37

2.1K 284 108
                                    

Me impulso rápidamente para llegar a la superficie y tomo aire, nado hasta la orilla y me recuesto sobre el pasto, la herida en mi estómago está más abierta y la espalda me arde, me levanto y sigo buscando salida, esta vez más pendiente de mi camino, esucho el ruido de una moto y acelero mi paso, puedo ver la carretera atraves de los arboles.

-¡Ayuda!- grito y levanto mis brazos para que me note. El hombre se detiene, se baja de esta y se retira el casco, al ver mi herida acelera el paso y me pregunta si estoy bien.

Se brinda a llevarme hasta la ciudad y me sugiere ir al médico para revisar mi herida, pero le digo que no. Me aferro a su cuerpo y empieza el recorrido.

***

No sé cómo encontrar a Yeider, porque cuando me llevó a su departamento yo estaba inconsciente y al salir no me fijé mucho del lugar, estoy en un parque, el hombre muy amable me ha dado su chaqueta, pero estoy mojada, por lo cual siento frío, estoy descalza y desorientada, todos me observan de reojo y otros con atrevimiento. 

Decido caminar para así intentar orientarme y calmar el frío, tropiezo accidentalmente con una mujer de piel morena, alta y ojos color miel, ella me observa queriendo disculparse, pero su rostro palidece al repararse.

-¿Kayla?, por Dios, no- se lleva las manos a la boca y lágrimas de lo que parece ser alegría salen de sus ojos. Mira en todas las direcciones como buscando a alguien y sus manos tiemblan.

-¿Nos conocemos?- pregunta intrigada, ella vuelve su mirada a mí y asiente con una pequeña sonrisa.

-Soy yo, Kelly, eramos mejores amigas, la ultima vez que te vi... Yo... tú estabas...- parece que le faltase fuerza, se le nota lo nerviosa y conmocionada que se encuentra.

-¿Yo qué?- pregunto ansiosa.

-Estabas embarazada, estabas tan feliz, me dejaste un mensaje diciendome que le darías la noticia a Yeider, tu novio, yo estaba igual de feliz, porque sería la madrina y como una especie de tía, pero al siguiente día, nadie sabía nada de ti, ni de yeider y menos de tus padres, todos habían desaparecido, fui a reportar desaparición pero todos me trataban como loca y me dieron teorías pendejas, las cuales me las tragué entero y pasado lo meses perdía más la esperanza en encontrarte- cuenta mientras llora y de repente se sostiene el vientre, miro hacia abajo y veo la forma de este, está embarazada.

-Amor, ya volví- su sonrisa se esfuma al verme, es Yeider, con una bolsa rosa entre sus manos.

-¿Kayla?, pero... ¿qué haces aquí?- su frente comienza a transpirar, algo extraño porque el resto de su rostro está seco, pero siempre le pasa cuando está nervioso.

-¿Quieres que te respona eso aquí y ahora?- le pregunto elevando una ceja, muerde su labio y me repara.

-¿Estás herida?- acerca su mano hacia mí y con delicadeza toma un extremo de la chaqueta y la aparta justo en donde tengo la cortada. -Tenemos que llevarte a un hospital- agrega.

Le doy la espalda a ambos y comienzo a caminar, preciso hoy me entero que tuve una mejor amiga  y que me falló, ahora está con el que fue el amor de mi vida y de quien esperaba un hijo, todos me fallan, hasta yo misma me estoy fallando ahora, porque no debería estar haciendo esto, debí haber encarado a aquel cobarde que se llevó una gran parte de mí, que me robó la oportunidad de escuchar los latidos del corazón de mi bebé al ir a chequeo, me arrebató la oportunidad de sentirlo moverse, de que mi estómago se estirara, me quitó la oportunidad de ser madre y se la dio a otra y no cualquiera, sino la que fue alguien importante para mí según veo.

Yeider camina detrás de mí pidiéndome que me detenga y la ira que siento aumenta.

-Sencillamente eres la persona que más asco me ha llegado a dar en toda mi vida, eres una miseria, no vales nada, me destrozaste, maldito cobarde, te entregué todo lo que más pude de mí, sabes que nunca amaría a alguien como te amé a ti y te aprovechaste, me restaste experiencias, como madre, esposa, abuela, me quitas vida de una de las formas más dolorosas que puede existir, la decepción- mis uñas se entierran en la palma de mi mano de las ganas reprimidas de golpearlo que me invaden, agacha su cabeza y dos lágrimas de hipocresía salen de sus ojos.

-¡No llores maldito idiota!- le grito y lo empujo con toda las fuerza que me quedan.

-Kayla, yo...-

-Me tenías en tus manos, tenías mi vida, mi corazón, mi futuro, todo de mí, lo tenías tú, pero no encontraste nada más interesante que hacer que jugar con cada uno de ellos, elegiste para tu conveniencia lo que te parecía bien o no, pero lo hiciste pensado solo en ti mismo- arrastro las palabras con una sonrisa de maldad en el rostro.

-Tienes que entenderme, por favor- pide mientras deja caer las bolsas al suelo y acerca sus manos a mi rostro. Me alejo de él y noto como las demás personas nos miran.

-Yeider- lo llama su chica y me mira intimidada, pero él la ignora totalmente.

-Mirame a mi Kayla- pide y se acerca un poco.-¿dónde está Evan?- pregunta.

-Lo secuestró su padre, ¿sabes por qué?, por tu culpa, bastardo- su rostro palidece.












Ahora  no me vayan a decir que no entienden, porque si no me toca eliminar la historia, porque de nada me sirve escribir si nadie entiende :'c


GimeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora