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El viaje se me hace eterno, las ansias de llegar son inmensas, pero a pesar de que lo anhelo, todo esto se me hace extraño, el porqué del vestido, el maquillaje y lo más importante, porque me deja venir a la ciudad, algo en todo esto no me agrada.

El auto se detiene de pronto, salgo de mis pensamientos y me doy cuenta que estamos frente a uno de los centros comerciales más caros y reconocidos, miro a la mujer y esta me sonríe con entusiasmo.

-Toma- dice mientras me extiende una cartera de mano elegante y me hace señas para que me baje. Abro la puerta y cuando ya estoy a punto de cerrarla, me revela el motivo de todo. -Feliz cumpleaños, Kayla-

Siento que  no encajo aquí con esta ropa, todos me miran y eso me hace sentir muy incómoda, abro la amplia cartera y noto un fajo de billetes y en el fondo unas llaves que se me hacen familiar. 

Corro hasta dentro y decido comprarme un pantalón corto y una blusa, guardo el vestido en la bolsa y tomo un taxi, le digo a donde deseo ir y este arranca.

°°°

La casa está un  poco oscura a pesar de que es de día, se ve apagada y descuidada, algunas ventanas rotas y la puerta aporreada, me acerco con lentitud, sintiendo mi pecho hincharse por retener la respiración, mi mano tiembla y las lágrimas se me escapan de los ojos, odio no recordar nada más, todo lo que pasó en realidad, no recuerdo los rostros de mis padres con exactitud, saco las llaves del bolso y abro la puerta. Todo está muy sucio, como si hace años no hubiese nadie aquí, recorro la casa, todo está en su lugar, entro a la que supongo fue mi habitación y paso los dedos por las toscas paredes, la cama y por fin, una foto, mi madre, mi padre y yo en el medio, la melancolía se apodera de mí junto con la ira.

Reviso todo, mi antigua ropa, mis accesorios, todo, bajo de nuevo y sobre el piso negro de la suciedad una hoja blanca reluce con poder. La recojo con curiosidad y la desdoblo.

Sé que vendrías aquí, también sé que no entiendes muchas cosas, como por ejemplo...

 ¿Dónde están tus padres?¿Qué pasó?¿Por qué no recuerdas nada? etc.

Sólo quiero que hagas lo que quieras hoy, juro que no te estoy vigilando, ni ninguno de mis hombres, es tu día, disfrutalo.

°Evan°

Arrugo la hoja y la dejo sobre el suelo, salgo y miro en todas las direcciones buscando a donde ir. Recuerdos de mi infancia caen sobre mí de golpe, yo corriendo, mis padres llamándome a comer, aquel niño que me gustaba, la tienda en la esquina, el señor de los helados, mis compañeras riendo, la muñeca entre mis brazos, las cosquillas de papá, la comida de mamá... 

Los recuerdos se pausan y vuelvo a la realidad, estoy de rodillas sobre el piso, las manos a los lados de mi cabeza y mi rostro bañado en lágrimas, un mareo leve me tiene en sus garras, intento levantarme pero no puedo, el suelo me tiene atada a él, acompañadas de esto las náuseas y el dolor de cabeza. Un olor peculiar toma el control en mi nariz, pero no veo bien, algo se acerca a mí y todo se vuelve oscuridad.

GimeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora