Otabek es un alfa con un problema que no puede ignorar, una mordida que no debería estar ahí. Para resolver el problema tendrá que encontrar al omega que lo ocasionó, Yuri Plisetsky. Pero Yuri ha escapado y nadie conoce su paradero. Mientras lo b...
Son las 5:30 am, seguramente el capítulo es un desastre, tengo sueño, pero la historia no me dejaba dormir... espero me perdonen las metidas de pata.
Media: Can't be Tamed por Miley Cyrus (Nightcore edit deeper)
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No lograron hablar mucho de negocios y eso molestó a Yuri sobremanera. Víctor solo sonreía con las preguntas estúpidas de Jean y los comentarios pesados de Otabek. Aquello no era para nada cómo había pensado que sería la cita.
Al menos el mayor no estaba enojado, al contrario, parecía disfrutar la compañía de los tres.
—Hace mucho que no me divertía tanto en una cena. ¿Sería posible alargar la velada? —Víctor parecía genuinamente interesado en continuar, pero con las actitudes de los morenos a Yuri se le hacía demasiado obvio que solo intentaba congeniarse con ellos.
—Prefiero hacerlo en otra ocasión —respondió al tiempo que le daba miradas amenazantes a sus acompañantes.
—¿Qué les parece si vienen a visitarme mañana? —insistió el hombre de cabellos blancos con una sonrisa entre redondeada y abierta que casi parecía un corazón.
—¿Los tres? ¿Qué no es más fácil si hablamos a solas? —se quejó el rubio con molestia. Víctor sonrió y le hizo un pequeño guiño con el ojo.
—Podemos hablar a solas mientras ellos se divierten con los autos.
—Prefiero las motos —Jean volvió a darle aquella mirada tosca al hombre de cabello blanco y este sonrió mientras sus ojos azules brillaban.
—No fabrico motocicletas, pero tengo una excelente colección. ¿No le interesa verlas, señor...?
—Leroy, Jean Jacques Leroy.
—Señor Leroy. Hasta su nombre suena interesante —la mirada azul de Victor en esos momentos le causó un extraño escalofrío a Otabek y ya estaba a punto de inundar el lugar con su aura cuando el hombre se dirigió a él.
—Señor Altin, llevo un buen rato preguntándome... por qué cada vez que le pongo atención al señor Leroy usted siente que debe amenazarme. ¿No es Yuri su prometido? —eso hizo que Otabek arrugara el ceño más si podía ser posible. Eso mató todo tipo de conversación por un buen rato y el hombre de ojos azules supo que ya era tiempo de despedirse y dejar todo en manos de sus empleados. —Parece que hablé demasiado. De todas formas, deberían venir a mi casa. Prometo que pasarán un buen rato mientras hablamos de negocios.
Victor pagó la cuenta de todos a regañadientes de Otabek y de Jean y se despidió con una enorme sonrisa.
—¿Por qué tenían que arruinar mi cita? —masculló Yuri enojado —pude haber negociado algo mejor si ustedes no se hubieran entrometido.
—Yuri, ¿realmente quieres involucrarte con ese hombre? —Jean le estaba dando aquella mirada que Yuri conocía muy bien, aquella que le decía que el mayor estaba muy preocupado por él. No se suponía que Jean se estuviera preocupando por él y eso lo hizo sentir extraño.
