OmegA 2

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Media: FLESH (Future Freestyle Remix) por Simon Curtis

Otabek supo que algo andaba mal un mes después de la desaparición de Yuri Plisetsky

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Otabek supo que algo andaba mal un mes después de la desaparición de Yuri Plisetsky.

La verdad, cuando escuchó las noticias de su desaparición, estuvo totalmente seguro que aquel omega cobarde e irrespetuoso había hecho una pataleta y se había escondido de sus padres. Si tan solo Yuri hubiera hablado con los suyos ellos habrían roto el compromiso sin mucho escándalo. Ahora también su familia estaba sumida en los rumores.

Se hablaba de cómo Otabek había sido rechazado por Yuri y las posibles razones, entre esas que la compañía exportadora estaba en problemas financieros y otro muy popular, que él era tosco y demasiado burdo para alguien con tan buenos genes como Yuri. Si tan solo supieran... pero él no era de los que iba por ahí regando chismes.

El problema era que los periodistas no lo dejaban tranquilo ni un momento. Los amigos de Yuri habían colado la historia a la luz pública, añadiendo detalles que ninguno realmente podía saber y habían logrado arrastrar con ello parte de su reputación como alfa.

Pero lo que andaba mal no era ni su desaparición ni las noticias ni los rumores. Lo que andaba mal era que la marca que Yuri le había hecho en el cuello no se estaba desvaneciendo como una marca normal.

A veces le escocía y a veces sentía el área caliente. Las punzadas de los dientes de Yuri permanecían rojas, como si fuera reciente, a veces haciéndole pensar que tal vez se había infectado.

Ese fue el primer aviso para Otabek. Lo siguiente, y lo que lo impulsó a buscar una forma de encontrar a Yuri, fue lo que vino después. A tres meses de la mordida comenzó a comportarse de forma extraña. Era como si hubiera un vacío en alguna parte. No sabía qué era lo que necesitaba, pero se volvió como loco. Al ver que en su casa no estaba lo que buscaba, se había ido a la calle.

En un principio pensó que tal vez lo que le hacía falta era un poco de compañía, algún omega tierno que se sintiera desprotegido y que no requiriera nada más que su compañía. Uno cuyas hormonas no estuvieran alocadas por el celo. Tenía amigos así, él se había ganado fama de ser un alfa respetuoso, por eso le molestaban tanto los rumores que lo hacían ver como una bestia de instintos descontrolados.

De inmediato pensó en Guang. El chico era un poco tímido, pero su naturaleza era extremadamente dulce, además, había algo en él que lo hacía sentir sobreprotector. Se conocían hacía ya un par de años y el chico nunca había rechazado sus invitaciones que siempre terminaban en amistosa compañía. Además, las pecas en sus mejillas lo hacían ver aún más interesante.

Lo llamó y quedó con él para cenar fuera. Lo recogió en su camioneta negra a su casa, los padres de Guang confiaba plenamente en él para proteger al joven.

Mientras cenaban Guang le hablaba de su semana, llenando agradablemente el silencio entre ambos. Otabek no era muy hablador, por lo que agradecía que Guang no le molestara eso en él cuando salían. Sin embargo, estar allí con Guang seguía sin calmar su inquietud.

OmegA (Otayuri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora