Otabek es un alfa con un problema que no puede ignorar, una mordida que no debería estar ahí. Para resolver el problema tendrá que encontrar al omega que lo ocasionó, Yuri Plisetsky. Pero Yuri ha escapado y nadie conoce su paradero. Mientras lo b...
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Desde el día en que Otabek sufrió aquel incidente comenzó a buscar a Yuri Plisetsky.
Acudió a los médicos, pero ninguno le dio una solución concreta a su problema. Cada tres meses, más o menos, le sucedía aquello. Decidió que, si ya Chris y Masumi conocían de su condición, lo mejor sería ir a ellos cuando le sucediera.
Siempre que llegaba a casa del rubio, este lo recibía con buenos ánimos. Nunca le reprochaba nada, simplemente le permitía acurrucarse en su pecho hasta que Masumi llegaba y le ayudaba a hacer una especie de nido con la ropa del rubio. Masumi era igual de tierno con él que Chris y a veces se sentía de lo peor al saber que interrumpía sus vidas de cada cierto tiempo con su problema. Masumi nunca se había quejado de lo que él y Chris hacían, de hecho, en todas las ocasiones siguientes estuvo presente junto a su pareja.
El resto del tiempo Otabek se dedicaba al negocio de sus padres y a buscar al rubio. Cada posible pista que le dijera a dónde se había ido a esconder. Fue difícil, pero finalmente, luego de dos años, logró hacerse con una copia de la carta que Yuri les había dejado a sus padres. Le costó un par de meses más descifrar a qué se refería el rubio con ir a un lugar donde no hubiera clases reproductivas.
Aparentemente el rubio se había hecho con uno de los más costosos portales dimensionales y la posibilidad de que hubiera elegido al planeta tierra era una muy alta. Un lugar donde no existían ni alfas ni omegas. Donde a nadie le importaban tus feromonas porque no tenían el sentido del olfato lo suficientemente desarrollado como para captarlas.
Esa noche decidió hablar con Chris y Masumi acerca de ir a la tierra.
—¿Eso significa que es la última vez que tendré el placer de ser tu alfa? —Masumi golpeó a su compañero en el brazo, molesto con él por querer bromear en ese momento y exteriorizó su mayor preocupación para con el moreno.
—¿Qué pasará si no lo encuentras antes de uno de tus celos? Estarás solo sin nadie que entienda por lo que estás pasando.
—Ya encontraré a alguien... —la verdad, no estaba muy convencido de que encontraría a alguien, pero no podía dejar que ellos se preocuparan por eso.
—¿Y si ese alguien no es suficiente? ¿Qué pasa si no tiene las feromonas que necesitas?
—Supongo que regresaré si nada funciona y no lo encuentro. Pero debo intentarlo por el mayor tiempo posible hasta que logre encontrarlo. De otra forma seguiré sufriendo esto —Chris no se sintió ofendido por las palabras de Otabek, sabía que no se refería a lo que él le hacía cada vez que estaba en celo. El moreno era tan educado, jamás habían tenido un malentendido, mucho menos una discusión. Él lo adoraba y Masumi también.
—¿Nos avisarás cuando regreses?
—Serán los primeros en saber.
—No lo digas con esa seriedad, me hace imaginar que es una despedida permanente —Chris lo abrazó y Otabek le devolvió el abrazo con un largo suspiro. Si bien él nunca había estado de acuerdo con ser el "omega" cada vez que estaba con el rubio, el cuidado que tenía con él era de admirar. Tenía la certeza que no encontraría a un alfa que lo tratara de aquella forma, sin aprovecharse de su situación.
