Otabek es un alfa con un problema que no puede ignorar, una mordida que no debería estar ahí. Para resolver el problema tendrá que encontrar al omega que lo ocasionó, Yuri Plisetsky. Pero Yuri ha escapado y nadie conoce su paradero. Mientras lo b...
Bien... lo prometido es deuda, ¿no? Creo que esta luna de miel tomará dos capítulos más. Debió ser un fanservice, pero entonces, habría tardado otra semana y no quiero esperar tanto. :) Disfruten!! Y felices pascuas a todos y a todas. :D
Media: Talk Dirty to Me by Jason Derulo, Bishies AMV by Murasakiii
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Yuri despertó cerca de la hora del mediodía. La cama se sentía demasiado cómoda aún, pero él necesitaba despertar. Luego de un enorme bostezo y de pasarse una mano por el pelo intentó estirarse.
—Ah, puto Otabek —gruñó al sentir el dolor en su cuerpo. Se miró las muñecas y pasó un dedo por las marcas que comenzaban a ponerse oscuras, arrugó el ceño con molestia, no le gustaba tener marcas en el cuerpo. Cuando se levantó las piernas le temblaron un poco y caminó inestable hasta quedar frente a uno de los espejos que había en la pared. Allí notó que tenía marcas de mordidas en sus tetillas y se sonrojó. Se llevó la mano a una de ellas para tocar la marca y se provocó sin querer un pequeño estremecimiento, la piel estaba demasiado sensible. —Hijo de perra...
El collar aun estaba en su cuello y pasó los dedos por él. Era sencillamente un collar para perros, tosco y sin nada de estilo. Eso le molestaba definitivamente. Por lo demás, se sentía maravillado por la noche que el moreno le había regalado. El cuerpo le dolía como nunca y le habría gustado quedarse en la cama, pero él simplemente no podía dormir tanto. Además, tenía hambre.
A través del espejo vio que Otabek entraba a la habitación y sonreía al verlo. El moreno se le acercó por la espalda y lo abrazó, besando su marca y luego su cuello.
—Buenos días, mascota.
—¿En serio vas a seguir con eso? —Otabek lo miró a través del espejo, su expresión totalmente seria sin gota de burla. Luego lo besó, como esos novios celosos que besan a sus parejas frente a otros con la clara intención de proclamar que eran de su propiedad. Yuri se dejó hacer hasta que Otabek acarició sus tetillas con un poco de brusquedad. —¡Oye, duelen! —trató de escabullirse, pero estaba atrapado en aquellos brazos y sin ánimos de forcejear. La forma en que le dolía el cuerpo no era para menos. Se quejó de nuevo y Otabek dio un largo suspiro.
—Vamos a desayunar —tendría que dejar descansar al rubio si quería jugar con él más tarde, aunque eso no le impedía hacer otras cosas. Yuri jadeó de sorpresa cuando fue levantado del suelo. Otabek lo sostuvo como si pesara nada, tal cual si fuera una princesa. Lo dejó en el sofá en lugar de la silla de madera que había en la cocina, consciente de que era posible que le doliera el trasero.
Regresó al lado de Yuri con un plato de fruta ya picada, gofres y jarabe de maple. Yuri esperaba que Otabek le diera el plato, pero cuando se sentó a su lado y tomó una fruta para ofrecérsela se quedó como un tonto mirándolo. Aquello era algo que podía considerarse romántico.
—¿No te gusta? —preguntó el moreno.
—Me gusta... es solo que...
—¿Y qué tal si te la doy así? —se puso la fruta en los labios y se la ofreció. Esta vez el sonrojo de Yuri fue visible y se sintió tonto y tímido y totalmente avergonzado. Recordó cómo se había negado a darle de comer cuando estaban en el hotel y no pudo evitar sentirse estúpido. Con temor a que el moreno le jugara una broma, se acercó y tomó la fruta con sus labios. Apenas hacerlo Otabek lo tomó de la nuca y lo besó de una forma que lo hizo derretirse.
