OmegA 26

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Media: Hallelujah ft. Pentatonix

Otabek logró alejarse del agarre del rubio

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Otabek logró alejarse del agarre del rubio. —Debe haberse quedado en el baño de abajo. Me lo quité cuando me di la ducha.

Yuri se le quedó mirando por largo rato, una mirada intensa y luego levantó su mano derecha, con el anillo de Jean en el dedo del corazón. Otabek parpadeó sin entender hasta que Yuri bajó todos los dedos menos el dedo medio, dedicándole así un gesto grosero.

—Esa es una excusa de mierda —Otabek chasqueó la lengua con molestia y se alejó —iré a que me lo ajusten. Sabes, ya sé que este puto anillo me queda grande, pero lo mínimo que puedo hacer es ajustarlo. Tomar su lugar me queda grande, pero no voy a hacerlo a medias.

El moreno maldijo quedamente, alejándose aún más con la intención de salir de la cocina.

—¿A dónde vas ahora? —le reclamó el rubio.

—Voy a buscar el estúpido anillo al baño. Solo espérame.

—No tardes, quiero más tocineta.

Otabek salió de la cocina, pero no fue al baño, sino que se buscó el frente de la camisa y sacó la cadenilla donde había colgado el anillo. Lo miró con seriedad, como si el pequeño objeto pudiera sentirse ofendido. Luego lo sacó con cuidado y se lo puso en el dedo, apretando el puño para sentirlo más cómodo.

Se pasó una mano por la cara como si estuviera extremadamente cansado y se preguntó si no le haría mal tomarse una segunda dosis de los supresores solo para evitar cogerse a Yuri esa noche. Se sobresaltó al sentir el teléfono del rubio vibrar en el bolsillo de su pantalón donde lo había puesto luego de quitárselo.  Deslizó el icono para desbloquear la pantalla y vio que era un mensaje de Jean. Se debatió entre abrirlo o no, pero entonces su propio móvil comenzó a vibrar, también con un mensaje de Jean.

Regresó a la cocina y le tiró el aparato a su dueño quien lo agarró en el aire.  —Tienes mensaje de Jean.

Jean solo les enviaba un "buenos días" y les dejaba saber que estaba en casa de Víctor desayunando. Claro que el mensaje de Otabek contaba con una carita sonriente y aún lo llamaba cachorro.

—Ese viejo secuestró a Yuuri —gruñó y Otabek asintió.  A Víctor le gustaba secuestrar personas  —¿le crees eso de que sea su pareja destinada?

—Sería absurdo. Es un humano. Víctor no tendría forma de saberlo.

—Pero reaccionó muy fuerte cuando vio a Yuuri. Su alfa se descontroló —Otabek se sirvió un plato de desayuno y un poco de café, mostrando interés en lo que le decía el rubio —realmente parecía que había encontrado su pareja verdadera.

—De haber sido su pareja verdadera lo habría mordido.

—Lo intentó, pero Yuuri no se lo permitió —esta vez el moreno le dio una mirada confundida. No había forma de que una pareja verdadera no se marcara de inmediato. —Sí, solo... no se lo permitió.

OmegA (Otayuri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora