 14

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—Ofelia, ¡qué gusto verte! —dijo mi padre respirando aliviado, no quería hablar sobre ese tema conmigo— te estaba esperando.

—Es que estuve haciendo unas compras en la ciudad —en ese momento entró Mario.

—¡Tía, no sabía que estabas aquí! —dijo Mario sorprendido.

—Creí que estabas ocupado —lo saludó con un beso en la mejilla.

—No, hoy es mi día libre —dijo Mario y sonrío.

—Papá, será mejor que me vaya a casa, mañana vendré a verte —dije algo seria.

—¿Porqué hija, te pasa algo?

—No papá, tranquilo. Sólo voy a descansar, ya que mañana tendré un día muy cansado en el hospital. Además así puedes hablar un rato con la señora Ofelia —sonreí.

—¿Te acompaño a tu casa? —dijo Mario.

—¡Que lindo mi Marco, siempre tan servicial!

—¿Marco? —fruncí el ceño.

—Ella siempre me dice Marco en lugar de Mario —me susurró Mario en el oído

—Abrí mis ojos asustada— No es necesario Mario, yo puedo ir sola —le di un beso en la mejilla a mi padre y salí de la habitación.

Salí del hospital, me sentía asustada luego de escuchar a Ofelia diciéndole Marco a Mario, así como Mario en el libro, esto era algo confuso y tenía que descubrir lo que estaba pasando.

Busqué mi auto en el estacionamiento, la noche era fría y el cielo se encontraba despejado, sin muchas nubes ni muchas estrellas, el viento soplaba fuerte. Encontré mi carro pero sobre la ventana noté que había una especie de nota pegada, la tomé y la leí, decía así:

"Que comiencen las tragedias, querida Layla"

Me quedé helada, rompí la nota y la tiré. Salí corriendo hasta llegar nuevamente al hospital, allí saqué mi celular y lo primero que pensé fue llamar a Lisa.

—Habla Lisa Hunner.

—Lisa —dije con la voz temblorosa— no sabes lo que me acaba de pasar.

—¿Layla estás bien? Te oigo muy asustada —dijo Lisa preocupada.

—Acabo de encontrar una nota en mi auto, dice que van a comenzar las tragedias y estoy muy asustada, lo primero que se me ocurrió fue llamarte, no quiero decirle nada a mi padre sobre esto —escuché unas risas algo maliciosas— ¿Lisa? ¿De que te ríes?

—No amiga, para nada, deben de ser unas doctoras que están por acá. Mira, lo primero que debes hacer es calmarte, lamentablemente no puedo acompañarte porque ya estoy por entrar a la cirugía y durará toda la noche. No le diré nada ni a tu padre ni a Mario, le diré a la señora Ofelia que te acompañe a tu casa a dormir, es muy peligroso que estés sola durante toda la noche —se escucha que llaman a Lisa— ya debo ir a la sala de cirugías, te tengo que colgar, recuerda que te quiero.

—Lisa colgó. Se mordió la uña e hizo un risa sarcástica, luego llamó a Ofelia y le contó lo que había pasado con Layla—

Empecé a tranquilizarme un poco por la idea de que dormiría acompañada, aunque luego recordé lo de Ofelia, ella no me generaba seguridad. No sé si con ella me sentiría más insegura que segura...

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