Otabek es un alfa con un problema que no puede ignorar, una mordida que no debería estar ahí. Para resolver el problema tendrá que encontrar al omega que lo ocasionó, Yuri Plisetsky. Pero Yuri ha escapado y nadie conoce su paradero. Mientras lo b...
Los vasitos de cloro están a la derecha, las galletitas de cianuro a la izquierda. Solo recuerden que si me matan no podré escribir el próximo capítulo.
Media: Round and Round ft. Han Soo Ji by Heize
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Yuri se sentía emocionado de poder viajar en el helicóptero sintiendo el aire en el rostro. Antes de llegar a la mansión de Víctor el piloto dio varias vueltas alrededor de la misma a petición suya. Era gigantesca y la cantidad de autos y garajes era asombrosa.
Cuando aterrizaron su cuerpo estaba lleno de adrenalina. Si Víctor le hubiera ofrecido matrimonio en ese momento cabía la posibilidad de que aceptara. Todo estaba hermosamente iluminado.
—¡Viejo! ¿Cuántos coches tienes? —Victor intentó darle una brillante sonrisa al verlo llegar, pero Yuri supo de inmediato que algo andaba mal —Oye, ¿pasó algo?
—¿A qué te refieres, pequeño príncipe?
—No me llames así, arruinas mi buen humor. ¿Dónde está Jean? ¿Él está bien?
—Sí, está muy bien solo que... pues... cómo decirlo. Tiene compañía —la seriedad con la que Víctor le dijo aquello le hizo pensar que tal vez ya se había dado cuenta que entre Jean y Otabek había algo serio.
—¿A qué te refieres?
—Yo... estaba protegiendo a un omega y tu amigo lo encontró. Parece que se encariñó con él.
—¿Dónde está ese idiota? —el aura de Yuri se había vuelto una de celos de inmediato y Victor simplemente negó sujetándose la cabeza por un momento. Aquellos dos simplemente no podían negar que el humano los traía de cabeza.
—Te llevaré con tu prometido. Él te puede explicar mejor —Yuri dio un pequeño bufido, pero lo siguió.
Llegaron a una habitación en el segundo piso, hermosamente decorada y allí vio a Otabek, hecho un ovillo sobre el sofá. Su aura era una de perro apaleado. Por alguna extraña razón ver a Otabek en aquel estado hizo que el estómago le diera un vuelco. Él era el tipo de omega que cuidaba de sus amigos y trataba de hacerlo sentir bien y la tentación de ir y abrazar al moreno fue grande.
—¿Otabek? —susurró acercándose. —¿Qué le pasó? —Víctor se encogió de hombros. No sabía realmente lo que había hecho el humano porque no podía leer a alguien que no tuviera ni aura ni feromonas.
—Creo que... su humano lo rechazó.
—¿Humano?
—Sabes bien de lo que hablo, pequeño príncipe. Jean Jacques Leroy es humano —Yuri dio un largo suspiro. Tal vez Victor les exigiera una explicación y él simplemente no iba a decirle todo a un hombre en el cual todavía no confiaba.
—Mierda.
—No te preocupes por eso, sé guardar un secreto. Sin embargo, tu amigo no está muy bien —Yuri se acercó un poco más al moreno y se arriesgó a acariciarle los cabellos con suavidad.
