OmegA 31

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Media: Can't Sleep Love por Pentatonix

Bien, sé que he tardado más de lo usual, pero por favor, recuerden que, a pesar de que ya tengo energía, el internet es prestadito de la vecina y encima Wattpad sigue con sus actualizaciones.

Espero que este capítulo sea del agrado de todos.  Sus comentarios me hicieron muy, muy feliz, es una dicha tenerlos aquí leyendo esta historia que tantos sentimientos me ha causado.  Gracias.

  Gracias

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—¿Qué... qué fue eso? —susurró Yuri, temeroso de romper la magia que había entre ambos en ese preciso instante, pero queriendo saber cómo habían llegado a ese delicioso momento. Otabek respondió acariciando sus labios con el pulgar, encogiéndose de hombros sin tener una respuesta, tan solo volverlo a besar, esta vez más lentamente.

Yuri respondió al beso acomodándose sobre las piernas del moreno quien lo abrazó por la cintura para luego poner las manos en su trasero y pegarlo a su entrepierna. Se besaron con lentitud, saboreando el momento, sin prisas, sin jadeos profundos. Era como si fuera natural besarse entre respiraciones, así de simple, con los ojos entrecerrados, tan solo mirando los labios del otro para saber cuándo vendría la próxima oleada.

Era como una hoguera, donde la llama no quemaba, pero los mantenía cálidos.

Cuando Yuri sintió que los besos se volvían tiernas caricias se recostó del pecho del moreno y restregó el rostro contra su cuello, donde estaba la marca.

—¿No que tenías que ir al baño? —la sonrisa en los labios del moreno era apenas nada, pero sus ojos se habían achinado levemente mientras intentaba no reír cuando el rubio respondió hincándole los dedos bajo las costillas.

—Se me quitaron las ganas. Oye, Beka... realmente ibas a matar a Minami —aquello lo dijo sin reproches, tan solo como una observación. Otabek no pudo negar que, de haberse descontrolado, todo se hubiera puesto peligroso y si bien Yuri lo decía de forma figurada, él no estaba tan seguro. Por un instante realmente temió que cometería una locura.

—Pero tú estabas allí —acarició la espalda de Yuri con suavidad, con verdaderas ganas de tenerlo cerca como nunca antes. Era la primera vez que podía apreciar al rubio de aquella forma. El omega de Yuri era, en definitiva, una fuerza alucinante, su aura se sentía como visitar los campos Elíseos.

Pero eso no era lo que lo había calmado, contrario a lo que todos hubieran podido pensar. Lo que lo había calmado era la forma en que Yuri había abandonado todo y se había lanzado a sus brazos.

Aquello lo había tomado tan por sorpresa y de alguna forma su corazón lo había sentido, realmente sentido, como esas cosas que de pronto te pegan tan fuerte que te arrancan una lágrima. Y él se había derrumbado en sus brazos y Yuri había hecho exactamente lo que necesitaba de él. Era la sincronía que habían estado buscando y no lograban alcanzar.

Era como abrir los ojos por primera vez después de una larga y amarga pesadilla. No quería decir que había dejado de amar a Jean, pero ahora y de repente, podía ver a Yuri con total claridad y estaba deslumbrado.

OmegA (Otayuri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora