OmegA 13

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Media: Fireflies by Owl City

Yuri se preparaba en esos momentos para el regreso a la casa

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Yuri se preparaba en esos momentos para el regreso a la casa. Otabek le había dejado saber el día y las coordenadas exactas para el regreso. Primero llegarían a la casa de los padres de Otabek para ponerse al día en lo que fuera que necesitaran. Luego de eso contactarían con la familia de Yuri y finalmente, se regresarían.

La verdad, temía que sus padres lo estuvieran esperando para volver a encerrarlo y así intentar desposarlo de nuevo sin su consentimiento. Por eso Otabek le había asegurado que, si sus padres intentaban hacer eso de nuevo, él podría validar el compromiso que tenía con Yuri hasta que éste encontrara la forma de convencer a sus padres o de escapar de su custodia. Ya con eso le debía más de lo que podía pagarle y viendo cómo se hallaba en deuda por la forma en que lo había tratado lo hacía sentir como un verdadero tonto.

Se había portado como una cría todos esos años, rechazando alfas como si tuviera todo el tiempo del mundo.

Otabek habría sido un buen partido. Era un alfa con un aura fuerte, pero eso no afectaba su autocontrol. Tal vez no había visto cómo trataba a Jean, pero si la mirada embobada del mayor era un indicativo, Otabek era todo un príncipe. Su única referencia real de Otabek como alfa era el día que lo había sacado del club. El sentimiento de protección que le había dado aun cuando él mismo no estaba en todos sus sentidos. Si el moreno podía soportar su aura de omega sin morderlo y sin tratarlo como basura, como algunos alfa solían hacer cuando veían a un omega fuera de sí mismo... entonces definitivamente era un alfa que valía la pena.

Y eso también lo había arruinado.

Comenzó a tirar ropa en la maleta con un poco más de molestia hasta que se topó con la camisa de Jean. Si iba a etiquetar a Jean de la forma en que lo hacían en su casa, entonces Jean era un alfa sumiso. Tal vez esa era la razón por la que no se había dado cuenta que lo quería. Yuri detestaba a los alfas débiles. Pero no era lo mismo un alfa sumiso a un alfa débil.

Jean no era nada débil. Al contrario, ahora que lo pensaba, tenía un aura parecida a la de Otabek.

—Son tal para cual, a la mierda —maldijo tirando la camisa de Jean al interior de la maleta.

Había pasado ya una semana desde el asunto en el club. La moto de Otabek había sido reparada en su totalidad y el piso de baile que había dañado había sido reemplazado. Básicamente, todo había vuelto a la normalidad, a excepción de su cliente Yuuri.

El hombre había mostrado interés en que fueran amigos. Tenía un buen puesto en una compañía de informática y ganaba un buen sueldo luego que lo ascendieran de técnico a tiempo parcial a gerencial, todo gracias a la ayuda de Yuri. Su cambio de imagen, como bien había dicho el hombre, había sido uno de los más extremos.

A veces Yuri se le quedaba viendo, intentando descubrir cuál era el secreto del japonés para verse tan joven. Decidió que era la sonrisa. Yuuri sonreía mucho. Todo le parecía maravilloso y tenía muy pocas líneas de expresión gracias a eso. Además, había cada cosa que lo hacía sonrojar que el omega no podía contener las ganas de molestarlo. Hasta cuando maldecía el hombre se sonrojaba de forma graciosa.

OmegA (Otayuri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora