Otabek es un alfa con un problema que no puede ignorar, una mordida que no debería estar ahí. Para resolver el problema tendrá que encontrar al omega que lo ocasionó, Yuri Plisetsky. Pero Yuri ha escapado y nadie conoce su paradero. Mientras lo b...
Con toda seriedad y sin ánimo de ofender, si quieren leer sola y únicamente el otayuri de la historia, sáltense hasta el capítulo 23-24 por ahí. No voy a espoilear la historia para el resto de los lectores colocando las parejas antes de terminar de escribirla. También eviten todo lo que diga Fanservice en el título del capítulo. Pero no se pongan a dejar comentarios quejándose de que no hay otayuri desde el primer párrafo porque está advertido en el resumen y si no lo leyeron, aquí se los dejo. El otayuri tarda, si quieres una historia fácil y rápida, estás en la historia equivocada.
Media: Unstoppable, hard rock cover by ProgMuz
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Se había dado una larga ducha y le había pedido a su asistente personal que le arreglara el cabello con unas trenzas a los lados para evitar que le cayera en la cara. Sus padres querían celebrar su cumpleaños número dieciséis con una fiesta íntima de amigos y él estaba algo emocionado, pensaba que tal vez el regalo sería uno más especial que de costumbre.
Los padres de Yuri eran dueños de una casa de modas muy importante y él sería el heredero. Tenían inversiones en casi todas las ciudades. Para prepararlo a él lo habían enviado a las mejores escuelas y luego a los mejores colegios. Había aprendido la historia de todas las ciudades, las tendencias, las costumbres y su intuición era muy buena en eso. Le gustaba diseñar y algunos de esos diseños ya habían sido incluidos en la última presentación de su compañía. Tan pronto tuviera mayoría de edad se convertiría en uno de los diseñadores oficiales.
Sobre la cama tenía una de las últimas piezas de la colección de primavera, toda una obra de arte y la tela era sencillamente espléndida. La acarició antes de tomarla y se paró frente al espejo para ponérsela. Sonrió levemente y luego de asegurarse que sus supresores estaban funcionando por completo, decidió bajar a la fiesta.
Yuri era un omega de alto nivel, uno que debía tener cuidado con quién andaba. Por eso tenía muy pocos amigos y todos eran omegas de alto nivel como él. A lo mucho habría tres o cuatro amigos suyos en la fiesta. El resto serían invitados personales de sus padres.
Tal vez su celo aún no había comenzado, pero sus padres habían pagado una fuerte suma para determinar si su hijo era un alfa, beta o un omega. No que tuvieran prejuicios contra los omegas, solo querían que su hijo estuviera protegido de forma adecuada en todo momento. Por eso también habían insistido mucho en que Yuri tomara clases de defensa en todas las artes marciales posibles. No se había convertido en un especialista en ninguna de las artes, pero tenía unas movidas que asustaban hasta al más intrépido cuando se lo proponía.
Fue en el momento que entró al área de la piscina que Yuri pudo sentirlo. Era el olor de un alfa y estaba en el grupo de invitados. Eso lo tomó desprevenido. Sus padres siempre se cuidaban de alejar a cualquier alfa de su hijo para evitar a toda costa que estuviera en el más mínimo peligro por ello. Además, ellos sabían que su celo estaba por comenzar.
Sus amigos parecían también un poco nerviosos por la presencia del alfa. Todos eran omegas y aunque el joven alfa se estuviera conteniendo, ninguno era del tipo de omega que podía darse el lujo de perder el control frente a otros, eran hijos de personas muy importantes.
