Quisiera decir que escucho a los pájaros cantar, es lo primero que escuchan muchas personas al despertar, pero yo no, los inocentes animales se dan cuenta de la maldad tan que emana éste lugar, no está confirmado por los labios de Evan, pero siento que éstas almas que habitan aquí no tienen ni un poco de pureza o están contra su voluntad como lo estoy yo, al contrario, que son seres despiadados y macabros, aunque siempre lleven esa misma cara, bueno, siempre la llevarán, no la pueden cambiar :v, a lo que me refiero es que sus expresiones siempre son neutras, no expresan miedo, parecen demasiado tranquilos, como si el tormento de ellos no es estuviese aquí, si no en otro lugar.
Siento un cálido cuerpo junto a el mío, nuestras respiraciones van acorde, abro los ojos al fin después de haber estado hablando conmigo misma y lo primero que capto es el relajado rostro de Evan, miro hacía abajo por dentro de la gruesa sábana y me sorprendo al ver mi cuerpo semi-desnudo apegado al suyo, mi pierna enredada a la suya y mi mano sobre su torso descubierto. sólo llevo bragas de encaje y un sujetador del miso color. Asustada por no recordar nada, me corro hacia atrás y caigo sobre el frío suelo, ahogo un grito y me levanto rápidamente. Él al sentir tanto movimiento sobre la cama, abre sólo su ojo izquierdo manteniendo el derecho cerrado, me analiza por completo y arruga su frente.
-¿Qué haces desnuda?, ¿tienes calor a caso?- pregunta y deja caer su cabeza sobre almohada.
-No sé, me desperté así- explico y me señalo.
-¡203!- grita de pronto. Ste men, me asustó :'v
La puerta se abre de pronto y aparece el mismo hombre que lo llevó entre brazos cuando estaba desangrándose. Evan parece realmente molesto, éste me mira de pies a cabeza y yo tomo la toalla que está en el perchero para taparme.
-¿Señor?- pregunta observándolo sin una pizca de sentimiento.
-¿¡Me puedes explicar por qué mierda Kayla está prácticamente desnuda si no fui yo el que lo hizo!?- exclama imponente.
-El médico junto a al señorita que lo atendieron me lo ordenaron, hacía demasiado frío y no era recomendable para usted señor y ella era la única opción- explica totalmente seguro, es increíble, no demuestra nada, ni miedo, ni arrepentimiento, nada en absoluto. Yo estaría tipo: "pa' qué nací" o "ya valí"
-¿Y quién manda aquí?, ¿el médico o yo?- su mandíbula está contraída y si entrecejo arrugado.
-Usted señor- acepta y su mirada se a mantiene fija en él.
-Exacto- saca un arma de la mesita de noche que está a su lado y apunta hacia el hombre. Aquél, como si aceptara su muerte, se queda quieto.
-Evan, ¿qué crees que haces?, no lo asesinarás- digo parándome frente al hombre.
-¿Sientes algo por él?- pregunta de inmediato con expresión seria.
-¡Te salvó la vida!- exclamo.
-Pero se atrevió a contemplar la belleza que sólo yo puedo ver, y estoy más que seguro que cuando te quitó la ropa no se fue de inmediato, te tocó y lo sé, sus ojos me lo revelan, gracias por tu servicio- dispara y el cuerpo del hombre cae sobre el piso, le dio en la frente, pues éste era más alto que yo y esa zona no la podría proteger. Llevo las manos a mi boca y luego lo miro, parece sentir satisfacción. Camino hasta la cama y me siento en un borde de esta lo más alejada de él.
-Eres idéntico físicamente a tu madre, pero sólo eso, no creo que aquella guapa mujer hubiese sido tan basura como tú-
-¿Cómo sabes de mi madre?- pregunta, se le puede notar la confusión en su voz.
-Eso no importa- sus dedos hacen fuerte presión sobre mi brazo y el dolor es insoportable, lo miro con odio eterno y con brusquedad me tumba en la cama y se posiciona sobre mí.
-Dime- ordena.
-Tú no eres mi amo y nunca lo serás, acaba con mi vida también, sería mil veces mejor quemarme en el infierno que estar cerca a ti- sin esperarlo me besa, sus labios se encuentran con los míos, sigo el beso y pongo mis manos a los lados de su torso sintiendo así su suave piel, muerde mi labio inferior con delicadeza y su mano acaricia mi pierna y con la otra se mantiene apoyado.
Su cuerpo se posiciona en medio de mis piernas, deja de besar mis labios y ahora besa mi cuello, deja pequeñas mordidas hasta llegar a mi oído y muerde mi pómulo, mi cuerpo tiembla y mantengo mis ojos cerrados.
-Algún día cara a cara, asesinaremos las ganas, tu cuerpo sobre el mío, gimiendome al oído, acariciaré cada parte de tu cuerpo, te haré subir al cielo o bajar al infierno, ver a Dios o al diablo, haciéndolo lento en nuestro cómodo lecho, tu cálido ser me acogerá dentro de él, se contraerá de pasión tu deleitoso templo y me lo demostrará con fervorosa devoción tu entrepierna- susurra a mi oído- Pero por ahora no, cómo según usted prefiere estar en el infierno antes que junto a mí, no se puede hacer nada- termina y se deja caer a mi lado, se burla de mí, y tengo más rabia conmigo misma que con él.
Me levanto de la cama y busco algo de ropa, lo único que encuentro es una camisa suya y sin importarme me la pongo, hace frío.
-Quiero irme a mi habitación- digo. Miro hacia la puerta y noto que el cuerpo del hombre ya no está.
-Esta será tu habitación ahora- dice y volteo a verlo de inmediato, tiene un cigarro entre sus labios y me mira divertido.
-Parecías la exorcista cuando volteaste la cabeza, casi te desnucas- se burla y expulsa el humo de su boca.
-Idiota- musito con ganas de golpearlo- te hubiese dejado morir- me arrepiento mientras niego con la cabeza.
-¿Qué has dicho?- pregunta a mi espalda.
-Que te vayas al infierno- digo rodando los ojos aunque sé que no me ve.
-Ya- dice a mi oído y yo volteo a verlo. -tú eres mi infierno, mi perdición, en ti encuentro todo, fuerza para hacer el bien y para hacer el mal- me quedo completamente quieta observando las facciones de su rostro.
-Genial- digo y me alejo rápidamente, me siento sobre una pequeña silla que hay pegada a la pared y aparto mi mirada de él.
En una hora quitaré las bobadas que puse por ahí, sorry, no lo pude evitar :v
Espero que les guste💋🤘❣️❣️❣️❣️❣️❣️
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Gime
Mystery / ThrillerLa vida, el amor, la familia, para Kayla, es sinónimo de dolor, sufrimiento y muerte.