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Segundo día de trabajo...

Hoy he decidido tomar el autobús, tal vez mañana llegue pie, no sé, me gusta variar.

Me puedo dar el lujo de utilizar las escaleras eléctricas porque voy bien de tiempo.

Saludo a los del turno de día y entro al cuarto.

-Yeider...- está sentado en una esquina, sus azules ojos están más claros de lo que recordaba, se levanta y se arrodilla frente a mí.

-Necesito que vengas conmigo, por favor- parece haber estado llorando mucho, está más delgado y demacrado.

Me arrodillo frente a él y con desconcierto lo observo.

-¿Estás bien?, ¿Qué pasa?-

-Evan está muy mal, no come, se está haciendo daño, se está muriendo, no lo quiero perder, tú eres la única que me puede ayudar- Yasper llega y no yo me levanto de inmediato, tomo a Yeider del brazo y lo obligo a levantarse.

-Yasper, yo...- me guiña su ojo sin dejarme terminar de hable y sala de la habitación.

-Lo siento Yeider, no iré contigo, no te ayudaré, esto no va a terminar bien, quiero a Evan fuera de mi vida, y sí eso implica que él muera, creo que está bien- está anonadado, puedo ver cómo se desvanece, llora sin hacer el más mínimo ruido o lamento, solo sus lágrimas bañando su apagado rostro, puede que en cualquier momento me golpee, es muy agresivo.

Se lanza sobre mí, como agotado y me rodea con sus brazos sin fuerza, tengo que sostenerlo porque si no los dos nos iremos al suelo.

-Te lo suplico Katleen, no podré vivir sin mi hermano, se ha encargado de mí toda su vida- pide en medio de sollozos, me duele el alma, pero mi cerebro no me deja razonar, no quiero ir, no debo.

-No Yeider, perdón- llora desconsolado, ha dejado caer su peso completamente sobre mí y ya no puedo sostenerlo bien.

-Te daré lo que quieras, pero por favor- lo arrastro hasta la banca y lo siento.

-Lo único que quiero es a Evan lejos de mi maldita vida, y mira, estás aquí, buscándome para volver a verle el rostro- no tiene fuerzas para nada.

-Me iré junto con él, porque no soportaré perderlo- cubre su cara con sus manos.

-Si me voy contigo perderé mi trabajo y es lo que menos quiero, no quiero desarmar mi vida por él- me mira con esperanza.

-Fingiremos un secuestro, ¿Te parece?- ya lo puedo decirle que no.

-Está bien, pero es la única vez que te ayudo, si él sigue así, no haré nada- asiente, besa mi mejilla y saca su móvil de su bolsillo.

-Entren normal, cuarto de personal de cine- pone un pasa montañas negro y saca su arma.

-Oye, yo jamás he visto el rostro de ese chico- dice Yasper entrando al cuarto.

Le sonrío y musito un “gracias”

Entran seis hombres bien presentados, uno de ellos me toma de las muñecas mientras los otros se ponen sus pasamontañas.

-Pero los reconocieron cuando entraron, hay muchas cámaras- digo y me safo del agarre.

-De dividieron, lo entraron juntos y de las cámaras se están encargando otros dos hombres- es hasta estúpido preguntar o decir, siempre tienen un plan bastante inteligente.

-Vamos- todos sacan sus armas de altos calibres, salimos del cuarto y en ese momento entra algunos de mis compañeros.

Todos comienzan a gritar y correr, uno de ellos camina de espalda apuntando y cubriendonos.

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