60

1.3K 132 26
                                    

-¿Ya llegaron?-

-Ya casi, estamos en el camino que lleva a la finca-

-Está bien, ya di la autorización para que los dejen entrar-

-Bueno-

-Bueno-

****

YEIDER.

-Ya estamos por llegar, te pido que no hables mucho y si lo vas a hacer que sea en voz baja, irás a la habitación que te asignen, podrás salir a la cocina, donde quieras, pero nunca al segundo piso, has cuenta que esas escaleras no existen, puedes salir, mira que la finca es muy grande, puedes tomar frutas de los árboles, lo que quieras, pero pase lo que pase, escuches lo que escuches, jamás, jamás subas las escaleras- le advierto.

-Está bien, y de nuevo gracias a los dos por salvarme, no sé cómo fueron capaz de hacerme esto- contadas lágrimas bajan por sus mejillas hasta ser absorbidas por el tapete del carro.

-Porque ellos sólo piensan en ellos mismos, es fácil- agrego.

-Pero siempre me trataban más que bien- dice.

-Pero ya no, los motivos tal vez los sepas más adelante- doy por terminado la conversación, ya se puede observar la finca.

EVAN

-¿Cómo te sientes?- le pregunto.

-Realmemte, mucho mejor, gracias a los masajes me puedo mover un poco más- sonríe.

-Pues entonces tendremos que hacerlo más a menudo- sugiero.

-Exactamente-

-Bueno, si necesitas algo, le dices a la enfermera que me llame, estaré abajo porque no demora en llegar Yeider y mi padre- le informo.

-¿¡Tu qué!?- en su rostro puedo ver el desconcierto, se me había olvidado que para cuando nuestro padre volvió ella ya estaba en coma.

-Es una historia muy larga, te la contaré luego- explico.

-Pero...-

-Cuando llegue le diré que venga a verte- propongo.

-¿Estás seguro que esta vez él sí es tu padre?- interroga intranquila.

-Más que seguro, ya lo verás cuando lleguen- asiente.

-Joven, ha llegado su padre- avisa la ama de llaves y se va de inmediato.

-Vengo luego- beso su mejilla y le guiño un ojo, ella sonríe y le doy la espalda para salir.

Bajo las escaleras y los veo entrando a casa.

Los abrazo cortamente en forma de bienvenida y nos sentamos en la mesa.

-¿Tienen hambre?- todos asienten frenéticamente- ya casi está la comida- aviso.

-Evan, ¿Me puedes prestar el baño?- pregunta ella algo incómoda y apenada.

-Claro, dobla a mano derecha y al fondo lo ves- se levanta y se dirige tímida a donde le indique.

-Padre, ella te quiere conocer- él levanta la cabeza y pone las manos sobre la mesa.

-¿Cómo reaccionó cuando le dijiste?- pregunta con una sonrisa en el rostro.

GimeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora