Otabek es un alfa con un problema que no puede ignorar, una mordida que no debería estar ahí. Para resolver el problema tendrá que encontrar al omega que lo ocasionó, Yuri Plisetsky. Pero Yuri ha escapado y nadie conoce su paradero. Mientras lo b...
Sí... ya me tardé de nuevo, me disculpo. Pero debo avisar que se acerca el final y tengo sentimientos encontrados.
Media: Sugar by Maroon 5, AMV by Gabip
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De regreso a la habitación Yuri iba tomado de la mano de su pareja sintiéndose algo travieso. Habían comenzado en la piscina, pero no estaban satisfechos ni por mucho.
Se lanzó encima de la espalda de Otabek tan pronto la puerta estuvo cerrada y mordió su marca. Eso hizo que al moreno se le ablandaran las piernas y casi fueran a dar al suelo. Apenas pudo llegar a la mullida alfombra que había en el recibidor.
—¡Yuri! —jadeó el moreno dejándose caer con todo el cuidado que pudo y rodando para pillar a Yuri contra el suelo. Escuchó su risa cuando no quiso soltarle el cuello. Notó la erección del rubio contra su espalda. —Eso no va a pasar todavía —gruñó excitado cuando su alfa sintió la provocación directa. Se soltó del agarre del rubio y lo tuvo sujeto de las manos y las piernas.
—Beka, no, aquí no, me quemaré la espalda con la alfombra. Llévame a la cama, anda.
—Los cachorros traviesos no deciden a dónde quieren que se los cojan —aquello, dicho de esa forma dominante y la manera en que el moreno lo levantó del suelo le causaron un poco de vértigo del bueno al rubio. Antes de saberlo Otabek lo tenía apoyado sobre la barra de la cocina y le bajaba nuevamente el bóxer.
Intentó separarse un poco del moreno apoyando sus manos sobre la mesa y estirándose hacia el frente mientras se ponía de puntas. —Beka, vamos a ensuciar la mesa —le dijo a modo de advertencia, pero la forma obscena en que lo decía no ayudaba mucho a que el moreno lo tomara en cuenta.
Sintió los dientes de Otabek en su marca mientras pegaba el pecho y todo el cuerpo a su espalda y trasero. Por instinto empujó sus caderas hacia el moreno separando las piernas. Cuando finalmente lo dejó ir, puso una mano en su espalda y lo hizo pegarse al a mesa para tener mejor acceso y lograr una posición más fácil para él. —Estás muy caliente, Yuri.
La ropa de Yuri cayó hasta sus rodillas cuando ya Otabek se bajaba el frente de la suya lo suficiente como para dejar su aún excitado sexo fuera, pegándolo de inmediato entre los glúteos del rubio, rozando a todo lo largo de aquel espacio hasta empujar sus genitales. Luego se separó un poco y con una mano aún en la espalda de Yuri acomodó la punta de su sexo en la sonrosada apertura. Lo sintió tensarse antes de palpitar con anticipación, un pequeño gemido desesperado fue el aviso para empujar al interior con lentitud y firmeza, sujetando las caderas del omega. No se detuvo hasta estar completamente pegado a él, enfundado en su interior y sintiendo cómo los músculos de Yuri lo apretaban deliciosamente.
—Beka... maldición, casi haces que me corra. Se siente tan bien —suspiró cuando pudo hablar de nuevo coherentemente. Separó las piernas para permitirle un mejor acceso y sollozó quedamente cuando sintió que el moreno lo penetraba más profundamente. Puso los brazos sobre la mesa para poder recostar su frente y estar más cómodo cuando Otabek comenzó un ritmo rápido y profundo.
