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Estoy en la casa de Kayla, cuando llegué lo primero que hice fue darme un baño y recostarme un rato.

Tengo planeado ir mañana a buscar trabajo, no puedo quedarme aquí sin hacer nada.

Ella entra por la puerta con una sonrisa en el rostro y se sienta en el borde de la cama.

-¿En qué piensas?- pregunta amable.

-En que debo conseguir trabajo para ayudar en los gastos de la casa- ella niega con la cabeza y golpea mi frente con su dedo.

-Acabas de llegar, relájate, primero tenemos que salir y divertirnos, recuperar estos tres años perdidos-

-¿Tres años?- mi mandíbula quiere desprenderse de mi rostro.

-Sí, largos y tristes tres años hermanita, no sabes cuánto te extrañé- toma mis manos entre las suyas y me observa atentamente.

-Entonces... ¿Cuántos años tengo?-

-24-

-No tengo cédula, no podré conseguir trabajo así-

-No tienes cédula, porque para el mundo no existes-

-¿Y qué hago ahora?-

-Ir y denunciar perdida o no sé-

-Está bien-

-Está bien, mañana seguimos hablando- se levanta dispuesta a salir pero se da vuelta.

-¿Te diste cuenta que bajaste las escaleras y caminaste hasta la camioneta sin ayuda de las muletas sólo porque estuviste impulsada por la rabia y el odio?, eres una china telible- reímos agraciadas y sale de la habitación cerrando la puerta.

Lo dice porque al bajarme del auto necesité ayuda ya que mis piernas estaban temblorosas.







:(

Mañana sin falta actualizo y lo hago un poco más largo, paciencia please 😪😫

GimeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora