twenty one

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El aroma a canela que golpeó las fosas nasales de Louis al entrar en la casa lo hizo fruncir levemente el ceño. La fragancia, cálida y envolvente, era diferente al aroma habitual de la casa, y Louis se encontró cuestionando si el servicio de limpieza había cambiado el perfume de ambiente. Sin embargo, no tardó en identificar la fuente del olor. Un suave canturreo provenía de la planta superior, y supo de inmediato que la fuente debía ser la habitación de Harry.

—Harry... —murmuró Louis, desajustándose la corbata mientras subía las escaleras. Dejó el saco sobre la baranda de la escalera, avanzando con pasos calculados.

—Aquí arriba —respondió Harry con un tono relajado, sin hacer mayor esfuerzo en disimular su estado de ánimo.

Louis soltó una risita por lo bajo. Aunque sabía que Harry aún estaba molesto por el castigo reciente, era crucial que el joven aprendiera a respetar la autoridad. Al llegar frente a la puerta de la habitación de Harry, extendió la mano y empujó la puerta, que se encontraba entreabierta. Se quedó en el marco, observando en silencio la imagen que se desplegaba ante él.

El adolescente estaba en el centro de la habitación, vistiendo un traje negro con tela brillante que acentuaba su figura. Louis no pudo evitar admirar cuán bien le quedaba el traje. La imagen de Harry, con ese atuendo elegante y ajustado, era difícil de ignorar.

—Me sentiré muy celoso durante toda la noche cuando te presentes así a la fiesta. Todos tendrán la mirada puesta en ti —comentó Louis, logrando captar la atención de Harry y sacarlo de su ensimismamiento.

Harry giró su cuerpo hacia Louis, su sonrisa ladeada mostrando un toque de desafío.

—Entonces será una tarea difícil para ti aguantarlo —respondió con un tono juguetón— ¿por qué tienes la camisa húmeda?

Louis se acercó a Harry, manteniendo una expresión relajada mientras explicaba.

—Una broma de mis amados amigos y empleados —dijo, con una ligera risa— te queda hermoso el traje, ángel. Tomaste una muy buena decisión.

—De hecho, no fui yo quien lo eligió; recibí ayuda —Harry encogió los hombros con un gesto casual— lo mejor de todo es que me lo llevé gratis. El dueño de la tienda me lo regaló.

—Oh, wow, increíble. ¿Acaso ya te conseguiste a otro que cumpla tus caprichos? —La mano de Louis, que antes acariciaba la mejilla de Harry, descendió lentamente hasta su cuello, aplicando una ligera presión para atraerlo hacia él— contesta, ángel.

the auction (l.s)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora