Otabek es un alfa con un problema que no puede ignorar, una mordida que no debería estar ahí. Para resolver el problema tendrá que encontrar al omega que lo ocasionó, Yuri Plisetsky. Pero Yuri ha escapado y nadie conoce su paradero. Mientras lo b...
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Jean se levantó temprano a la mañana siguiente, se duchó y se preparó para salir. La única persona despierta a esas horas era la mamá de Otabek quien ya se alistaba para trabajar en el campo con el resto de los empleados. Tenían trabajadores y demás, pero ella nunca dejaba que otros supervisaran el trabajo por ella.
A Kamilla le dijo a dónde iría a esas horas y se despidió con un beso y un abrazo. No le fue difícil encontrar su moto y apenas tener el casco puesto arrancó en dirección a la casa de Victor.
La noche anterior había notado que el japonés no se encontraba en la casa y al preguntar por él le sorprendió saber que estaba en la casa del alfa.
En aquel momento Kamilla le había explicado que había una gran posibilidad de que el destinado del hombre fuera Yuuri. Jean había sentido una inmensa curiosidad al respecto. Quería entender por qué Yuuri podía afectar a un alfa que apenas conocía mientras él no podía afectar al alfa que amaba.
Sabía que era demasiado tarde, pero realmente quería entender. Quizás de esa forma le dolería menos. También le daba una excusa para salir de la casa antes que Beka y Yuri se levantaran.
Al llegar a la mansión de Victor fue recibido sin problema por la seguridad del lugar y al poco rato Victor mismo lo recibió en el interior de la casa.
—Señor Leroy, vaya que le gusta hacer visitas temprano en la mañana. ¿Qué lo trae por aquí? —lo saludó el hombre de manera cordial.
—Vine a ver cómo estaba Yuuri.
—Él pasó la noche ocupado y todavía está dormido —eso hizo que Jean arqueara una ceja con sorpresa.
—¿Ocupado?
—Sí. Le di una copia del programa que utilizamos para los vehículos y se pasó toda la noche analizándola. Dijo que era una oportunidad única. A mí me parece aburrido —Victor lo invitó a un café mientras esperaban a que el desayuno estuviera listo pues el personal de la casa todavía no estaba preparado para servir. Ya sentados a la mesa del comedor Jean se armó de valor para preguntar lo que quería saber.
—Nikiforov... ¿podrías decirme cómo funcionan los lazos entre alfas y omegas?
—¿Te refieres a las marcas? —Jean asintió.
—¿Ya sabes acerca del celo de un alfa y un omega? —Jean le dio una mirada dudosa, conocía un poco pero dudaba si era todo lo que debía saber.
—¿Pierden el razonamiento y necesitan sexo? —Victor se echó a reír.
—Eso es ponerlo demasiado simple. El celo es la necesidad de aparearnos y procrear. Es la forma en que nuestra naturaleza garantiza la continuidad de la especie. El inconveniente es que podemos terminar procreando con la pareja equivocada.
