Cuando Louis despertó aquella mañana, preparado para enfrentar otro día de trabajo, lo primero que sintió fue el entusiasmo de Doja, su nueva compañera de cuatro patas. La cachorra no tardó en saltar alrededor de él, demandando su atención con un fervor que no podía ser ignorado. Mientras Louis intentaba concentrarse en su café, Doja insistía, moviendo la cola con tal energía que hacía imposible no sonreír.
—Está bien, está bien, ya voy —cedió finalmente, dejando la taza a un lado y dedicándole unos minutos a su impaciente amiga.
Se agachó para acariciarla, rascándole detrás de las orejas, lo que provocó que Doja emitiera un suave gemido de satisfacción. Después de un rato, se levantó y fue a llenar su plato con comida.
—No me dejaste dormir una mierda anoche. Pero igual eres adorable —dijo Louis con una voz más suave, mientras la observaba devorar su desayuno con entusiasmo— cuida de mi ángel, y dale besos por mí —agregó, dejando un beso en la frente de la perrita antes de dirigirse hacia la puerta.
Con su café ya terminado y la perra alimentada, Louis tomó su maletín y salió de casa, listo para enfrentar lo que el día le deparaba. Sin embargo, no estaba preparado para la sorpresa desagradable que lo esperaba en el ascensor.
Al llegar al piso de la oficina, el inconfundible cabello rubio de Lucille fue lo primero que vio al abrirse las puertas. Ella pasó frente a él con la misma arrogancia que siempre, como si las últimas semanas no hubieran significado nada. Su presencia, aún más después de todo lo que había sucedido, hizo que la sangre de Louis comenzara a hervir.
—¿Por qué demonios sigue Lucille aquí? —exigió saber en cuanto entró en la oficina de Zayn, su voz cargada de frustración contenida— pensé que te encargarías de esto. Somos abogados, Zayn, nada nos detiene, y menos después de la amenaza tan abiertamente que hizo hacia mí.
Zayn, que estaba revisando algunos documentos en su escritorio, levantó la vista, quitándose los anteojos con un gesto cansado antes de responder.
—Excepto su padre y su bufete de abogados, ¿o te olvidas de quién es hija? —respondió con seriedad, su tono firme, pero sin perder el control— créeme que lo intenté, pero estuvo el fin de semana yendo a mi casa para reclamar por su hijita. Superalo, no saldrá de aquí jamás. Lamentablemente te tiene comiendo de su mano al saber que estás con Harry.
Louis apretó los dientes, conteniendo un bufido de frustración. La impotencia lo invadió, mezclándose con la rabia que ya estaba sintiendo.
—Me cago en tu vida, Malik —soltó, su voz casi un gruñido mientras se giraba hacia la puerta— que tengas un buen día.
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the auction (l.s)
FanfictionCon una mezcla de sorpresa y repulsión, Louis se dio cuenta de que lo que había encontrado era una trampa para aquellos que, como él, buscaban lo inusual. El joven exhibido era una víctima del comercio ilegal, una realidad que había sido ocultada tr...