Otabek es un alfa con un problema que no puede ignorar, una mordida que no debería estar ahí. Para resolver el problema tendrá que encontrar al omega que lo ocasionó, Yuri Plisetsky. Pero Yuri ha escapado y nadie conoce su paradero. Mientras lo b...
Justo ahora nuevamente ha sido otra noche sin poder dormir. Quiero avisarles que... donde vivo estamos a pocas horas de recibir el huracán Irma (publico esto a las 6am, el huracán está pautado para las 2pm). No me preocupa mucho, porque mi casa está bien protegida. Pero estoy seguro que habrá problemas con la energía y sin energía pues obvio, no podré actualizar. Dicen que es un huracán como nunca habíamos visto y yo no he visto ningún huracán hasta el momento. Así que, solo pediré paciencia si me atraso. Solo eso quería decirles.
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Luego que Otabek colapsara y que no pudieran hacerlo volver en sí, Víctor llamó a su médico personal para consultarle. Luego de revisarlo recomendó ingresarlo de inmediato a una facilidad médica.
Cuando preguntaron por la pareja del moreno Yuri tuvo que responder pues Jean no podía comprobar que lo era y tampoco podía revelar que era humano. El rubio fue llevado a la oficina del doctor y retenido por lo que parecieron horas.
Jean se limitó a contactar a la madre de su novio y la señora llegó horas más tarde, visiblemente afectada.
Cuando Yuri finalmente salió su expresión decía a las claras que no tenía buenas noticias. Sus ojos verdes repasaron a los presentes sin encontrar cómo darles la noticia. Finalmente bajó la cabeza.
—Es... mi culpa. Eso dijo el doctor.
—¿Cómo que es tu culpa, Yuri?
—Sí, la mordida... y... las otras. Jean... lo siento.
—¿Cómo que las otras? —preguntó Victor, ajeno a la historia entre Yuri y el moreno. Jean se llevó las manos a la cara, presintiendo el diagnóstico de su novio. Si las mordidas que Yuri le había hecho a Otabek en aquella ocasión pasada le estaban afectando, entonces era entendible que no pudiera despertar.
—Ellos dijeron que soy un omega diferente. Que solo existen un puñado en el mundo y que me harán estudios para determinar cuán fuerte o no es mi condición y así poder tratarlo —luego de eso levantó la cara y miró directamente a Victor. —Debes hacer que te revisen la mordida —Yuri quería que la tierra se lo tragara, quería dejar de existir justo en esos momentos.
Jean tan solo dio la vuelta y se alejó. No podía hablarle en esos momentos al rubio, no podía siquiera estar cerca de él.
—No te preocupes, corazón, todo saldrá bien. ¿Ya comiste algo? —aquella era la madre de Otabek quien se acercó para consolarlo. Yuri hubiera preferido que lo abofeteara. Era su culpa que su hijo estuviera tan grave en el hospital. Al moreno lo habían tenido que sedar para que pudiera soportar el dolor y Yuri había visto ya cómo las mordidas que aparentemente habían desaparecido regresaban, afiebrándose sobre la piel. Otabek tenía cerca de treinta marcas en el cuerpo, eso le habían dicho los médicos, y tendrían que tratarlas o se arriesgaban a que el moreno perdiera la vida.
