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EVAN.

Mi móvil indica que entra una llamada de parte de mi hermano, contesto de inmediato y él es el primero en hablar.

-¿Despertó?-

-Sí-

-¿Y ella?-

-También-

-¿Mi padre?-

-Fue por un café-

-¿Sabes que pasó?-

-Todo-

-¿Listo?-

-Listo-

-¿Minutos?-

-Horas-

-Espero-

Y ahí termina nuestra llamada.

Subo al cuarto para ver cómo amaneció ella, las enfermeras se han encargado de atenderla con lo que necesite durante la noche, llevarla al baño y darle sus medicamentos.

Ellas al verme salen, pues saben que de ahí en adelante yo me encargaré de ella.

-Buenos días hermosa- saludo y ella sonríe.

-Buenos días- responde.

-¿Ya te quieres bañar?-

-Sí, pero las mujeres se fueron- señala hacia la puerta.

-Ya lo sé, soy yo el que te va a bañar- doy las espalda y tomo la silla de ruedas nueva que está dentro del armario.

La organizo y miro que todo esté bien para que no ocurra algún inconveniente, posiciono una de mis manos en su espalda y la otra por debajo de sus rodillas y a la cuenta mental de tres la translado a la silla, el baño tiene un alto de por medio, así que tuve que levantarla con todo y silla.

-¿Crees que me quedaré así por siempre?- pregunta de pronto, me observa con expresión neutra, tranquila pero con una duda de por medio.

-No lo creo, pero si llegase a pasar, nada cambiaría- aseguro.

-¿Nada?- ríe con sarcasmo- sólo cambiaría que me volvería una carga para ti, para alguien que no es mi padre, ni mucho menos mi madre o hermana- parece molestarse un poco.

-Estabas mejor con la cara tiesa, así no podías decir tantas estupideces- sin poder evitarlo ríe y yo hago lo mismo.

-Te odio- tuerce sus ojos con fingido enojo pero una sonrisa decora su rostro.

-¿Las enfermeras te hicieron masajes en piernas y brazos?- ella vuelve a mirarme y asiente.

-Sí, y creo que funciona porque los puedo levantar un poco más- dice orgullosa.

-Entonces cepillate tú- tomo el cepillo y le pongo crema suficiente, el lava manos es bastante bajo así que allí sentada fácilmente alcanza a escupir.

Lleno una vasija con agua para que se enjuague la boca al terminar, me quedo allí observándola, es tan capaz y fuerte, me encanta.

-Ya- afirma dos minutos después de haber terminado.

-Está bien- me acerco a ella y quito su blusón dejando su pechos al aire, ella no me mira, sólo mantiene su mirada en el suelo.

Adentro un poco más la silla que quede directamente debajo de la regadera.

Ha obtenido cambios, le creció el cabello en gran manera, igualmente que sus uñas y claramente, el vello púbico.

Tomo el jabón y abro la llave un poco para que no caiga con tanta fuerza sobre ella, la silla es de tela fácil de secar así que por ello no hay problema.

Con delicadeza comienzo a empapar su cuerpo de jabón y a hacerle masajes suaves, levanto sus brazos con delicadeza y unto de este en sus axilas.

-Evan- llama y dejo de hacer lo que hacía con miedo de haberla lastimado.

-¿Te lastimé?- pregunto de inmediato.

-No, claro que no- levanta su rostro para mirarme- quería pedirte el favor que quitarás el vello de mis axilas, si no es molestia- salgo del baño y busco en los cajones una cuchilla nueva.

Vuelvo al baño y sin decir nada con delicadeza vuelvo a levantar sus brazos y con sutileza comienzo a quitar los vellos.

Cuando termino pongo esta a un lado y la enjuago.

-¿Me amas?- pregunta de pronto tomándome por sorpresa.

-¿Por qué preguntas eso?- me detengo y dejo lo que estaba haciendo.

-Porque necesito saberlo- dice tranquila.

-La respuesta está en ti- cierra sus ojos porque entiende a lo que me refiero y eso me hace sentir bien.

Siempre contestabamos eso cuando uno de los dos preguntaba, para no sentirnos tan cursi y ser nosotros mismos.

-Pon cualquier trapo allí- señala una parte del suelo donde cae parte del agua.

Hago lo que me pide.

-Ahora, ayúdame a parar por favor- pide y yo frunso en ceño- sólo hazlo- la ayudo y ella se sostiene con sus manos del grifo- yo terminaré de bañarme-

Y así lo hace.








Nada interesante pero no me quería quedar sin actualizar.

Besos😘

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