Gime

24

Abro los ojos con pereza, me encuentro acostada sobre la cama de Evan, pero él no está, me levanto y noto que sobre el sofá hay una bolsa, no me atrevo a acercarme, temo mucho ver algo desagradable, me dirijo hacia el baño dispuesta a asearme, pero me doy cuenta que no tengo nada de ropa que ponerme después, así que sin más, me acerco a la bolsa y bajo con delicadeza el cierre, hay unas bragas de encaje roja y un sostén del mismo color con tiras transparente y debajo, un vestido rojo, con escote en forma de corazon y decoraciones que parecen hechas en diamante, es largo, hasta los tobillos y unos preciosos tacones del mismo color. Al lado derecho hay una nota, donde se escribe °Cuando estés lista, toca dos veces la puerta°

Extrañada me vuelvo al baño y me aseo, cuando ya me siento totalmente lista salgo y me visto, hago como dice la nota y esta se abre, una mujer muy joven aparece frente a mí, pero es diferente, ella si sonríe, lo que me deja claro que no es de aquí, tal vez él pidió que la trajeran por algún motivo hoy.

-Por Dios te vez magnífica, acompáñame cielo- pide y me brinda su mano, la tomo y me guia por los oscuros pasillos hasta llegar a una puerta, la empuja y tras esta, un espejo muy grande y una silla, me pide sentarme sobre esta y acerca una caja, saca lo que supongo es maquillaje y me mira detenidamente. -Eres tan perfecta, así que me ahorras trabajo con esto- sonríe de nuevo y hace lo suyo.

-¡Listo!- exclama entusiasmada al terminar.

Me toma del brazo y me lleva a otra habitación, hay variedad de perfumes, desodorantes y accesorios, me invita a tomar lo que quiero, pero no doy muchas vueltas, tomo lo primero que me convence y ya. Cuando termino, salimos y caminamos hacia otra puerta, pero yo la reconozco, es la puerta de la salida, la miro expectante, saca una llave de su bolsillo y la abre, salimos y la fuerte brisa golpea todo mi cuerpo haciendo mover el vestido en todas las direcciones, ella cierra la puerta de nuevo y caminamos hacia un carro que hay aparcado frente a nosotras, me abre la puerta de copiloto para que ingrese y después sube ella, lo enciende y se pone en marcha.

-¿A dónde vamos?- pregunto ansiosa.

-A la ciudad-