Otabek es un alfa con un problema que no puede ignorar, una mordida que no debería estar ahí. Para resolver el problema tendrá que encontrar al omega que lo ocasionó, Yuri Plisetsky. Pero Yuri ha escapado y nadie conoce su paradero. Mientras lo b...
Media: Say Something, de Christina Aguilera, cover Tanner Patrick
Ack, pensé que la conección jamás iba a llegar y luego como está un poco tonta, no me permitía entrar al Watt. :S Pero antes que pase otra cosa les dejo el capi!!
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Jean jamás había perdido su sonrisa por tanto tiempo. Habían pasado dos días desde que Yuri y Otabek intentaran marcarlo al mismo tiempo y la verdad dolía endemoniadamente. En esos momentos iban camino a la casa de Otabek, luego que finalmente los médicos declararan que todo había regresado a la normalidad.
La nueva marca en su hombro había borrado totalmente la anterior y había creado un buen sello, sanando prontamente. Las mordidas en el resto de su cuerpo también desaparecieron, como si hubieran recibido un antídoto.
A Yuri no le fue tan fácil deshacerse de los médicos y sus padres tuvieron que intervenir. Su madre no estaba contenta por lo sucedido, pero en el fondo sabía que Otabek cumplía con los requisitos para mantener a su hijo estable y eso le había suavizado el golpe de no tener a Victor como yerno.
Jean había sido tratado de inmediato, luego que personal del hospital terminara sedando a los atacantes para poder sacarlo de la peligrosa situación en la que estaba.
Ya de regreso, Otabek conducía su camioneta negra con Yuri en el asiento del copiloto y Jean en el asiento de atrás. Cada cierto tiempo recibía miradas furtivas del alfa a través del espejo retrovisor y eso lo estaba sacando de quicio.
Su novio no se había dignado a mirarlo desde que lo mordiera. Era como si toda la confianza que tenían entre ambos se hubiera roto. No importaba lo que dijera o hiciera, Otabek no podía levantar la cara para hacerle frente a la situación.
Por el otro lado, el temperamento de Yuri había dado un cambio demasiado extraño para su gusto. Las disculpas eran más frecuentes y casi podía decir que los sonrojos también. Aún conservaba parte de su rudeza, pero ya no maldecía con tanta frecuencia. Cuando el rubio entró a la habitación donde lo dejaron en observación luego de tratar su cuello, le pareció que apenas podía caminar porque traía el rabo entre las patas.
Era como si de pronto ambos, Yuri y Otabek, estuvieran caminando sobre cáscaras de huevo a su alrededor. Sin atreverse siquiera a hacer el menor ruido para llamar la atención y eso no le gustaba para nada.
Sin embargo, justo en esos momentos no estaba de ánimos para hablar con ninguno de los dos. Por eso iban en silencio durante el camino de regreso.
Los padres de Yuri no habían tardado en enviar sus cosas a la casa de Otabek. La buena noticia era que también le habían entregado sus cuentas de banco y sus acciones en la compañía. Aunque ahora eso pasaba a formar parte de la fortuna de Otabek... o eso pensaba. La verdad, no sabía exactamente qué era lo que había sucedido en el hospital ni qué tipo de relación tendrían ahora su novio y su mejor amigo.
